Fue en un acto institucional con motivo de la conmemoración, el 2 de abril, del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, al que asistieron el director general de Políticas de la Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, Jesús Celada; el presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno; y el presidente de la Confederación Autismo España, Miguel Ángel de Casas.

 

También revelan los estudios que la pandemia ha puesto de manifiesto la falta de ajustes y adaptaciones específicas en las metodologías de educación a distancia para el alumnado con autismo, que ha aumentado "considerablemente las necesidades de apoyo psicosocial y en materia de salud mental de las personas con autismo".

 

“La pandemia ha aumentado la vulnerabilidad de un colectivo que ya tiene un riesgo superior de verse excluido en ámbitos como la educación y el empleo. Ha incidido en su salud mental, su bienestar emocional, sus oportunidades para acceder a una educación o para mantener sus puestos de trabajo”, destacó la directora técnica de Autismo España, Ruth Vidriales.

 

En representación de las familias de personas con TEA, Susana Guri, miembro de la junta directiva de Autismo España, remarcó que lo más difícil de la pandemia fue el confinamiento, “dejar de hacer todo de un momento a otro y quedarse en casa”. Además, “en este contexto tan difícil, tuvimos que trasladar a mi hijo Nacho la pérdida de su abuelo”, pero “se adaptó mejor de lo esperado, se hizo más flexible en sus rutinas y nos ayudó a sonreír en los momentos difíciles”. 

 

Guri también señaló que echó en falta “apoyos en el ámbito educativo, porque no estábamos preparados para la educación a distancia”, a pesar del esfuerzo realizado por los y las profesionales de la educación que trabajaron con su hijo.

 

Sofía Mediavilla, mujer diagnosticada de TEA, estudiante del Grado de Historia, explicó que lo más duro ha sido el confinamiento. “Me afectó anímica y físicamente. Echaba de menos poder quedar con mis amigos, interactuar con otras personas y mis intervenciones en la asociación, que para mí eran fundamentales. Además, se incrementaron mis problemas para conciliar el sueño y me preocupaba mucho por mi madre y por mi hermano, que es enfermero, por si cogían el Covid”. Por lo que respecta al ámbito educativo, sostuvo que ha echado en falta “las clases presenciales, el apoyo de mis compañeros, pero ha sido positivo sustituir los exámenes por trabajos”, concluyó.

 

Fuente: Servimedia