Entrevista

Paulino Azúa, Delegado del CERMI de Estrategia y para el Tercer Sector Social y coordinador del grupo de envejecimiento activo del CERMI

“Las personas con discapacidad necesitan un plus que no siempre, y menos en estas circunstancias, las políticas públicas están dispuestas a dar”

20/09/2012

Blanca Abella

La belleza de la vejez existe, asegura Paulino Azua. Sin embargo, también existen múltiples impedimentos que la camuflan, o intentan apartarla. Desde el CERMI, conscientes de la realidad a menudo amenazante para este sector, han elaborado un programa que marca las líneas de trabajo entre las personas mayores con discapacidad. Las propuestas del CERMI giran en torno a temas vitales, como son los apoyos para la autonomía personal, la accesibilidad universal, la participación activa, la colaboración intergeneracional y el ocio, entre otros.

Hoy en día envejecemos más tarde, también envejecemos más, vivimos más años en esa llamada tercera edad. Pero, ¿envejecemos mejor o peor?
Creo que se envejece mejor, entre otras cosas porque hay un cierto mayor respeto hacia el mundo de la tercera edad, aunque también hay mucha retórica y muchas veces los abuelos son los últimos, o los olvidados. Pero sí se envejece con más calidad de vida porque la sociedad en general tiene más calidad de vida. Pero cada persona envejece de distinta forma y para mí envejecer es cumplir años, acumular experiencia, acumular tolerancia y procurar una vida digna y autónoma.  

"Me parece fundamental  promocionar el mayor grado posible de autonomía de la persona y, por lo tanto, suministrarles todos aquellos instrumentos que le hagan lo más independiente posible"  

¿Y en las personas con discapacidad?
En el caso de la discapacidad hay más dificultad y también alguna ventaja. Si la discapacidad está en relación desventajosa con el mundo de la no discapacidad, la gente mayor con discapacidad también acusa esa situación, y en algunos casos más grave porque se acumulan otra serie de aspectos.

Y tiene como ventaja el hecho de que la gente con discapacidad está más acostumbrada a luchar, y en ese sentido tiene más vigor para sacar adelante su proyecto vital.

Conocemos cómo se envejece en determinado tipo de discapacidades, pero hay otras sobre las que no hay literatura sobre cómo se envejece, porque son discapacidades relativamente nuevas, porque también depende de los aspectos sanitarios.

La parálisis cerebral, las enfermedades raras, los trastornos sobrevenidos, el trastorno del espectro autista… son relativamente nuevos. Pero en general, sea la discapacidad que sea, me parece fundamental  promocionar el mayor grado posible de autonomía de vida de la persona y, por lo tanto, suministrarles todos aquellos instrumentos que le hagan lo más independiente posible. Eso afecta a la vivienda, al entorno del ocio, a los aspectos económicos, sanitarios, etc. Es todo un conjunto de situaciones que tienen que pivotar sobre la misma persona, y eso es difícil.

Más de la mitad de las personas con discapacidad en nuestro país pertenecen a esa tercera edad, ¿está reflejada esta realidad en las políticas que se fomentan entre las personas mayores, está considerada la discapacidad?
Creo que hasta ahora no. Hay políticas para la tercera edad en general y en algunos casos esas políticas benefician también a las personas con discapacidad, pero hay otras que no, porque las personas con discapacidad necesitan un plus que no siempre, y menos en estas circunstancias, las políticas públicas están dispuestas a dar. Si estamos hablando de la autonomía, eso requiere una serie de apoyos; por ejemplo, si hablamos de vivienda, ¿cuánta gente está en silla de ruedas, mayores, en una casa antigua y sin ascensor? Eso es una cárcel más o menos bonita, ¿no? Si no hay políticas de vivienda que estimulen la renovación de esas infraestructuras, pues vamos mal. Hay otro tipo de políticas que sí existen, en torno al ocio, las vacaciones… aunque en este momento todo el mundo está con las tijeras puestas.

No hay una política específica o una política no específica, lo suficientemente amplia, que contemplara bien las peculiaridades de las personas mayores con discapacidad.

"En este Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional tenía que haber habido un ‘boom’ en Europa y unas políticas acordes, y eso no se ha producido, y no se le puede echar la culpa a la prima de riesgo"

¿Cuál es la utilidad de los años conmemorativos, como este Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional?
Tengo un razonable escepticismo sobre los años conmemorativos, porque nos van a faltar días en el calendario para conmemorar tantas cosas. También es cierto que sirve de llamada de atención, pone a veces las pilas en los propios sectores interesados y hace que algo se revuelva, pero a mí me parece que la eficacia práctica se queda bastante corta. Con eso no quiero decir que no haya que hacerlos, pero sí mirarlos con cierto escepticismo.

Es un año lanzado por la Comisión Europea, y tenía que haber habido un ‘boom’ en Europa y unas políticas acordes, y eso no se ha producido, y no se le puede echar la culpa a la prima de riesgo, porque el instrumental político, lanzar directrices, no necesariamente conlleva costes, pero tendría que haber generado cambios de actitudes mucho más notables y más intensos.

¿Cómo se puede fomentar ese valor de la solidaridad intergeneracional que el año conmemorativo también destaca?
Creo que la Comisión pensó, cuando lo lanzó, que se generarían acciones concretas en las que se manifestara esa solidaridad entre las distintas generaciones. Porque claro, envejecemos cuando empezamos a vivir, y por eso el mundo de los mayores puede prestar mucho al mundo de los que no son tan mayores. Por supuesto, en el mundo de los niños, en el ámbito familiar se ve más claramente, ¿no?

Cabría hacer determinado tipo de políticas, entre otras, por ejemplo, no arrumbar a los mayores en el ámbito laboral. Con eso no estoy abogando por que se prorrogue la edad de jubilación, pero las empresas se están quitando de encima gente mayor, que me parece un disparate, se está perdiendo la cultura de la empresa y los valores, etc., el fondo de armario de la empresa.

Incluso en la competencia entre empresas, encontrarte con gente mayor, que se las saben todas, que pueden dialogar entre ellos de una manera mucho más fácil, porque han peleado juntos, eso es un aceite que facilita y que engrasa. En cambio, llega gente muy joven, que no conoce las vicisitudes de la empresa, su historia… ¡me parece un disparate!

Y el CERMI ¿qué iniciativas ha puesto en marcha en este año para mejorar la vida de las personas con discapacidad que pertenecen ya a la tercera edad?
Creamos un grupo de trabajo que elaboró un programa de reivindicación con una serie de puntos que considera el CERMI necesarios tratar. Y eso ha servido para trabajar en una doble dirección, por una parte con las propias entidades estatales y por otra, recogiendo la experiencia de los propios CERMIS Autonómicos. Con lo cual, la aportación ha sido muy rica. Ese es un punto de partida para el programa de trabajo y de reivindicación que el CERMI podrá utilizar en el futuro.

Es un trabajo que puede trasladar a las administraciones, pero también, incluso, al propio sector, porque ahí ponemos de relieve la falta de conocimiento sobre los procesos de envejecimiento de determinadas discapacidades.

También estamos trabajando para firmar un convenio con la Plataforma del Voluntariado, que yo creo que se firmará en las próximas semanas, buscando precisamente potenciar la tercera edad en el ámbito del voluntariado y potenciar el voluntariado en el ámbito de la tercera edad con discapacidad, que nos parece interesante.

Y hemos puesto de relieve, en ese trabajo que nos parece fundamental, la perspectiva de género en cualquiera de las medidas que se adopten, y la accesibilidad, en sentido general, no sólo la accesibilidad física. Creo que es un buen trabajo y sólo hace falta desarrollarlo en un futuro. 

Activismo social o envejecimiento activo, es uno de los objetivos fundamentales en este sector ¿cómo se puede fomentar y de qué manera contribuye al bienestar de estas personas?
Claro, hay que vencer inercias. Es muy distinto el proceso de envejecimiento de una persona con discapacidad con más de 70 años y que no se haya incorporado a un determinado activismo, de una persona que tenga 60 y se plantea las cosas de otra manera. Ese dinamismo no es el mismo, y no quiero hablar de una generación perdida, pero es distinto el punto de vista.

Las personas muy mayores con discapacidad las han pasado canutas, y no se han encontrado con un Estado como el actual, en el que hay otra perspectiva sobre la discapacidad, ellos han tenido que remar contra corriente, con los pocos recursos que había y supongo que con el apoyo de la familia.

Mientras que para una persona con 20, ó 30 años menos, es distinto porque lleva ya una trayectoria con circunstancias más positivas y él mismo, seguramente, ha formado parte de ese activismo para lograr esas medidas.

Las nuevas tecnologías, ¿pueden resultar unas buenas aliadas de la discapacidad también en la tercera edad?
Sí, pero hay que hacerlas accesibles, no solamente en cantidad, sino en calidad también. Puede ser un elemento de formación, entretenimiento, activismo, contacto con otros, etc. Pero si sólo lo tienen tres, no hacemos nada. Hay que hacerlas accesibles también a las capacidades de cada uno, por ejemplo, personas con discapacidad mental.

Ahí hay mucho camino por recorrer y es un elemento sustancial, porque todos estamos interrelacionados en este momento.

"La Ley de Autonomía Personal tenía que haber sido un puntal soberbio para la gente mayor con y sin discapacidad y no lo está siendo, ni está creando empleo ni está generando mejores condiciones de vida"

¿La Ley de Autonomía Personal ha contribuido a mejorar la vida de estas personas, ya que se supone que es una ley destinada básicamente a mayores y personas con discapacidad?
Para empezar, la Ley de Autonomía tenía que ser promotora de servicios, y se ha convertido en una mala dispensadora de subvenciones, con aportaciones económicas, y eso no es. Hay políticos que dicen que hay que pararla, repensarla y volver atrás, así que creo que estamos en un momento de involución. Tenía que haber sido un puntal soberbio para la gente mayor con y sin discapacidad y no lo está siendo, ni está creando empleo ni está generando mejores condiciones de vida.

En definitiva, queda mucho trabajo por hacer.
Todo. En el fondo, lo que planteamos en el documento del CERMI es un banderazo de salida, indicando las líneas en las que hay que trabajar. Si no es así, el futuro se presenta no sólo incierto, sino bastante oscuro.

Y hay que tener en cuenta dos cosas: una de ellas es que, con suerte, la mayoría de nosotros llegaremos a viejos; y segundo, como dice un amigo mío, la capacidad es un fenómeno transitorio, antes o después todos somos discapacitados. Es absurdo esconder esa realidad, decir que no te va a tocar, ni vas a ser viejo, ni con discapacidad.

"Si no colocamos a la persona por delante de todo lo demás, vamos muy equivocados, y no creo que se esté haciendo, estamos colocando a la opinión pública y los sondeos. ¿Dónde queda la persona después de todo esto?"

Las políticas más difíciles de adoptar a menudo son esas cuyo efecto no se ve de inmediato, ¿no es así?
Claro, porque estamos acostumbrados a ver trabajar a los políticos a golpe de periódico, “a ver qué dice de mí el periódico mañana”, y no qué proyecto de vida quiero para los ciudadanos. Y si no colocamos a la persona por delante de todo lo demás, vamos muy equivocados. Y no creo que se esté colocando por delante a la persona, estamos colocando a la opinión pública y los sondeos, y todo ese tipo de cosas. ¿Dónde queda la persona después de todo esto?

Eso es algo que está ocurriendo un poco también en las organizaciones. Menos organización y más persona. Y me parece fundamental que se haga. La organización por sí sola no vale para nada, no tiene un fin en sí mismo si no está proyectada hacia las personas y si no se coloca a las personas en el centro de tu actividad y tu preocupación. Con el mundo de la tercera edad y de la discapacidad tiene que pasar lo mismo.

Hay mucha manía también de no querer, y camuflar, el envejecimiento. La sociedad está en ese tipo de culto y la tercera edad lo va a tener mal si no se realza la belleza de la vejez, que la hay.