Hace tan solo unos días asumía la presidencia de la Fundación CERMI Mujeres (FCM), ¿qué siente ante esta nueva responsabilidad?

 

Sobre todo, ilusión. Estoy muy contenta y agradecida porque hayan pensado en mí, y desde luego siento mucha responsabilidad, porque es una fundación importante y hay que trabajar mucho. Empecé esta tarea en 2005, en la comisión de la Mujer del CERMI Estatal con Ana Peláez y nos conocemos desde hace años y en la Fundación CERMI Mujeres ya era Patrona desde sus inicios, así que creo que es una oportunidad que hay que aprovechar y seguir trabajando por las mujeres y niñas con discapacidad y madres cuidadoras, y favorecer las sinergias para ese asociacionismo de mujeres con discapacidad que es tan importante. Trabajar todas juntas es un reto.

 

Al aceptar este nuevo reto, ¿ha tenido que dejar de lado o aparcar un tiempo otra responsabilidad?

 

Voy a compaginarlo todo, en mi entidad de origen y de siempre, la Fundación DFA, sigo como presidenta porque cuento con un equipo estupendo que me apoya. En Cocemfe lo mismo, ya que en las elecciones de junio Anxo Queiruga también contó conmigo como secretaria de Organización y me siguen apoyando ahora, y en Cemudis también sigo como presidenta porque al igual que la FCM trabajamos por y para las mujeres con discapacidad, siguiendo ese lema de ‘nada sobre nosotras sin nosotras’ y para conseguir su participación y empoderamiento. En Cemudis el trabajo de campo con las mujeres con discapacidad es fundamental y el de la FCM como plataforma reivindicativa y de acción, estudio y trabajo, también.

 

¿Cree que la posición de la mujer con discapacidad y su reconocimiento ha mejorado en los últimos años?

 

Es verdad que va mejorando, pero todavía queda mucho. En el movimiento genérico de discapacidad se va logrando cierta paridad, en Cocemfe, por ejemplo, la ejecutiva es paritaria, pero hay pocas presidentas y responsables de entidades. Eso hay que trabajarlo. Y en el movimiento feminista tampoco hay mujeres con discapacidad y ahí tenemos que reivindicar sobre todo que somos mujeres. Hay que trabajar para que cada vez haya más mujeres porque según el último informe Olivenza, hay solo un 35% de mujeres con discapacidad en activo y el resto de mujeres, si no están activas para trabajar, tampoco lo van a estar para otras cosas. Es un nivel muy bajo de actividad y hay que mover eso, hay que trabajar mucho con las mujeres, las familias, la sociedad, las empresas…

 

¿Cómo cree que se lograría esa participación?

 

Pues ese trabajo ya lo realizan muchas asociaciones de mujeres, como es Acadar en Galicia, o Más mujer en Murcia, o varias asociaciones andaluzas, y en general en todas las comunidades autónomas, que trabajan en el empoderamiento y capacitación de mujeres y niñas con discapacidad; también lo hacen con sus familias, es muy importante para evitar la sobreprotección. En ocasiones se trabaja con ellas en talleres de teatro o literatura, de todo tipo, que sirven para favorecer su participación de alguna manera, para crear un clima de confianza entre mujeres, que también sirve para detectar incluso situaciones de violencia. 

 

¿Cómo resumiría la trayectoria de la FCM? Son pocos años, pero de un trabajo muy intenso.

 

En los pocos años que lleva trabajando, gracias entre otras cosas al apoyo de los CERMIS Autonómicos y de las comisiones de mujer se ha trabajado mucho y se ha logrado un hito muy importante, reciente, como es la modificación del Código Penal que derogará la posibilidad de acordar la esterilización forzosa de personas con discapacidad incapacitadas judicialmente. 

 

Además hay muchos programas y actividades y un trabajo importante de aportaciones normativas e intermediación para la búsqueda activa para que las mujeres salgan de la violencia, charlas ... Ahora están las conferencias sectoriales, el foro social, los webinarios... Aunque estamos detectando gracias a la pandemia que hay mucha brecha digital todavía en mujeres con discapacidad, hay una falta importante de formación en nuevas tecnologías, pero también de acceso a recursos, hay muchas mujeres que no tienen posibilidad siquiera de adquirir un simple smartphone, que es vital hoy en día para ese acceso a conferencias y compartir experiencias y comunicarse, trabajar en red.

 

Tras lograr ese hito contra la esterilización forzosa, ¿tiene la FCM alguna cuestión fundamental sobre la que trabajar?

 

Quedan muchas, pero tenemos que seguir trabajando con los webinarios 'No estás sola', es fundamental, con el Aula de formación de Derechos Humanos, en el acompañamiento en casos de violencia y sensibilizar en el tema de la esterilización una vez que se logre finalmente su erradicación. Y ahora estamos trabajando en la trata y prostitución de las mujeres con discapacidad, primero en su diagnóstico, queremos iniciar esa vía que es muy desconocida y tabú, pero muy importante. 

 

Además, queremos seguir con el trabajo de visibilizar a las mujeres con discapacidad y romper con la imagen aniñada y asexuada que tanto discrimina y margina. Hay que romper esa barrera y por eso se piden campañas de imagen que visibilicen a mujeres con discapacidad, como hacemos con el concurso de fotografía que acaba de fallar la FCM

 

También tenemos que trabajar en la sobreprotección familiar, que no estimula a la mujer a ser autónoma y decidir por ella misma, por eso hay que potenciar la formación de las mujeres con discapacidad, romper tabús de salud sexual, de orientación sexual, porque tenemos las mismas características que cualquier otra mujer. Hay que seguir rompiendo imágenes y tabús, que vean que somos mujeres y no niñas eternamente, por eso es importante trabajar con las mujeres, mano a mano, para que ellas mismas rompan también esos círculos. Ahora, en el comité ejecutivo de CERMI Estatal hay una mujer con discapacidad intelectual y eso es importante, rompiendo imágenes.

 

También la FCM cuenta ahora con la participación de una mujer con discapacidad intelectual, Blanca San Segundo, que forma parte del patronato de la FCM.

 

Es cierto, y fíjate cómo ha cambiado todo, cuando empezamos a trabajar en la comisión de la Mujer de CERMI Estatal, allá por el año 2005, en representación de Salud Mental y de la discapacidad intelectual venían técnicas de las entidades, no había una presencia de las propias mujeres con discapacidad, como sí ocurría con la discapacidad sensorial o la física. En eso sí hemos avanzado.