Estas experiencias han tenido lugar durante la celebración del webinario ‘¡No estás sola!’ enmarcado en este ciclo de encuentros, impulsado por CERMI Mujeres, con el objetivo de favorecer, durante la pandemia, el acompañamiento y la participación de las mujeres y niñas con discapacidad, así como de las madres y cuidadoras de familiares con discapacidad.

 

Por su parte, Carmen María Rodríguez Rincones, mujer con discapacidad visual, ha contado cómo tras terminar la carrera tuvo un accidente y perdió la visión de un ojo, dejando muchas secuelas en el otro. A partir de ahí, según ha compartido, se involucró en la ONCE ejerciendo de presidenta del colectivo Senior de Unidad Progresista de la ONCE (SUPO), donde trabajó e hizo una gran labor a favor de la inclusión de las personas mayores de Tenerife. 

 

En este sentido, ha relatado cómo, al fallecer su marido, se encontró sola y se enfrentó a la realidad de envejecer sola y con una discapacidad. “Es una soledad impuesta y dura, ya que la soledad multiplica más las cosas y los problemas se vuelven más difíciles”, ha afirmado. Aun así, para ella, “no hay que dejar que te atrape la tristeza ni la melancolía”, sino que “hay que seguir siendo activos, gestionar nuestra autonomía y pensar que la vida sigue, sin aislarnos”. 

 

Asimismo, Ana Elena Zapata, la directora de la Residencia para Mayores ILUNION Virgen de la Esperanza en Murcia -donde residen 63 personas aproximadamente, de las cuales las mujeres son el doble que los hombres- ha contado los planes que tienen para Navidad teniendo en cuenta que las personas mayores de la residencia no pueden salir dada la situación actual y debido a las medidas implantadas por Sanidad. Así, ha explicado, que para suplir esta falta de contacto con sus familiares, van a recurrir a una iniciativa que consiste en llevarles algún objeto físico que les conecte con el exterior, ya que no pueden estar en contacto. 

 

La psicóloga Claudia Tecglen también ha participado en este XXII webinario con una ponencia sobre cómo combatir la soledad desde el interior. En este sentido, ha remarcado que “lo único que podemos gestionar es nuestro propio interior, nuestra actitud ante las circunstancias”. Para ella, tener una red de apoyo es esencial. Según considera, si una persona se siente sola, tiene que pedir ayuda si lo necesita. “Lo único que podemos controlar es nuestra actitud. Todo depende de cómo miremos las cosas, ver todo lo que hemos conseguido, dar las gracias por vivir cada día porque las dificultades hacen que tengamos otra perspectiva”, ha aseverado.  

 

 

La vicepresidenta ejecutiva de la Fundación CERMI Mujeres, Ana Peláez, ha aprovechado para hacer un repaso de todo el recorrido del ciclo ‘No estás sola’, gracias al que mujeres y niñas con discapacidad, y madres y cuidadoras de familiares con discapacidad han tenido la oportunidad de aprender y sentirse acompañadas en un espacio donde combatir la soledad forzosa y la difícil situación que ha supuesto la pandemia, ya que sufren una mayor vulnerabilidad que el resto. 

 

A lo largo de estos XXII encuentros, han abordado el impacto de la salud en mujeres y niñas con discapacidad en todo el mundo durante situaciones de crisis como la pandemia de coronavirus; o las situaciones de violencia doméstica por razón de género y discapacidad durante el confinamiento. También, según ha señalado, han trabajado en la inclusión de las mujeres y niñas con discapacidad en el diseño de las políticas para la desescalada, al tiempo que han debatido sobre la institucionalización, el acceso a la educación telemática durante la pandemia, el grave impacto en el empleo de las mujeres con discapacidad, el aislamiento o la soledad de mujeres mayores, así como otros factores de exclusión a los que se han enfrentado (mujeres y niñas con discapacidad en el mundo rural, prejuicios, prácticas nocivas, falta de apoyos, entre otros).

 

Todo ello con la colaboración de otras organizaciones, nacionales e internacionales, así como de múltiples personalidades políticas.