Asimismo, explicó, en una entrevista concedida al periódico 'cermi.es semanal', que desde el nuevo enfoque de modelo social, de derechos, de diversidad, "la discapacidad es algo que aporta, es algo fáctico que resulta de cómo funciono yo corporal, mental, cognitiva y comunicativamente con un entorno", que "no está pensado ni concebido para esa fórmula, distinta a la normalidad de funcionamiento imperante".

 

Esta normalidad de funcionamiento imperante, para Pérez Bueno, es, precisamente, la que ha ocasionado "exclusión, discriminación, desprecio, negación de derechos, negación de valor", lo que "ha provocado esa distorsión o conflicto entre una forma de funcionar distinta a un entorno, que no está hecho para aceptar y gestionar esa diversidad".

 

El trabajo político del movimiento de la discapacidad, explicó el presidente del CERMI, está tratando de conseguir que la discapacidad "deje de condicionar todas las expectativas vitales, afectivas de la persona" y que sea "un elemento de diversidad más, que forma parte de la persona".

 

Es de esta forma como, según el mandatario de la entidad estatal, se lograría que la discapacidad deje de ser "un eje nucleador que agota a la persona y la condena". "La discapacidad", sentenció, "es un hecho que no me puede coartar o condicionar todas mis elecciones o mis proyectos vitales". 

 

 

Ante el conflicto interno de una persona con discapacidad que quiere normalizar su vida, incluirse en la sociedad, defender los derechos humanos, pero que, al mismo tiempo, quiere ensalzar su singularidad individual, su diversidad personal más allá de la discapacidad, Pérez Bueno sacó a colación "el yo en conflicto, la personalidad afirmada y el medio social que intenta adocenarla". "El conflicto es solventable", añadió el presidente del CERMI, porque "hay un espacio individual, que no necesariamente se resiente al entrar en lo colectivo, sino que puede crear otra dimensión distinta, que permita la salvación individual y la colectiva".

 

"La clave, la forma de abordarlo es el arte", resolvió. "A través del arte, la persona puedes mostrar su verdad o ayudar a construir su verdad con los demás, y también ejercer atracción porque el arte tiene un elemento estético". En esta misma línea, el también poeta sugiere a las personas con discapacidad que tenga muchos elementos singulares que "entiendan su vida como una obra de arte que se está desplegando".

 

En este sentido, matizó también que la propia relación de la persona con su discapacidad podría "crearse como una relación casi artística" desde la que poder "aprender y ayudarse a ser mejor persona". 

 

"No es tanto lo que eres o lo que tienes, sino lo que haces", subrayó, "la discapacidad es un hecho más, es una herramienta", que bien gestionada "contribuye a la mejora personal y a la del entorno".

 

Además, Pérez Bueno habló de su poesía, y de su gratitud a la discapacidad por haberse convertido en una "enorme cantera" de la que hace "acopio de material" para su arte, y aclaró que su propio  avituallamiento es "de la parte escondida, la parte silenciada, la parte opaca, que han oscurecido otros, y que no ha tenido casi expresión o que ha tenido muchas dificultades para expresarse", refiriéndose a la discapacidad. 

 

En este mismo sentido, el presidente del CERMI desveló que su intención no es traer esa cosecha personal, recabada por sus experiencias directas con las personas con discapacidad o dentro del movimiento asociativo de la discapacidad, al "lado establecido, legitimado". Por el contrario, busca transmitir a "ese lado" que "tiene prestigio y que manda", que "como no se abra y no comparta con ese otro lado oscurecido, opaco no tiene condiciones de continuidad". 

 

"La propia continuidad del estado legitimado, que manda depende de qué tipo de relación trabe con el otro lado", apostilló hablando de un arte en el que "modestamente, el o la artista no pide ser aceptado, sino que se abran a él o a ella para que ambos lados puedan tener condiciones de supervivencia".