Los datos estadísticos son contundentes. Permiten analizar con detalle las evoluciones y al incluir la perspectiva de la discapacidad en las investigaciones sociológicas, se puede establecer una imagen actualizada de este colectivo.

 

Primer dato del Instituto Nacional de Estadística: la tasa de paro de las personas con discapacidad supera el 33 por ciento, ocho puntos más elevada que la media en 2012. El número total de personas con discapacidad en paro se sitúa en 176.100, con una mayor proporción de hombres y personas mayores de 25 años que en el resto del mercado laboral.

 

Más datos. La ocupación alcanza el 24,5%, una tasa inferior en más de 30 puntos a la media (57,8%) y 2,3 puntos menos que en 2011. Los ocupados con discapacidad tienen más representación en actividades sanitarias y de servicios sociales; actividades administrativas y servicios auxiliares; administraciones públicas y defensa; en industrias extractivas y manufactureras.

 

La mayor diferencia se produce en la tasa de actividad. El 36,6% de la población con discapacidad entre 16 y 64 años tiene un empleo o está buscando activamente un trabajo, mientras que en el conjunto del país el porcentaje es del 77%. El doble.

 

En 2012 había 1.450.800 personas con certificado de discapacidad en edad de trabajar (de 16 a 64 años), el 4,8% de la población total en esa franja de edad. En cuanto a las diferencias por género, la ocupación entre los varones con certificado de discapacidad superó en 3,27 puntos a la de las mujeres, una diferencia mucho menor que la registrada en el resto de la población (10,3 puntos).

 

Hay más. La tasa de paro de las mujeres con discapacidad (32,9%) fue inferior en 2012 a la de los hombres (33,3%), mientras que en el conjunto de la población activa el desempleo femenino supera al masculino. Por edades, entre los jóvenes con discapacidad es mayor el desempleo en comparación con el resto de la población, mientras que entre los mayores es menor la tasa de actividad.

 

El perfil tipo refleja que la mayoría de los trabajadores con discapacidad son asalariados, tienen contrato indefinido, trabajan a jornada completa y desempeñan su actividad en el sector servicios. Por comunidades autónomas, las de mayor actividad fueron Baleares (48,6%) y Murcia (43,1%), mientras que las tasas más bajas se registraron en Canarias (29,6%) y Asturias (31,6%).

 

En el capítulo de fomento del empleo, destaca que el 25% de las personas con discapacidad ocupadas que cotizaron a la Seguridad Social tenía algún tipo de deducción en las cotizaciones. Y el 54% de las personas en edad laboral percibieron prestaciones sociales, como pensiones y subsidios, frente al 9% del conjunto de la población.

 

Entre las personas con discapacidad perceptoras de prestaciones, el 83% (656.700) recibió la prestación debido a una incapacidad laboral, mientras que el 3,4% (26.800) lo hicieron sin haber cotizado previamente por ellas.  

 

Todos estos datos permiten hacer una radiografía laboral de la discapacidad con varias conclusiones: la tasa de paro es mayor; la ocupación, menor; la tasa de actividad, escasa. Apenas hay diferencias por género, y el mercado laboral discrimina a las personas con discapacidad intelectual. Queda mucho trabajo por hacer. Falta una mayor implicación del sector público y del privado. Tareas para un difícil 2014.