¿Cómo valora estos últimos cuatros años?

 

-Internamente hemos vivido una etapa intensa de cambios para reforzar nuestra organización y, en cuanto al trabajo con las diferentes administraciones, ha sido una legislatura de mucho trabajo y participación aunque cada cuál tiene una visión de los resultados.

 

¿Y cuál es la suya?

 

-Bueno. Somos conscientes de que a veces no se puede hacer todo lo que se quiere por los propios ritmos de la Administración y las limitaciones presupuestarias. Cuando hay un cambio siempre hay una expectativas muy altas. Al menos se ha logrado volver a niveles de inversión previos a los recortes tras la crisis y nuestro sector ha sido bien tratado. Esto es positivo aunque no tanto como lo esperado...

 

Queda pendiente el Plan de la Discapacidad 2019-2022....

 

-Es una prueba de que la legislatura se ha quedado corta. Hemos participado en su proceso y estamos a la espera de contar con los indicadores y datos económicos.

 

Este ciclo se cierra con 33.000 personas con una discapacidad reconocida oficialmente....

 

-Sí. Y eso es importante aunque siempre hay dudas sobre el número real de personas con algún nivel de discapacidad. Los datos navarros son diferentes a los del Estado. Se maneja una encuesta de 2008... En cualquier, sin restar importancia a los certificados de un 33% de discapacidad que dan opción a ayudas y servicios garantizados, hay animar a toda persona con discapacidad a que se reivindique como sujeto de derechos porque hay avances -por ejemplo en accesibilidad- que no tienen costes económicos.

 

En este sentido el reciente cambio legal que permitirá votar a 2.000 personas con discapacidad intelectual es un paso...

 

-Sí. Al margen de cómo haya sido su tramitación en el Congreso era una reivindicación histórica de nuestro colectivo porque lo que subyace es que somos sujetos de derechos y que el tener reconocida una incapacidad concreta no te incapacita como ciudadano/a

 

(Información publicada en Noticias de Navarra)