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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 31 de marzo de 2017cermi.es semanal Nº 252

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Reportaje

Alianzas necesarias en un mundo rural con futuro

31/03/2017

Blanca Abella

La dispersión de recursos favorece la pérdida de los propios recursos, ya sean económicos, materiales o humanos. El medio rural es un espacio amplio y disperso que ha dificultado en gran medida el desarrollo de muchas políticas y servicios en diversos sectores, entre ellos el de la discapacidad. El CERMI creó una comisión específica para favorecer un proceso de colaboración y alianza entre organizaciones y lograr que los servicios llegaran a cualquier rincón de las provincias y a cualquier persona que los necesitara. La alianza y la innovación es fundamental en el medio rural, así lo constata Asprodes Salamanca, una entidad ejemplar en el impulso de un desarrollo rural inclusivo.

Imagen del campo, un entorno rural“El mundo de la discapacidad necesita globalizarse y ampliar el foco, ver que las necesidades de las personas no son únicas y lo que no puede solucionar u organizar una asociación, lo puede hacer otra porque hay una dispersión de recursos que supone pérdida de recursos, no solo económicos, también personales; juntos llegamos a más”, afirma Paulino Azúa, Presidente de la Comisión de Innovación y Cooperación Asociativas del CERMI.
 
Desde comienzos de este siglo XXI, el mundo asociativo habla de la necesidad de converger, de superar la unilateralidad y trabajar para que las organizaciones no se aíslen o estanquen, pero todavía no existe una cultura de colaboración, a pesar de que las experiencias que se vienen realizando desde hace años, demuestran que se obtienen mejores resultados y las organizaciones resultan fortalecidas con las alianzas y colaboraciones.
 
Porque se trata de eso, de colaborar, de mantener la propia identidad, pero aliarse y compartir recursos, conocimientos, incluso filosofía. La comisión creada por el CERMI hace apenas unos años para favorecer esta tendencia, se denomina “de Innovación y Cooperación”, porque, a juicio de Azúa, “entendemos que todos estos cambios son innovadores y necesitan procesos y tomas de decisiones diferentes. Esto es una lluvia que tiene que ir calando poco a poco porque son cambios mentales y cambios de actitudes que son bastantes trascendentes”. 
 
Uno de los grandes temores a la hora de hablar de alianzas y colaboración es la pérdida de identidad, sin embargo, nada más lejos de la realidad, pues lo que pretenden los expertos en desarrollo rural del mundo de la discapacidad es precisamente mantener, con todo su sentido y estructura, a todas las entidades que existen, pero fortaleciéndose unas a otras a través de la colaboración. De hecho, jamás se plantea la posibilidad de llevar a cabo fusiones, pues son necesarias las dinámicas ya aprendidas y el amplio conocimiento específico de cada asociación. 
 
Para Juan Recio, gerente de Asprodes, “la cultura de la colaboración es una cultura pendiente y muchos tienen siempre la sensación de que unos aportan más y otros menos. En nuestra propia casa a veces pasa, cuando se trabaja en foros junto con otros colegas, a veces llegan nuestros técnicos de esas reuniones afirmando que estamos aportando más y no recibimos nada y yo creo que eso es un error de concepción, porque el que aporta siempre va a recibir más, aunque solo sea por la reflexión de lo que hace. En ese sentido, la generosidad de Asprodes ha sido superestratégica, incluso egoísta”. 
 
Al final, se trata también de sobrevivir. Ya la crisis demostró que muchas entidades no podrían mantenerse con esa unilateralidad que ahora se evita, ya desaparecieron algunas. Ahora, afirma Azúa, “o conseguimos una mayor confluencia de actuaciones en las organizaciones o muchas de ellas se van a quedar en el camino”. Y apunta también la tendencia necesaria a incluir en estas alianzas a otras asociaciones del Tercer Sector, incluso a empresas privadas, si fuera necesario, “lo que sabemos hacer le sirve a mucha gente que no tiene que tener discapacidad”. 
 

Red de centros y servicios de Asprodes

 
Empresa de catering de AsprodesEl medio rural español está desatendido o mal atendido, a pesar de que, aproximadamente un millón de personas con discapacidad en este país vive en el medio rural. Es por eso que la colaboración o convergencia no es solo una necesidad, es un convencimiento y lleva consigo la necesidad de un liderazgo. Así lo consideran en Asprodes, que amplían el sector de la discapacidad con otros sectores vulnerables del medio rural, como son los jóvenes, las mujeres y otras poblaciones excluidas, con los que mantienen una intensa relación.
 
Con esas alianzas, ha logrado crear una red de centros y servicios en la provincias de Salamanca que abarca una gran extensión ya de territorio y calculan que, en poco tiempo, lograrán que en los 300 pueblos de la provincia exista un servicio de atención a las personas que lo necesiten, para la vida independiente, rehabilitación, asistencia personal, limpieza, transporte, catering… unos servicios con los que se pretende, sobre todo, que la persona viva en su casa, con su familia. Se trata de una prestación de servicios adaptada al territorio y que llega hasta el último rincón y la innovación fundamental del servicio que se ofrece en estos centros es la asistencia personal. 
 
Asprodes favorece esa alianza, donde muchas entidades pequeñas, comarcales, que tenían por ejemplo un centro ocupacional o que pueden disponer de un centro que cede el ayuntamiento, generan una plataforma un poco mayor, en una alianza de entidades, que no fusiones, y desarrollan servicios en cada una de las comarcas. Cada entidad conserva su protagonismo y su sentido de pertenencia y Asprodes lo que hace es colaborar en la viabilidad y enriquecimiento técnico, evitar el circuito cerrado o incluso caciquil que puede producirse en emplazamientos pequeños. 
 
“Esto está funcionando y en Salamanca ahora hay una red de servicios importante, de hecho vamos a pasar a un objetivo a cuatro años de intentar hacer un desarrollo completo del catálogo de servicios de vida independiente, con todo lo que supone, atención en casa, servicios de asistencia personal, productos de apoyo, incluso a personas mayores”, explica Juan Recio.
 
En la organización de estos centros se han comprometido y ya participan todo tipo de entidades, de discapacidad, asociaciones de jóvenes, mujeres, inmigrantes, grupos de desarrollo rural, empresas de base local… Así, con un amplio catálogo de servicios, en un mismo centro se ofrece atención a personas con esclerosis múltiple, personas con daño cerebral, personas con enfermedad mental, personas mayores, etc. 
 

O juntos, o nada

 
Residencia de Asdem“El medio rural sin convergencia es imposible, porque si en cada uno de los pequeños pueblos pretendiéramos la misma dinámica que en una capital donde todas las entidades quieren atender a su sector, sería imposible, en el ámbito rural son necesarias las convergencias. En los espacios o comarcas donde hay operadores y están haciendo las cosas bien, pues convergemos y donde no, promovemos”, explica Juan Recio, comentando la experiencia de Asprodes, una de las entidades con más recorrido en el proceso de convergencia y con experiencias ejemplares que se presentan en los foros como buenas prácticas.
 
“Empezamos en los 90”, asegura Recio. “Algo nos ayudó el trabajo en proyectos europeos en cooperación de entidades, lideramos algunos diseños de creación de empresas en varios ámbitos y hemos visto que juntos hacemos bastante más y en algún caso, o juntos o nada”, añade Juan Recio.
 
La entidad diseñó en su estrategia la creación de alianzas como una referencia de crecimiento y su filosofía ha ido cambiando al ritmo de la innovación aplicada con esas alianzas, “ya no creo que las entidades solo atiendan a un perfil de discapacidad. En Asprodes, puedes ver un perfil muy amplio, incluso en carteras  de servicios hay atención, no solo a personas con discapacidad intelectual, también a personas con esclerosis múltiple, con daño cerebral, enfermedad mental, de alguna forma, la propia convergencia entra dentro de la entidad”. 
 
Uno de los más recientes impulsores del cambio fue la crisis económica que se vivió en nuestro país y que mantiene aún en jaque a muchas organizaciones del Tercer Sector. Y aunque parezca contradictorio, gracias a esta crisis, en Salamanca se llevó a cabo una alianza que ha resultado muy provechosa. Así lo cuenta el representante de Asprodes: “A partir de la crisis, había entidades que iban a la ruina, en concreto una asociación de esclerosis, que tenía un proyecto macro, Asdem. La Administración le había metido en un proyecto referencial de esclerosis con muchísimos millones de euros. Era una entidad muy pequeña y tras los años, con deudas y frustración tremendas, nos pidieron ayuda e hicimos un diseño conjunto con un replanteamiento centrado en los conocimientos que nuestra organización tiene de gestión. Hicimos un proyecto piloto, a nivel nacional hay pocos iguales, con dos viviendas inteligentes para personas con esclerosis múltiple y ELA, gestionada por Asdem, pero con el apoyo técnico y el préstamo económico de Asprodes”.
 
El proceso fue distinto a otros, en esta ocasión la colaboración surge de la necesidad, no de la confianza, pero la confianza se ha creado luego. Nunca se barajó entonces la idea de absorber y Asdem no ha perdido la titularidad de ese servicio, que funciona bajo la cogestión de las dos entidades. 
 
La macroresidencia que fue en un principio, se ha convertido en una residencia más ajustada al siglo XXI y la viabilidad del proyecto ha mejorado en todos los casos. Asprodes ha aportado mucho en esta alianza, pero ha mejorado también su viabilidad, porque ahora el 40% del presupuesto de Asdem retorna a Asprodes en los servicios que esta entidad le presta (jardinería, catering, lavandería, e incluso asistencia personal). Hay un retorno económico y en creación de empleo, ya que incluso en la asistencia personal, en un servicio muy novedoso, son personas con discapacidad intelectual las que llevan a cabo esa labor en Asdem. Y como explica Juan Recio, “hemos aprendido de vida independiente y de promoción de autonomía personal gracias a la alianza con Asdem, también hay temas que desconocíamos, como los servicios de rehabilitación cognitiva que realiza Asdem, por ejemplo, que nos han servido para nuestros servicios a personas con discapacidad intelectual”.
 
Asdem ha mejorado su viabilidad y han mejorado todas sus cifras, también su interlocución con la Administración pública. Además, cuenta con servicios ajustado a sus necesidades, a los requerimientos especiales de personas con ELA o esclerosis múltiple, como es el servicio de catering, que es a la carta, que les ofrece dietas especiales para personas con algunos problemas concretos en su alimentación. 
 
A menudo ahora se sientan en una misma mesa distintas entidades, incluso de otros sectores que no son discapacidad, para abordar un proyecto conjunto con la Administración autonómica, que se embarca ya con frecuencia en este desarrollo rural aliado. Y así lo define Recio, “en nuestra autonomía, en las últimas directrices desaparecen los apellidos de la discapacidad, se centran más en la persona, es la persona la que tiene la prestación y el operador que la realice puede ser específico o no”. 
 

Innovación en el empleo

 
Imagen de la web de AltairToda esta experiencia adquirida con proyectos como el de Asdem, se puede trasladar a muchos otros proyectos que además pretenden abordar nuevos yacimientos de empleo: “pensamos que hay que salir de la jardinería y la limpieza como únicos proyectos de empleo y a nivel local hay muchas cosas en las que no hay competencia y en las que podemos tener interés, como puede ser todo el tema ambiental o de turismo accesible, pero para eso hay que trabajar en red, no puede trabajar una entidad sola”. 
 
En Asprodes han generado una página web donde han identificado nuevos yacimientos de empleo, como son la producción de compost, los parques accesibles, temas medioambientales novedosos, turismo accesible, servicios sanitarios de proximidad… “pero es obligatorio hacer alianzas y el primer aliado natural es el ámbito de las empresas sociales, las cooperativas, luego ya puedes entrar en otro tipo de alianzas que no sean sin lucro”, explica Juan Recio. 
 
Entre los casos de éxito, hablamos de Altair, que surge de “Altair Sierras Béjar-Francia: un proyecto de innovación social y empleo en turismo rural accesible e inclusivo”. Se inició en enero de 2013 y ya  se han producido algunos elementos novedosos en el itinerario para la formación y empleo basados en nuevos yacimientos de empleo. De hecho Asprodes ha sido galardonada por su proyecto “Eco-itinerarios de empleo”, que consiste en implantar un itinerario de empleo para personas con discapacidad del medio rural que les permita su inserción laboral en nuevos yacimientos de empleo en el área medioambiental.
 
Altair es un complejo rural gestionado por personas con discapacidad, ubicado en una finca de 5 hectáreas, formado por siete casas rurales de 4 estrellas, con capacidad para 25 plazas, un restaurante con capacidad para 48 comensales, un huerto ecológico y un parque infantil sensorial.
 
La alianza potente para Altair es la que se produce en torno al turismo accesible en el medio rural, de ahí que Asprodes haya creado una fuerte colaboración en este caso con Predif, que son expertos en todo lo referente al turismo accesible. La zona de Béjar, donde se encuentra el complejo Altair, dispone de numerosas opciones turísticas, por eso, según asegura Juan Recio, “todo lo que oferta Béjar en tema turístico lo estamos llevando a alianzas para intentar que se adapten y hacer recursos de turismo adaptado, también queremos que la cocina sea ecológica y nos aliamos con las asociaciones de la zona y hemos firmado un convenio para hacer plantas que se comen, porque hay comercios con estrellas michelín que están buscando incorporar esas plantas a su menú, pues nosotros las produciríamos… son nuevos yacimientos, que si se tienen claros los procesos son grandes soluciones para los pequeños núcleos rurales en temas de ocupación y de empleo”.
 
Además, están trabajando para hacer accesible La Covatilla, la estación de esquí de la Sierra de Béjar, y han incluido en el repertorio de recursos turísticos las rutas verdes accesibles. Altair se ha convertido finalmente en un centro de formación, un centro de turismo accesible y un centro de día. Es un ejemplo potente de alianzas y servicios comunes dentro de un mismo centro.
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