En 2018, especialmente pródigo en avances para la discapacidad, la Fundación CERMI Mujeres ha celebrado su cuarto año de vida. Atrás quedan los primeros momentos de análisis, propuestas, preparación y construcción de un proyecto de mujeres para mujeres, fruto del convencimiento profundo del CERMI de la necesidad de crear un espacio para dar voz a la parte de la sociedad civil de la discapacidad más numerosa y, paradójicamente, más invisible. Ha sido el entusiasmo sin límites de quienes lideraron este viaje desde el primer momento, y el empuje constante, sostenido, de quien coordina el día a día, lo que ha llevado a esta Fundación a alcanzar una velocidad de crucero imparable ya. 

 

Y lo hace en un año en el que las mujeres con discapacidad han logrado hitos inimaginables en otro tiempo, formando parte de ese espacio de todas las mujeres en el Comité de la CEDAW, participando por primera vez en el Gobierno de la Nación; progresando en el reconocimiento de derechos para las mujeres con discapacidad víctimas de violencia o quienes han sido esterilizadas contra su voluntad; creando espacios de participación para las niñas con discapacidad…

 

He tenido el privilegio de formar parte de este proyecto desde sus inicios, y desde aquí quiero mandar un agradecimiento sincero a quienes creísteis en esta aventura desde el primer día, Ana, Luis, Isabel; a quienes desde el Patronato y el Consejo de Participación trabajáis para que la Fundación progrese; a las entidades estatales y territoriales del CERMI, que participáis en los proyectos de la Fundacion; a la Fundación ONCE, con quien colaboramos desde el primer día en situar a las mujeres, niñas, madres, en donde su condición de personas merece; a las entidades públicas y privadas que nos apoyáis; a nuestras hermanas de las organizaciones de mujeres, que nos habéis hecho un hueco entre vosotras; a nuestra red de voluntariado, consultoras, expertas…A todas, un merecido reconocimiento.

 

Pero quiero dejar el último párrafo para lo más importante para mí: las mujeres, cada una de nosotras, mujeres con discapacidad, niñas con discapacidad, madres, cuidadoras de personas con discapacidad, cada una con su singularidad, con sus circunstancias que la hacen única e irrepetible, pero por encima de todo ello, MUJERES. Este año el II Foro Social, en Murcia, nos ha dejado testimonios, huellas de vida, revelaciones de una realidad hasta ahora oscura e incomprendida, que merced a ese espacio creado por mujeres para mujeres ha permitido compartir tragedias personales, odiseas crueles, realidades de una tremenda dureza. Este Foro Social ha conseguido crear un entorno cálido, solidario, fuerte, de esperanzas compartidas. Ese es su gran valor, y esa es, en definitiva, la conquista de la Fundación CERMI Mujeres. A todas, gracias desde el sentimiento más profundo.