¿Cómo están viviendo esta situación? 

 

Lógicamente, con muchísima preocupación e inquietud. Analizamos qué podemos aportar y qué podemos hacer para aliviar la sobrecarga y falta de material que tienen nuestras entidades, especialmente las que prestan recursos residenciales.

 

La actividad asistencial ha bajado durante la crisis, pero hay que destacar que se hace todo lo que se puede para beneficiar a las personas con discapacidad que precisan asistencia. Se trata de continuar dando apoyo a las familias y a las personas con discapacidad, algo que están realizando los profesionales que no prestan el servicio presencial a través de medios telemáticos, a través de herramientas como, por ejemplo, el wasap o el Skype.

 

La mayoría de nuestras residencias son de personas con discapacidad intelectual, muchas de Plena Inclusión, aunque también hay discapacidad física. Estamos analizando cómo ayudarlas para dotarlas de equipos de protección individual (EPI), pero nos encontramos con un mercado salvaje, desabastecido o con unos precios absolutamente elevados. Lo más preocupante es la falta de recursos en residencias.

 

Efectivamente, las residencias de Castilla-La Mancha han sido uno de los sectores más afectados. ¿Qué acciones están desarrollando desde el CERMI CLM tratar de mejorar su situación?

 

Recientemente tuvimos una reunión, virtual por supuesto, con la Consejería de Sanidad, el director general de Salud Pública y la gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) Regina Leal. En ella, explicaron la decisión de establecer un mando único en Sanidad con el objetivo de mejorar y atajar la situación de crisis en las residencias. Se nos informó que todos los centros de carácter privado pasan a depender de la Consejería de Sanidad, y hay que considerar que, aunque sean gestionados por entidades de la discapacidad tienen carácter de centro privado, pero en esta crisis dependen también de la Consejería de Sanidad

 

Se han establecido tres tipos de residencias sanitarias. En el primero, se encuentran las residencias con personas enfermas; en el segundo, las personas curadas, aquellas que han tenido contacto con alguien con el coronavirus o están con leve sintomatología; en el tercero, residencias para quienes no presentan síntomas ni han tenido contacto con alguna persona contagiada.

 

¿Tanto para mayores como para personas con discapacidad?

 

Así es. Quedan al mismo nivel los mayores y las personas con discapacidad en este momento excepcional. Nos planteábamos qué iba a pasar con las personas con discapacidad intelectual, que son la mayoría que en Castilla-La Mancha ocupan plaza en estas residencias. La respuesta es que van a estar juntas por la excepcionalidad de la situación ya que, además, no se van a habilitar centros específicos, salvo tal vez en alguna de las localidades más grandes. 

 

Nos preocupaba que pudiera haber personas con problemas conductuales en este momento y esta situación. Para ello, ofrecemos nuestra ayuda y recursos para instruir al personal de las residencias, incluso dar apoyo asistencial en los casos en los que sea posible. 

 

De todos modos, es importante destacar que el personal de las residencias de mayores también trabaja con personas que por razón de la edad ya tienen problemas de movilidad, conductuales y de deterioro cognitivo. Por ello, están capacitados para tratar a nuestro colectivo, sobre todo en una situación como la actual.

 

¿Y cómo es la situación en las residencias y centros asistenciales de la discapacidad?

 

Está llegando muy poco a poco el material necesario de protección de desinfección, esto crea mucho desasosiego entre las entidades que prestamos estos servicios y además, también nos estamos quedando sin gente, puesto que nuestro personal también es contagiado. El gran problema al que nos encontramos es la falta de material específico para afrontar esta pandemia. 

 

Asimismo, es importante destacar la gran solidaridad que hemos encontrado en la sociedad, puesto que mucha gente está volcándose ayudarnos y tratar de conseguirnos material.

Además, en una comunidad autónoma tan extensa como Castilla-La Mancha, la dispersión de la población en muchos núcleos de escasa densidad de población también dificulta su labor asistencial. ¿Qué acciones están desarrollando para ayudar a estas personas?

 

Así es. Desde el CERMI CLM tenemos la gran preocupación de conseguir que llegue material donde sea necesario. Nos han comunicado que se estaba dejando de atender el servicio de ayuda a domicilio que prestan las entidades locales por falta de personal también. 

 

Teníamos una reunión pendiente con la Dirección General de Consumo, previa a esta crisis, para firmar un convenio sobre compra asistida. Esta pertenece ahora a la Consejería de Desarrollo Sostenible. Aprovechando esta reunión pendiente, a la que también se incorporó el Consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, este nos comunicó que, al tener también las competencia de Medio Ambiente y disponer de la red de agentes medioambientales, habían comenzado por realizar tareas de desinfección de calles de los municipios y por tanto se podría apoyar a los municipios sobre todo a los del medio rural en otras necesidades, como pueda ser la asistencia a domicilio, llevando la compra a personas mayores o con discapacidad que estén solas.

 

A muchas personas no les están llegando suministros al desaparecer la venta ambulante o porque no les llevan productos a sus domicilios en pequeñas poblaciones. Para remediarlo, se ha acordado que, a través de agentes de medioambiente, se lleve a domicilio a estas personas la ayuda necesaria y alimentos. 

 

Se está haciendo llegar a todos los alcaldes de Castilla-La Mancha que contacten con la Delegación de Desarrollo Sostenible de su provincia, a través de la Empresa Pública de Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha (GEACAM), para poder realizar estas actuaciones.

 

Estas dos semanas de Estado de Alarma, la administración regional ha desarrollado planes y protocolos para que esta ayuda llegue a estas personas, pero está costando, además de que también hay personal que trabaja este servicio que también se está poniendo enferma. Confiemos que mejore este servicio de asistencia.

 

Se está hablando mucho estos días también de la necesidad de salir a la calle por parte de personas con autismo. De hecho, el Gobierno de España lo ha autorizado. Hay personas y asociaciones que han solicitado salir a la calle con un brazalete o bufanda azul, como también hay quienes lo critican como una forma de estigmatizar. Usted también es presidenta de la Federación Autismo de Castilla-La Mancha. ¿Cuál es su opinión al respecto?

 

Desde la Federación de Autismo de Castilla-La Mancha se promovió que las familias o terapeutas llevaran un chaleco amarillo cuando salgan a la calle al paseo terapéutico que necesitan personas con autismo. Era para distinguirse en una situación de emergencia como la que vivimos. 

 

Hay que destacar que con el Estado de Alarma estas personas han cambiado sus rutinas, y esto les puede causar mucho estrés y una tremenda ansiedad. Incluso, hay quien esto le puede llevar a autolesionarse o adquirir una conducta agresiva. Desde el CERMI Estatal y Autismo España pedimos ayuda para al Ministerio de Interior para que se añadieran excepciones al Estado de Alarma y que precisamente, pudieran salir a la calle a modo terapéutico personas con autismo, daño cerebral y otras discapacidades. 

 

Actualmente, muchas familias y terapeutas, que están sacando a personas con autismo a la calle, se están encontrando reproches de gente que quizás no sabe, y no tiene por qué saber, esta situación y su excepcionalidad. Aparte, incluso hay acompañantes de personas con autismo que han sido multados. 

 

Al tener que dar explicaciones, tanto a fuerzas de seguridad como a quienes nos digan que no se puede pasear, hubo quien pensó solucionarlo poniéndose un chaleco amarillo o brazaletes, pero también quien considera que esto supone una forma de estigmatizarnos, lo cual también hay que entenderlo.

 

Desde el movimiento asociativo de las personas con discapacidad, si se defiende la Convención de la ONU sobre nuestros derechos, no se puede estigmatizar. Lógicamente, si te marcas ya te estás estigmatizando. 

 

Hay que entender tanto a la familia que sale a la calle con el chaleco para que no le digan nada, como también a quien no quiere estigmatizarse. 

 

Hubo, incluso, policías que decían que teníamos que llevar los brazaletes para no ser multados. Por ello, autismo España estuvo en contacto con la Guardia Civil y la Policía, y finalmente se admitió y puso de manifiesto que no se puede obligar a la gente a ir por la calle ‘marcado con un brazalete a modo de la estrella de David’.

 

Echando la vista atrás, ¿hemos vivido en un exceso de autoconfianza?

 

En el movimiento asociativo de la discapacidad no, puesto que siempre estamos construyendo aviones en pleno vuelo y seguimos haciéndolo. Es una virtud que seamos capaces de autoinventarnos en cualquier momento. 

 

Quizás, ahora se ven los recortes en dependencia y servicios sociales. Hace dos años, cuando el Gobierno Regional nos otorgó el premio de iniciativa social a los 20 años de trayectoria del CERMI CLM, en el discurso de la entrega ya dije que, en la pasada crisis, la sociedad civil de nuestro país y las entidades sociales en concreto “pusieron el pie en la pared” para detener el tsunami que arramplaba con los derechos sociales, sospechosos estos de ser un lujo social; dije que teníamos que sumar fuerzas porque el tsunami podía volver, así que debíamos poner el pie en la pared para resistir los cambios perversos… ¡Y mira! Todavía no había vuelto la ola del tsunami al mar de la crisis anterior, cuando ya lo tenemos aquí de nuevo.  En la crisis de 2012, hubo algún dirigente político que me argumento que “los derechos sociales eran un lujo social”. ¡Qué cortoplacistas! Ahora estamos pagando esos recortes. Espero que nunca más se considere la salud y los derechos sociales un lujo. Sin salud no hay quien genere economía. 

 

¿Los derechos sociales, un lujo social? ¡Qué falta de empatía y carencia humanidad! Es un comentario increíble.

 

Así es. Este dirigente sigue y es de los que ahora critica cómo hemos llegado a esta situación. Asistir, ayudar y atender a las personas más vulnerables, desde luego no es un lujo social. 

 

Además, la asistencia a la dependencia, aparte de los beneficios obvios para las personas que la reciben y sus familias, también genera puestos de trabajo, que a su vez generan que haya mayor consumo, más impuestos, cotizaciones a la seguridad social, etc. Es un beneficio no solo económico. 

 

De hecho, de cada euro de subvención que reciben las entidades sociales, se devuelven cuatro en impuestos.

 

Y, por último, ¿es optimista de cara al futuro?

 

Sí, pero antes tenemos que aprender que no podemos ser cortoplacistas en las medidas que se toman. Lo que se hace y se recorta hoy, repercute en el mañana. 

 

Hay que ser previsores y tener un reservorio en todos los sectores económicos, especialmente en aquellos dedicados a nosotros mismos, y tener cuidado porque el tsunami puede volver. 

 

Ahora afloran los recortes de la otra crisis. Desde luego, nos lo tenemos que hacer mirar y ser mucho más previsores.