Publicación
“Cuentos feroces", de Léon Bloy, nuevo título de la Colección Empero
23/12/2014
La colección Empero, promovida por el CERMI y dedicada a la literatura de la diversidad, acaba de publicar “Cuentos Feroces”, del escritor francés Léon Bloy. En “Cuentos Feroces”, Léon Bloy recoge, literariamente reelaborados, episodios crueles hasta el límite vividos u oídos en la guerra francoprusiana (1870-1871), en la que el autor combatió como voluntario del Ejército del Loira.
Para Bloy, la guerra no es una maldición, sino un principio de liberación, una repetición del Armagedón del Apocalipsis que, al precipitar la historia, traerá necesariamente la consumación de los tiempos y el anhelado Reino de Dios. Pero más allá de la materia bélica, omnipresente, todos los cuentos de esta selección que publica Ediciones del Cobre están presididos por las obsesiones de Bloy, que otros, que él mismo, llamaba fe: la interpretación en clave sobrenatural de sucesos históricos, la convicción religiosa inconmovible, la diatriba virulenta, el ejercicio fanático del nacionalismo francés, el tono profético, de dureza extrema, el desprecio absoluto por lo burgués, identificado con lo demoníaco, etc.
A juicio del editor español, Luis Cayo Pérez Bueno, “todos los componentes temáticos de la obra, antipáticos o, cuando menos, incómodos a primera vista, se combinan, con la argamasa de una prosa refulgente, incendiaria, dando como resultado una obra de arte abrasiva, que quema las manos y los ojos de quien la lee”.
Léon Bloy (Périgueux, 1846-Bourg-la-Reine, 1917) es uno de los escritores con más acusada personalidad de la Europa de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Raro entre los raros, como lo calificó Rubén Darío, enconado polemista y crítico inflexible de los hombres y la sociedad de su tiempo, visionario y por momentos místico, atacó con violencia inusitada las corrientes literarias y de pensamiento de su época, rebelándose contra los valores de la sociedad burguesa. Católico recalcitrante, del que la Iglesia francesa renegaba por demasiado ortodoxo, fue autor de panfletos, novelas y ensayos de estilo encendido y magnificente, considerado por Jorge Luis Borges (su rendido admirador) como uno de los más vívidos de la literatura.
Pobre de solemnidad, místico bohemio, llevó una vida profundamente infeliz, marcada por las desgracias familiares y por la ignorancia, el desprecio y la conspiración de silencio de sus contemporáneos. Sus obras, entre las que destacan “El Desesperado”, “La Misérrima”, “Cuentos Descorteses”, sus monumentales “Diarios”, que llevan el elocuente título de “El Peregrino del Absoluto”, retratan un mundo en descomposición de cuya hedionda podredumbre el ser humano solo puede liberarse por medio del amor absoluto.