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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 17 de febrero de 2017cermi.es semanal Nº 246

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Activistas

Marta Castillo, presidenta de Fegradi (Federación Granadina de Personas con Discapacidad Física y Orgánica)

Vivir la discapacidad pisando fuerte

17/02/2017

Blanca Abella

Sus huesos decidieron crecer despacio, con detalle, con cierta demora incluso, pero ella ha sido rápida en sus decisiones, en cuanto conoció el mundo de la discapacidad decidió quedarse, “si quería conseguir un mundo mejor tenía que estar ahí”, asegura. Marta Castillo es consciente cada día de su discapacidad, sobre todo por las continuas barreras que persisten a su alrededor, incluso por algunas risas ignorantes, a veces ingenuas, que irrumpen en su camino. Pero sobre todo es una activista convencida y entregada, desea ese mundo ideal y asegura que es ella quien debe luchar por lograrlo, por hacer visible la discapacidad y abrir las mentes.

Marta Castillo, presidenta de FegradiMarta es la mayor de cuatro hermanos, aunque a primera vista no lo parezca. Ella mide un metro treinta y sus hermanos, los dos varones, están casi en los dos metros. “El pediatra le advirtió a mi madre al poco de nacer que mis huesos iban a crecer mucho más lento y siempre iba a ser más pequeña que cualquier otra persona”. La acondroplasia de Marta es leve, como ella explica, “no es un grado alto y por eso no tengo otros problemas asociados, es solo la altura y tengo algunos rasgos pero suavizados”.
 
Al escuchar el diagnóstico y las explicaciones del médico, su madre pensó en primer lugar en los problemas psicológicos que podría presentar su hija, en los complejos que podrían acompañar a esos centímetros de menos. “El médico en ese momento le dijo que eso dependía de ella y de su marido, de mis padres. Los complejos los crean los padres, si tú desde niña la tratas y educas como una persona normal, dentro de lo que ella pueda hacer, la niña no tendrá complejos, pero si tú la sobreproteges o tratas de manera diferente, los tendrá”.
 

Sin complejos

 
Y así lo hicieron sus padres, se lo tomaron al pie de la letra y Marta tuvo una vida en familia como la de sus hermanos o cualquier otra niña. “He sido criada en un ambiente normal que me ha ayudado a vivir la vida lo más normal posible y a no tener complejos y hacer todo lo que he querido hacer o he necesitado”.
 
Ninguno de sus hermanos tiene acondroplasia, al contrario, como cuenta Marta entre risas, los chicos miden casi 1.90, “imagínate, la gente no se cree ni que somos hermanos”. Nunca ha tenido adaptaciones, ni en el cole, ni en su casa, y hay pocos momentos de su infancia en los que tuvo que “ser distinta”, “lo único que recuerdo del cole, en gimnasia, es que yo no podía saltar el potro, mis piernas no me daban, o también recuerdo cuando había que correr un kilómetro, que me costaba mucho más trabajo que a cualquier otra persona, pero aun así lo corría, y si tocaba jugar al baloncesto, jugaba, o al voleybol”.
 
Marta Castillo, presidenta de Fegradi, en el patronato de Fundación ONCEEn Pinos Puente era muy popular. Vivió en este pueblo granadino desde los siete años hasta casi los 30. “En el pueblo todo el mundo me conocía y en el colegio también, estuve muy bien, como cualquier otra niña. Pero es verdad que en el momento en que sales de tu contexto normal, de los sitios que conoces, cuando vas a la calle, los niños se paran, se ríen, te dicen cosas, es inevitable. Sigue pasando, me pasa sobre todo con los niños pequeños. Según cada etapa de la vida te lo tomas de diferente manera, cuando eres más joven te molesta más”.
 
Terminado el ciclo escolar, Marta decidió hacer una carrera, Ciencias Políticas y Sociología, y lo hizo en Granada. Allí siguió conviviendo sin necesidad de adaptaciones especiales y compartiendo su vida con compañeras que hoy siguen siendo amigas. “No he vivido una exclusión social por discapacidad, no me he sentido nunca excluida con mi familia, ni mis amigos ni en el pueblo, pero tengo unas barreras que tengo que superar diariamente, están ahí, todos los días soy consciente de que tengo una discapacidad, a lo largo del día siempre hay algún momento en el que esas barreras me recuerdan que tengo discapacidad”.
 

Este es mi sitio

 
Cuando Marta estaba terminando sus estudios su padre fue diagnosticado de Lupus y decidió unirse a la asociación de Lupus de Granada. Fue entonces cuando el mundo de la discapacidad entró en su mundo, empezando por su padre, que fue quien poco después le habló de la existencia de asociaciones de jóvenes con discapacidad. Marta decidió acercarse. “Mi padre me comentó que había una asociación de jóvenes con discapacidad que iba a hacer un curso de sexología y decidí apuntarme, era la asociación ‘Pisando fuerte’, y ese fue mi primer contacto con la discapacidad y así empecé mi relación con el movimiento asociativo”. 
 
Marta Castillo, presidenta de FegradiHasta hoy. Marta entró en ese mundo y decidió quedarse, “cuando conocí a las demás personas con discapacidad y lo que era el movimiento de la discapacidad, dije este es mi sitio, aquí es donde tengo que estar, he encontrado mi sitio”. Terminó la carrera y decidió centrarse  en el trabajo para las entidades de la discapacidad, “veía que como persona con discapacidad, si quería conseguir un mundo mejor tenía que estar ahí activamente y al tener una formación, una licenciatura, era un respaldo para ese trabajo”.
 
Empieza a trabajar en ‘Pisando fuerte’, presentando proyectos para lograr subvenciones y ayudas. También se implica en el trabajo interno y asiste a las reuniones de la federación, Fegradi. El presidente observa su trabajo y esa disposición firme de Marta y la propone acudir a las elecciones. Finalmente entra en Fegradi como vocal. “Y ahí es cuando empiezo a trabajar en un programa de empleo de la Junta de Andalucía, de orientadora laboral para personas con discapacidad”. 
 
Durante ocho años trabajando como orientadora laboral conocerá más de cerca la realidad de las personas con discapacidad, sobre todo la que se observa desde fuera, la que interpretan desde otros puntos de vista, otra realidad que no es la auténtica. “He vivido experiencias maravillosas y alegres pero también he sufrido el rechazo a una persona por su discapacidad, o el despido incluso, he visto como algunas personas cumplen el perfil del puesto pero son rechazadas solo por su discapacidad, he visto cómo usuarios de silla de ruedas no han podido optar a un puesto de trabajo porque el lugar no era accesible, incluso estando la empresa muy a favor de la contratación… he vivido momentos muy buenos y no tan buenos”, explica Marta.
 
“Son muchas las empresas que no quieren trabajadores con discapacidad”, afirma con seguridad. Y explica con un tono grave y sentido: “siguen pensando que las personas con discapacidad están más tiempo de baja, que van a tener problemas, que no van a rendir…”. Cree que poco a poco se va cambiando, incluso se felicita de que la ley obligue a la contratación de personas con discapacidad porque algunas empresas llaman para cubrir esos puestos, “pero también es cierto que son empleos de poca cualificación y hay mucha gente con discapacidad muy formada, muy preparada y es muy difícil acceder a puestos de alta cualificación”.
 
Su labor consistía en orientar y motivar a las personas, “les hablaba de lo importante que es que consigamos un empleo, que trabajemos, que coticemos y seamos independientes”, pero a veces se quedaba sin palabras, “era muy duro ver a las personas que no lograban el empleo, eran situaciones muy duras, cómo consuelas a una persona que ha sido rechazada por su discapacidad”. De todas formas, como ella misma analiza, son muchos factores los que condicionan el empleo, “poco a poco lo vamos consiguiendo y cada vez somos más trabajadores, pero no solo depende de nosotros”. 
 
Luego trabajó de coordinadora del transporte adaptado en Fegradi y desde el mes de junio de 2015 es presidenta de esta entidad, donde además ejerce de gerente. “Mi principal objetivo es que tengamos una sociedad inclusiva, que no tengamos que ser conscientes cada día de que somos personas con discapacidad, que tengamos un entorno accesible, un transporte y ciudades accesibles y puestos de trabajo acordes a nuestra preparación”.
 

Ser visibles

 
Marta Castillo, presidenta de Fegradi, junto a su parejaY lo que es más importante, como presidenta, pero también como activista, Marta asiste a todos los actos y lugares a los que la invitan, “porque lo que hago es representar a las personas con discapacidad y hacerlas visibles”. No es un problema menor y así lo entiende esta gran mujer, “hay un gran desconocimiento sobre la discapacidad en la sociedad que provoca que las personas actúen de forma negativa, incluso insultando e infravalorando, o tratándonos con compasión, sin darnos oportunidades, creando entornos inaccesibles... Si hubiese un conocimiento claro de la discapacidad, si las personas conocieran la discapacidad, todo cambiaría”. Por eso hay que hacerlo visible.
 
Tiene 39 años recién cumplidos y desea seguir siendo presidenta de Fegradi y seguir trabajando en el movimiento de la discapacidad, “donde sea necesario, quiero seguir en este movimiento, en mi sitio”, aunque asegura que es flexible, que se adapta a lo que pueda surgir, “ahora estoy aquí pero las cosas pueden cambiar”. 
 
Igual que cambiaron cuando entró en la asociación ‘Pisando fuerte’, allí encontró su sitio, pero también conoció a un hombre especial. Se casaron en 2008 y ambos son luchadores por un mundo mejor. “Vivimos todos los días la discapacidad, él va en silla de ruedas el 70% del tiempo y yo mido 1.30, cuando vamos por la calle somos muy visibles”. Y se ríe, es feliz, “trabajamos diariamente para ser lo más independiente posible y llevar una vida como cualquier otra pareja, viviendo nuestra vida. Tenemos un gran apoyo familiar, que es necesario porque a veces necesitamos la ayuda de la familia. Enfocamos nuestro tiempo, casi todo, al colectivo de personas con discapacidad y creemos en eso, creemos que es necesario que estemos trabajando en esto, que seamos nosotros los que luchemos, no va a venir nadie a luchar por lo que queremos. Tenemos que ser las personas con discapacidad las que luchemos, pero cuantos más estemos, mejor”.
 
Granada es una ciudad pequeña y poco accesible, porque además es antigua, pero es su ciudad, donde vive, donde trabaja y donde lucha por ese futuro mejor. “Tengo que superar muchas barreras porque hay muchas en este mundo y me encantaría vivir en una sociedad en la que nadie se ría de mí cuando salga a la calle, o que nadie me señale, o poder hacer mi vida de manera autónoma sin tener que pedirle ayuda a nadie, poder acceder a cualquier cajero automático para sacar dinero, hacer la compra sin pedir ayuda…”
 
Y viajar y conocer otros sitios y otras gentes, “porque enriquece y aporta, me encanta viajar, conocer y aprender. Ahora estoy en una fase en la que estoy aprendiendo continuamente, como si acabara de empezar”, asegura de nuevo entusiasmada. “Me encantaría tener proyectos a escala internacional y visitar otros países, hay que estar abiertos”. 
 
Además de Presidenta de Fegradi (Cocemfe Granada), Marta Castillo es:
 
Secretaria de finanzas de Andalucía Inclusiva 
Patrona de Cocemfe en Fundación ONCE
Vocal de la Asociación Pisando Fuerte
Vocal de la Plataforma del Voluntariado de Granada
Vocal del Consejo Municipal de la Mujer del Ayuntamiento de Granada
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