Se trata de un caso especialmente grave de menosprecio y burla, pues este alcalde hizo estas declaraciones en el ejercicio de sus funciones como responsable público, en el transcurso de un pleno municipal de su ciudad, circunstancias en la que está especialmente obligado al respeto y a la corrección con todos sus conciudadanos.

 

Todas las personas con discapacidad se sienten heridas por este tipo de expresiones que inciden de modo burdo y grosero en estereotipos devastadores que niegan el valor intrínseco y la aportación de las personas con discapacidad a la vida en comunidad y que han de ser tratadas como un miembro más, respetado y respetable de la sociedad.

 

Ante lo intolerable de este comportamiento, el CERMI exige a la formación política a la que pertenece el alcalde de Torremolinos la apertura de un expediente disciplinario por conducta impropia y lesiva de derechos de minorías. Además, planteará el caso ante el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para que determine si estas declaraciones constituyen una infracción de la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad y por tanto pueden ser objeto de sanción administrativa, en su máximo grado.