Síguenos en

  • Ir a Cermi en facebook.
  • Ir a Cermi en twitter.
  • Ir a Cermi en Linked in.
  • Ir a Cermi en Instagram.
  • Ir a Cermi en Youtube.

CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 21 de septiembre de 2012cermi.es semanal Nº 47

Ir a Cermi en Instagram.

"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Cuarto de invitados

Ernesto Cardenal, sacerdote y poeta

“Todos somos criminales y santos”

Por Esther Peñas

Imágenes: Jorge Villa

Tras ese semblante de venerable y pacífico anciano, late el vigor de un revolucionario en activo. Ernesto Cardenal (Nicaragua, 1925) fue novicio trapense antes que sacerdote. Le fascinó la vida contemplativa. Después, se enroló en sandinismo y acabó como ministro de Cultura nicaragüense. En 1994 abandonó el partido, por considerar que Daniel Ortega traicionó la revolución. No obstante, él mantiene intacta su fe en la utopía. Y en la Teología de la Liberación. La Iglesia, es la Iglesia de los pobres o no es auténtica Iglesia.

Una reprimenda pública lo colocó en el ojo del huracán. Seguro que lo recuerdan. Fue en 1983. Juan Pablo II viajó a Nicaragua. Al pie de la escalinata del avión, lo esperaba Cardenal, boina insurrecta en ristre. Wojtyla desenfundó el dedo acusador -siempre el índice- y le amonestó por su actitud teológica y por su praxis política. Dicen que el Papa se arrepintió después de aquello.

Su genio brota como un géiser inopinadamente. Se le perdona. No tiene libertad para hablar en el extranjero de lo que sucede en su país, sus cuentas bancarias están congeladas y su correo electrónico, intervenido.  

Él, Cardenal, ha seguido luchando en favor de los más desfavorecidos y pespuntando sus versos emocionantes que siempre laten desde lo cotidiano. Este año ha recibido el Premio Reino Sofía de Poesía Iberoamericana. La editorial Trotta ha publicado en España el grueso de su obra. Una obra imprescindible. 

Durante muchos años, ha sido uno de los poetas más populares pero menos galardonados. Sin embargo, en poco espacio de tiempo ha recibido el Premio Pablo Neruda, el Reina Sofía, y ha sido nombrado académico en Méjico y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Huelva. Eso ¿escama o reconforta?
Me reconforta, me alegra, me gusta, significa que me están leyendo, y uno escribe para ser leído. Hay quien dice que se escribe para uno mismo, pero eso no es cierto.

Si echa la vista atrás, ¿se reconoce en sus libros?
De ninguna manera. Reconozco los errores de lo que escribí, de otro modo no podría avanzar. Uno no crece si se atiene a lo que ya ha hecho, ya ha escrito, ya ha dicho. No me gusta releerme por eso. Si algo me gusta de lo que escribo, es lo que acabo de escribir.

Afortunadamente...
Así es. Nunca me he aprendido de memoria mis poemas, por eso puedo escribir cosas nuevas después.

“No es tiempo ahora de crítica literaria. Ni de atacar a los gorilas con poemas surrealistas”, escribió. ¿Nunca le interesó la estética por la estética misma?
Muy poco. De joven me influyeron bastante algunos poetas digamos surrealistas o no realistas, muchos de ellos herméticos; de joven hice poesía hermética, pero después evolucioné a una poesía que se entendiera, que es la que ha prevalecido en mi boca. Siempre he hecho un esfuerzo por escribir cosas que se entiendan, que transmitan, y no únicamente para mí mismo.

¿Cómo es posible hacer de lo cotidiano un rito, es decir, algo sagrado, en vez de algo rutinario?
La realidad es sagrada, no hay nada profano para el cristiano desde que Dios se encarnó en la humanidad; se encarnó en todo el cosmos, no sólo en la especie humana, se encarnó en lo propio y en el universo, por eso todo es sagrado, lo cotidiano, también. Ése es el misterio de la Encarnación, que todo es divino; los místicos ya descubrieron que todo es Dios, cada uno de nosotros es Dios, pero Dios es todavía más grande que eso.

Ahora que menciona a los místicos, estoy leyendo a Nicolás de Cusa, que asegura que cada vez que un necio porfía, el universo entero se estremece. ¿Tanto?
Está muy bonito eso... y es muy cierto.

En Europa sufren estrés hasta los sistemas financieros. ¿Hay margen para remontar?
A nivel de lo financiero es un fracaso, pero la única solución es acabar con el sistema, el capitalismo tiene que acabar, el capitalismo es un suicidio.

¿Quizás el gran pecado de Europa haya sido la omisión, mirar siempre para otro lado?
Me estás hablando en un lenguaje muy filosófico y no me gusta. No puedo contestar a lo que estás diciendo.

¿Por qué resulta tan fácil que alguien que lucha en el lado de los oprimidos termine convirtiéndose en opresor?
Es la condición humana la que nos conduce a hacer el bien o a hacer el mal, generalmente hacemos ambos. San Pablo decía sentir en su cuerpo que hacía lo que no quería. La contradicción de todo ser humano. Todos somos buenos y malos, unos peores que otros, y unos mejores, criminales y santos, y el criminal puede llegar a ser santo y al revés.

El ‘Evangelio en Solentiname’ contiene reflexiones de gente humilde tan sinceras y hondas como las de los grandes teólogos. ¿Qué hace falta para acercarse a Dios?
Basta buscarlo. San Agustín dice que si lo buscas ya lo has encontrado.

Mantiene su vocación contemplativa, pero mucha gente no entiende la opción de dedicarse a la oración.
Siempre ha sido así, jamás ha sido entendido salvo en algunos pocos; de hecho, los místicos han sido perseguidos por sus religiones oficiales, no sólo los cristianos, porque los místicos nunca han sido ortodoxos, o por lo menos jamás han sido considerados como tales.

¿Han desaparecido los pobres del horizonte de El Vaticano?
Sí, porque El Vaticano ha traicionado el Evangelio, está muy lejos de la Iglesia que Jesús quiso fundar con unos pescadores; la Iglesia verdadera es la Iglesia de los pobres, El Vaticano... esta mañana, mientras desayunada, escuché a alguien hablar de ‘la mafia del Vaticano’. Me gustó la expresión. Esa mafia está muy lejos del Evangelio y, por tanto, muy alejada de los pobres. Ya Pío XII, muy conservador, en aquel tiempo decía que la Iglesia son los laicos, no que los laicos también fueran Iglesia, sino que sólo ellos la conformaban. Eso está bonito. Sin embargo, la Iglesia es la monarquía más absoluta que existe en la tierra. No creo que la Iglesia del futuro sea esta, sino que será muy diferente. El Papa debe ser elegido por todos, y no sólo por los cardenales que a su vez han sido elegidos por el Papa anterior. Una mujer puede llegar a ser Papa, y los papas han de poder ser destituidos, como cualquier otra autoridad, por aquellos mismos que lo eligieron. Hay un dominico francés que aseguró que la Iglesia del futuro sería sólo de revolucionarios. Así debería de ser, porque quien la fundó fue un revolucionario.

¿Habrá una escisión completa entre la jerarquía eclesiástica y las bases, lo que en el Concilio Vaticano II se denominó ‘pueblo de Dios’?
La Iglesia tendría que ser consciente de lo que está diciendo, que no hay entendimiento alguno entre El Vaticano, la curia, podríamos llamar, y los pobres, los laicos. La Iglesia no sólo son el Papa, los cardenales, los obispos, sino en efecto el pueblo de Dios, tal y como fija el Concilio Vaticano II. La Iglesia no es la Iglesia que dirige Ratzinger, que hace las cosas sin consultar a nadie; las decisiones tendrían que estar colegiadas, y ser tomadas entre el Papa y los obispos, y no está siendo así.

Leí en una entrevista que le hicieron hace tiempo que aseguró que “amar es combatir...”
No lo niego, pero no recuerdo haber dicho eso. ¿Estás grabándome? Quiero que me grabes para que no digas después lo que no he dicho. Amar es muchas cosas... también combatir... ¿qué querías preguntarme?

... si amar es combatir, ¿podemos hablar de la violencia de la paz?
Por supuesto que sí. Pablo VI, en Colombia, declaró que la lucha armada estaba justificada ante una tiranía prolongada y evidente. No siempre, pero cuando no hay otro medio de liberarse más que con las armas, se permite. El Concilio Vaticano II explicaba que era inmoral, textualmente dice que es inmoral, confundir la violencia justa con la violencia injusta. Cuando una nación invade a otra, aparece la violencia justa de quienes se defienden. Por tanto, hay una violencia liberadora.

¿Benedicto mejor que Juan Pablo?
Ninguno de ellos. Acaso sea peor Ratzinger.

  • facebook
  • twitter
  • linked in
  • enviar a un amigo
  • imprimir noticia

Con el apoyo de:

  • Logotipo de El Goberno de España - Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Secretaría de estado de servicios sociales. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de la Fundación ONCE. Abre una ventana nueva.
  • CERMI. Innovación social en discapacidad. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de El Goberno de España - Ministerio de Asuntos sociales, unión europea y cooperación. Abre una ventana nueva.
  • Logotipo de la Hablamos de Europa Abre una ventana nueva.

    ¿Dónde estamos?

    Calle Recoletos, 1 Bajo, 28001 Madrid - España