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España arrastra un déficit social que compromete el desarrollo humano de muchos sectores de población
Se impone una reforma constitucional urgente, ha enfatizado el presidente del CERMI
12/07/2017
España arrastra un déficit social estructural y sistémico que compromete y lastra el desarrollo humano de amplios sectores de población y que tras cuarenta años de vida democrática aún no se ha reparado, ha habido una transición política pero no ha terminado de llegar la transición o la ruptura social, tan apremiante.
En estos términos se ha expresado el presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno, durante una intervención en el curso de verano "Servicios sociales locales en reconstrucción", organizado por la Universidad de Málaga en la sede de Vélez Málaga.
A lo largo de su exposción, centrada en la migración pendiente de los servicios sociales a los derechos sociales, el dirigente asociativo ha hecho un examen de la arquitectura legal y política de los servicios sociales en nuestro país, señalando las graves carencias de nuestro pretendido sistema de derechos sociales, que ni siquiera tiene amparo ni reflejo constitucional.
Para el presidente del CERMI, la Constitución española es paradójica por cuanto define al Estado, como primer calificativo, como social pero luego no dota ni construye un sistema de derechos sociales, que ni son mencionados en el texto constitucional ni tienen el rango de fundamentales, limitándose a enunciar unos meros principios rectores para los poderes públicos, que no compelen a estos, quedando lo social en una zona débil y precaria, sin garantías ni seguridades de efectividad.
Se impone, ha enfatizado el presidente de la plataforma representativa de la discapacidad, una reforma constitucional urgente, en clave de derechos sociales de rango fundamental, que devuelva al Estado (administración central), atribuciones de regulación y de garantía última, de las que ahora está desposeído.
De esa reforma constitucional, denunció, que es la que más conectaría con las demandas de la sociedad castigada, casi nadie habla, ni plantea ni propone. España necesita una transición social, ya tarda, sentenció Perez Bueno.