"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
Derecho y Discapacidad, cuestión pendiente
Por Luis Cayo Pérez Bueno, Presidente del CERMI
19/11/2013
¿Por qué son precisos esfuerzos considerables en dos dimensiones sino contrapuestas sí separadas, lejanas y hasta extrañas como las que representan el Derecho y la Discapacidad? ¿Por qué una porción de la sociedad civil entiende que está justificada la creación de una fundación, de nuevo cuño, dedicada por extenso al Derecho y a la Discapacidad, a sus múltiples correspondencias e interrelaciones, a sus cuantiosos desencuentros y fricciones? La respuesta es sencilla, porque es una cuestión no resuelta. Porque hoy, transcurridos casi cuarenta años de régimen democrático en España, ambas realidades no solo no conviven armónicamente, sino que ni siquiera coexisten pacíficamente.
Las personas con discapacidad experimentamos nuestra vida en comunidad, cuyas reglas mayores vienen impuestas por el Derecho en tanto que expresión de la ordenación de la convivencia social, en términos de carencia, de exclusión, de dificultad máxima. Nuestro acceso a los bienes sociales básicos y a los derechos que fementidamente deberían consagrar su regular ejercicio es desigual, precario, discontinuo. Y no solo porque nuestros derechos sean siempre de una materialidad tal que requiera de un previo contenido económico. Ni los derechos civiles y políticos y menos aún los sociales, económicos y culturales, está medianamente asegurados para los hombres y mujeres con discapacidad en España. No es mera cuestión económica, que desde luego, es también cuestión de toma de conciencia, de modelo, de apertura a una diversidad humana a la que no reconocemos como valiosa, y a la que se escamotea su participación e inclusión, con una miríada de restricciones, trabas e impedimentos.
De ahí la necesidad de actuar, de no cesar, desde cualquier esfera, también la cívica, de plantear y generar cambios. En ese campo abonado, saturado de un mantillo de discriminaciones, vulneraciones y lesiones de derechos humanos básicos y libertades fundamentales, arraiga la iniciativa que ha llevado a poner en práctica este intento modesto pero sugestivo llamado Fundación Derecho y Discapacidad. Un instrumento que solo cuenta con la inteligencia y voluntad de sus miembros, que no se resignan por más tiempo aceptar impasibles que el Derecho y la Discapacidad tengan forzosamente que relacionarse en términos de contienda.