"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
CERMIS Autonómicos
El Ayuntamiento de Santander y la Asociación de la Prensa de Cantabria editan un manual sobre terminología adecuada hacia las personas con discapacidad
07/07/2013
El Ayuntamiento de Santander y la Asociación de la Prensa de Cantabria (APC) han editado un manual sobre terminología adecuada hacia las personas con discapacidad, que será difundido entre los asociados y los medios de comunicación de la región.
Según explicaron el concejal de Autonomía Personal, Roberto del Pozo, y la presidenta de la APC, Dolores Gallardo, se trata de un sencillo y útil documento que pretende facilitar a los profesionales de la información consejos y pautas sobre el correcto uso del lenguaje referido a la discapacidad.
Del Pozo hizo hincapié en que, con esta iniciativa, el consistorio santanderino cumple la medida número 32 del I Plan municipal para la atención y promoción de las personas con discapacidad, relativa a la organización de acciones de sensibilización con los medios de comunicación.
Por su parte, Gallardo aseguró que la APC da un nuevo paso en la labor formativa de la asociación con la edición de este manual.
Además, Gallardo recordó que la APC firmó recientemente un convenio con el CERMI Cantabria para colaborar en la elaboración de una estrategia de comunicación sobre la discapacidad. La Asociación de la Prensa de Cantabria es consciente de la necesidad de generar en Santander un proyecto que plantee nuevos enfoques, estrategias y modelos de comunicación en relación a este sector.
Ejemplos y errores
El documento elaborado por el Ayuntamiento de Santander y la Asociación de la Prensa de Cantabria ilustra con numerosos ejemplos algunos errores frecuentes, asociados al uso de diminutivos y términos breves relacionados con la discapacidad que, en muchas ocasiones, resultan peyorativos o incorrectos.
Así, pone de manifiesto que, a menudo, se deja constancia en el titular de la discapacidad que tiene la persona, cuando en la mayoría de los casos es un dato irrelevante para la comprensión de la información.
En la misma línea, el manual incide en que el uso del termino minusvalía tiene connotaciones negativas, pues supone una depreciación de la persona y recomienda no utilizar etiquetas genéricas para los grupos de personas con discapacidad como “los sordos” o “los autistas” y, por el contrario, referirse a éstas como personas sordas o con autismo.
El manual también se refiere al uso de eufemismos condescendientes como “personas diferentes”, “con problemas físicos” o “invidentes” y diminutivos como “sillita” o “carrito” para referirse a una silla de ruedas.
El Consistorio santanderino y la APC, además, advierten del uso generalizado del término “discapacitado psíquico” para referirse a personas con discapacidades muy distintas, como la discapacidad intelectual y la enfermedad mental.
Del Pozo y Gallardo incidieron en que el manual incluye un apartado específico, donde recoge adjetivos calificados como “incorrectos” y otros “correctos” para referirse a las personas con discapacidad física, auditiva, visual, intelectual o con enfermedades mentales.