La compañía Ryanair se negó el pasado mes de diciembre a que esta joven valenciana, colaboradora de La Vanguardia, pudiera volar desde Sevilla a Valencia con su silla de ruedas eléctrica por superar esta unidad móvil el tamaño permitido para poder ubicarla en la bodega.

 

La también estudiante de periodismo, que tiene Ataxia, tuvo que escuchar que la compañía se negaba a devolverle el dinero que había pagado. Pero la noticia divulgada por los medios de comunicación de este caso forzó a la compañía aérea a devolver el importe pagado en breve. El caso abrió el debate no resuelto sobre los derechos de las personas con movilidad reducida en los vuelos internacionales.

 

La eurodiputada socialista trasladó una pregunta escrita a la Comisión Europea en la que se recordaba que el CERMI ha alertado de varios aspectos discriminatorios presentes en el Reglamento (CE) n.º 1107/2006 sobre los derechos de las personas con discapacidad en el transporte aéreo.

 

En la pregunta, la socialista alertaba que urgía modificar aspectos del reglamento. Entre estos que no se pueda denegar el embarque a pasajeros con discapacidad, por razones de seguridad, a criterio de las aerolíneas y que no se exija a los pasajeros con discapacidad ir acompañados de otra persona, puesto que lesiona su libertad de desplazamiento por motivos asociados a la discapacidad.

 

Además, en la carta se pedía que la indemnización por daños o extravío de los productos de apoyo, como sillas de rueda o andadores, sea por el valor real de estos elementos, y que estos no sean considerados como mero equipaje.

 

La Comisión Europea ha respondido que “examinará detenidamente” las quejas expuestas por Inmaculada Rodríguez Piñero, y reconoce que no es la primera vez que los colectivos de personas con discapacidad denuncian esta situación. “Las organizaciones de personas con discapacidad a menudo mencionan estas cuestiones como las principales barreras que les impiden utilizar el transporte aéreo de forma comparable a como lo hacen el resto de los ciudadanos”.

 

El gobierno de Bruselas reconoce que la propuesta de la Comisión de revisar el Reglamento (CE) n.º 261/2004 “permitiría a los pasajeros con discapacidad o con movilidad reducida declarar el valor de sus equipos de movilidad a la compañía aérea antes del viaje y recibir una compensación equivalente al coste de reparación o sustitución del equipo de movilidad en caso de que este resulte dañado o se pierda durante el viaje”.

 

Fuente: La Vanguardia