"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Reportaje
La RAE de la Lengua de Signos Española
Ya está en marcha el Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española
22/03/2012
Mario García
La lengua de signos española (LSE) está reconocida legalmente desde 2007 y cerca de 10.000 alumnos la aprenden cada año. Con el fin de velar por su buen uso, su difusión y su investigación, ya está a pleno rendimiento el Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (CNLSE), una suerte de RAE o Instituto Cervantes que ejerce de guardián de esta herramienta de comunicación, imprescindible para las personas sordas y sordociegas.
El CNLSE se ubica en la calle Islas Aleutianas, 28, de Madrid, y es un centro adscrito al Real Patronato sobre Discapacidad, dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Por lo tanto, se trata de un organismo estatal prácticamente pionero en todo el mundo, cuyo Consejo Rector incluye a representantes de la administración pública y de la comunidad lingüística usuaria de la LSE.
El Centro, cuya gestión está encomendada a la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas), quedó bautizado el pasado 1 de junio, con una visita que realizaron a su sede dos altos cargos del Gobierno: Isabel Martínez, secretaria general de Política Social y Consumo, y Jaime Alejandre, director general de coordinación de Políticas Sectoriales de la Discapacidad. Ese mismo día se reunió el Consejo Rector del CNLSE, que aprobó la Estrategia de Actuación 2011-2016.
A partir de entonces, ha echado a andar con el desarrollo de multitud de iniciativas, bajo el paraguas de un modesto equipo de cinco personas, todas ellas usuarias de la LSE: la directora, una lingüista, un experto en lengua de signos española, una sociolingüista y una bibliotecaria.
De esta manera, el Centro aglutina ahora el trabajo que durante tantos años ha venido realizando el movimiento asociativo de la CNSE, otras entidades usuarias de la LSE y las universidades con departamentos de investigación sobre la lengua de signos española.
La directora del CNLSE, María Luz Esteban, señala que el Centro va más allá de otros guardianes lingüísticos como la RAE, el Instituto Cervantes, la Real Academia Galega o el Institut d’Estudis Catalans, ya que incluye un plus social para que las personas sordas y sordociegas desarrollen “una vida más normalizada”.
Esteban subraya que el organismo que ella dirige trabaja fundamentalmente en tres áreas: normalización, investigación y desarrollo, y promoción y difusión. Y que el principal reto es “conseguir que la lengua de signos española consiga el mismo estatus que otras lenguas que existen en el Estado español”.
Explica que en estos diez meses de andadura, el CNLSE ha trabajado en la creación de una página web, que, en principio, estará abierta al público el próximo mes de abril, y contará, entre otros servicios, con una base de datos de recursos y con una biblioteca virtual, cuya base de datos está ya creada.
“La idea de la biblioteca virtual surgió por una necesidad de demanda externa. El número de estudios e investigaciones que se realizan cada vez va en aumento y existía una multitud de profesionales y entidades que demandaban recursos de todo tipo. Consideramos apropiado crear la biblioteca virtual con acceso libre para que cualquier persona pueda obtener información, orientarse y complementar los trabajos que se lleven a cabo”, apostilla.
Añade que, además, “existe muchísima bibliografía sobre lengua de signos, pero está dispersa. Muchas veces, los profesionales no saben dónde encontrar esa información o no saben exactamente qué información necesitan. Por eso, nuestra idea es aglutinar toda esa información a través de una plataforma ‘online’ de acceso libre para que cualquier persona pueda utilizarla”.
La otra iniciativa abarcará recursos sobre lengua de signos en diversos ámbitos (educación, lingüística, interpretación, legislación, diccionarios, arte y cultura...) y funcionará como una base de datos dirigida fundamentalmente a profesionales, estudiantes, universidades, organizaciones sociales y administraciones públicas.
Más de 4.000 obras en la biblioteca
En paralelo a esa biblioteca virtual, el CNLSE cuenta con un centro de documentación, que acumula más de 4.000 publicaciones relacionadas con la LSE y con otras lenguas internacionales, como la lengua de signos americana o la francesa.
Mónica, la encargada del centro de documentación, destaca que esta biblioteca incluye obras relacionadas con la lingüística,, gramática, educación y legislación, entre otras áreas.
“Si todo sale bien, tenemos previsto abrir la biblioteca virtual en abril. Contará con una base de datos y un sistema de búsqueda simple y avanzada. Aparte, tenemos el servicio de documentación, con préstamo de libros, consultas, asesoramiento, orientación, etc. Son dos actividades complementarias, pero diferentes”, argumenta Esteban.
Por otra parte, el CNLSE organizó el pasado mes de noviembre un seminario, con la colaboración del Instituto Cervantes y centrado fundamentalmente en la normalización de la lengua de signos, con el fin de analizar la situación actual de la LSE.
Además, Esteban recalca que “otra acción importante” que desarrolla el Centro es “el asesoramiento a administraciones públicas, entidades sociales, profesionales de diversos ámbitos y la comunidad científica”, siempre relacionado con la lengua de signos.
Éstas y otras actividades hacen del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española una institución de referencia de esta lengua, que, como bien apunta Esteban, utilizan fundamentalmente personas sordas y sordociegas, pero también sus familias y un amplio abanico de usuarios así como la sociedad en general.
“No puedo hablar de cifras exactas de usuarios de la lengua de signos. Sí que puedo decir que el perfil es muy abierto y no está centrado exclusivamente en las personas sordas o sordociegas. Estamos hablando de personas oyentes o de personas con otras discapacidades, que han comprobado los beneficios del uso de la lengua de signos, como personas con autismo o con discapacidad intelectual”, remarca.
No obstante, Esteban incide en que alrededor de 10.000 personas estudian cada año cursos de lengua de signos, entre actividades del movimiento asociativo de las personas sordas, ciclos formativos de grado superior de interpretación en lengua de signos o incluso universidades que ofertan cursos con créditos. “Esta cifra es una muestra evidente de que la lengua de signos goza de buena salud y de que va progresando”, comenta.
Hay que tener en cuenta que hace 20 o 30 años, la lengua de signos estaba muy restringida a las personas sordas o entidades que trabajan para este grupo social, pero estaba prácticamente ausente en la vida social y política.
“Hoy en día va en expansión. Hay centros educativos que usan la lengua de signos, lo que cada vez va en aumento. La formación a profesionales relacionados con la lengua de signos va en aumento y el interés de la sociedad en general que aprende la lengua de signos como segunda lengua. En los medios de comunicación, la televisión, Internet y las redes sociales va a más”, asegura.
Todo ello hace que la LSE sea, según agrega Esteban, “una lengua natural, que tiene su trayectoria histórica y social, que pertenece a una comunidad y que es utilizada por una comunidad lingüística que necesita de esa lengua para poder desarrollarse a todos los niveles”.
Sin embargo, precisa que “falta mucho que trabajar” porque, por ejemplo, aún no está normalizada la inclusión de la lengua de signos en el sistema educativo y es necesario ampliar el número de horas con LSE en la televisión y que “se vea como algo normal” en ámbitos como el de la política.