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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 09 de junio de 2017cermi.es semanal Nº 261

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Activistas

Jesús González Amago, técnico de la Unidad de Desarrollo de Fundación ONCE

De inútil total a apto para todo

09/06/2017

Blanca Abella

A Jesús la mili le vino muy bien, o mejor dicho esa llamada a filas que a muchos les hacía cuadrarse con cierto temor y al instante. Lo cierto es que él no llegó a hacer esa mili, porque cuando dijo que tenía una cardiopatía congénita, le hicieron una revisión y le declararon Inútil Total. “Aquello fue impactante y mi madre se quedó muy preocupada, mi familia decidió que lo mío era más grave de lo que pensaban”. Y quizás esa sentencia sea la que cambió definitivamente su vida, por suerte, porque Jesús asegura que ha hecho siempre lo que ha querido y se siente un hombre afortunado.

Jesús González Amago, técnico de la Unidad de Desarrollo de Fundación ONCEHasta entonces había vivido con normalidad, aunque consciente de su problema, sabía que su corazón era distinto y que le limitaba a la hora de hacer ejercicio físico en el colegio. Sin embargo, tras el susto con esa declaración de ‘inutilidad’ y la insistencia familiar, decidió solicitar el certificado de discapacidad, por si acaso. Y finalmente se lo dieron, tiene un 33%. Tenía entonces 19 años y continuó con normalidad su camino, sus estudios, sus aficiones y sus pasiones, “seguí con mi vida, estudiando, haciendo veinte mil cosas, siempre me ha gustado hacer muchísimas cosas a la vez, soy culo inquieto y multitarea”. 
 

Un anuncio en prensa

 
También leía el periódico, por eso pudo ver un anuncio que llamó su atención. “Un día hojeando ‘El país’ veo una oferta de empleo en las hojas salmón que decía que FSC Inserta estaba buscando técnicos expertos en formación. ¡Ostras, qué oportunidad tan buena!, pensé”. 
 
Jesús González Amago, técnico de la Unidad de Desarrollo de Fundación ONCEJesús es maestro, aunque luego ha ido sumando muchas otras titulaciones, y entonces estaba trabajando en una consultora de formación al mismo tiempo que intentaba optar a un puesto de profesor de música. Durante esos años su actividad era bastante frenética. “Servía copas en un garito de seis de la tarde a cinco de la madrugada, después a las diez me levantaba y me iba a trabajar, era profesor de teatro en varios colegios de Madrid, daba clases de religión y luego me especialicé en sociales, que era mi titulación, y daba clases de geografía e historia”.
 
Decidió enviar su currículum a Inserta al mismo tiempo que salieron las plazas de oposición para profesor de música. Al final, consiguió esa plaza fija, “pero justo dos días antes de firmar el acta de maestro me llaman de Inserta y me dicen que he sido seleccionado… renuncié a una plaza de funcionario por irme a trabajar en Inserta. Esto fue el 18 de octubre de 1999 y jamás me he arrepentido de aquella decisión, ni en los buenos momentos, ni en los malos, que han sido pocos”. 
 
Entró en este mundo con un desconocimiento total de la discapacidad. “Cuando entro en Inserta me doy cuenta de que es un mundo impresionante. Al principio no sabes cómo responder y actuar con la gente, de hecho sobreactúas y sobreproteges, pero por otro lado, me acogieron tan bien, me lo pasé tan bien, aprendí tantísimo, hice tan buenos amigos y, por supuesto, compañeros, que a medida que iba evolucionando en lo profesional y en lo personal y conociendo a todo el equipo humano de esa época, a una gente increíble… además de conocer las discapacidades y las diferentes barreras que la sociedad impone a las personas”.
 

Apto para todo

 
Su primer trabajo consistía en gestionar la formación de las compañías del grupo Fundosa, pero pronto se dieron cuenta de su disposición y en 2001 le enviaron a Fundación ONCE para conformar el nuevo departamento de Recursos Humanos a las órdenes de Montse Balas. “Allí el contacto con la discapacidad es brutal, estaba inmerso en ese mundo y aprendiendo mucho, fue cuando me di cuenta de todo el trabajo que hace Fundación ONCE hacia fuera, hacia la inclusión”. 
 
Fue entonces, como responsable de formación en el departamento de Recursos Humanos, cuando empezó a gestionar eventos, “porque en mi otra vida -como digo siempre- antes de entrar en Inserta organizaba muchos eventos, y aquí me faltaba ese lado creativo”. Y así empezó un largo discurrir, un continuo avatar dentro de este mundo que al principio le resultaba tan impactante y al final se tornó en su pequeño mundo, en toda una familia… Y cuando nombran a Montse Balas directora de Cooperación decide seguir contando con Jesús. “Llevaba temas de comunicación interna, de eventos y relaciones públicas, con muchas acciones divertidas, potentes, creativas…”
 

Jesús González Amago, técnico de la Unidad de Desarrollo de Fundación ONCE

Así, lo que en un principio le impactó e incluso le resultó extraño, ese amplio mundo de la discapacidad, forma parte ahora de su cotidianeidad, “acabas mirando la vida con un radar de accesibilidad, viajas a un sitio, observas unas escaleras y  piensas en un compañero, con nombre y apellido, y dices, aquí no podría venir… siempre pongo nombre y apellidos a las situaciones de exclusión que me encuentro”.
 

Hombre 2.0

 
El siguiente cambio se produce en 2007, cuando le proponen trabajar en un departamento que nunca hubiera imaginado, que nada tenía que ver con su preparación ni su recorrido, le hicieron Jefe de Compras. “Fue una experiencia un poco heavy pero aprendí muchísimo y conocí a un equipo de gente increíble que se han convertido en más que amigos, Carina, Marta, Manoli, Susana, Gema, Antonio...” En esa época, también por necesidad de airearse y cambiar el registro, decidió reinventarse (palabra fetiche de Jesús, o una de ellas) e hizo un postgrado universitario en Comunity Manager. “Quería hacer algo nuevo”, explica este hombre inquieto sin fin. 
 
Jesús habla continuamente de la gente, de personas maravillosas, con sus nombres y sus recuerdos, compañeros, amigos, equipos… y de nuevo de otro cambio en 2011, “me encargan la estrategia 2.0 de las redes sociales del grupo Fundosa, justo cuando estaba terminando el postgrado en Social Media Manager, así que Carina me pidió que preparara el proyecto, y fui el primer social media manager de Fundosa”, seguido de otro en 2014, esta vez para trabajar mano a mano con Fernando Riaño, que toma las riendas como director de Comunicación, Markéting y RSC. Es entonces cuando, según sus propias palabras, “me involucran en un proyecto caído Jesús González Amago, técnico de la Unidad de Desarrollo de Fundación ONCEdel cielo”, que es el cambio de marca para crear Ilunion. Fueron unas semanas de trabajo intenso y apasionante que recuerda con un brillo especial en su mirada. Pero solo fue, también, una parada más, porque su recorrido profesional continuaba dando saltos, pero bien dados, todos tenían al final un sentido para Jesús. En febrero de 2015 pasa de nuevo a Fundación ONCE como técnico a las órdenes de José Luis Martínez Donoso, “con cinco o seis meses muy intensos de proyectos”, hasta que en octubre de 2015 entró en la Unidad de desarrollo, con Natalia Barrio, para la captación de fondos privados de Fundación ONCE, sin dejar de colaborar estrechamente con José Luis en proyectos apasionantes y enriquecedores”.
 
Es, de nuevo, un trabajo distinto, pero también muy especial, “trabajamos con un contacto de súper directo con la discapacidad porque nosotros miramos hacia el colectivo de personas con discapacidad para buscar dinero para sus proyectos, y nos damos cuenta de que hace falta mucho; hemos cambiado, afortunadamente, pero también falta mucho para que la sociedad entienda que no somos ni superhéroes, ni víctimas… me da rabia ese concepto que se ha creado, o lo uno o lo otro”. 
 

La homosexualidad. Doble exclusión

 
“Para mí el problema de la discapacidad es más mental, es algo de gente corta de miras, como las personas misóginas, racistas, homófobas… Es como el tema de gays o lesbianas, para mí ha sido todo siempre tan normal, nunca he tenido problemas de aceptación por ser gay y me duele muchísimo cuando veo otros casos… me molesta muchísimo que la sociedad no sea capaz de mirar hacia el siglo XXI y de entender que cualquier exclusión se puede dar en su familia y que por tanto están obligados a entenderlas todas, a conocerlas, a ver los pros y los contras y por supuesto ser críticos, no por ser gays o personas con discapacidad somos más maravillosos, pero tampoco peores”. 
 
Jesús González Amago, técnico de la Unidad de Desarrollo de Fundación ONCEJesús tiene dos blog, uno personal y otro profesional. En el blog personal, “Reiventarse. Pasaba por aquí…”, escribe lo que le surge. “Escojo un tema o cuestión, un hecho, noticia, un vídeo de youtube, lo que me llame la atención por diferente, por ser un ejemplo, una historia de superación o por denuncia, por algo que me da mucha rabia, eso que veo por la calle, que me asombra, me gusta o disgusta, que me cuenta un amigo de su hija…” Y el blog profesional, “The topic trend”, está pensado para las redes sociales, el marketing digital etc., “pero no quita para que incluya temas sobre diversidad y exclusión, de hecho he escrito mucho sobre discapacidad, sobre LGTB, violencia de género…”. Y también es profesor para la EAE Business School, sobre redes sociales aplicada a la gestión de recursos humanos, “doy clases sobre una asignatura que se llama ‘Branding del empleador', que es todo el tema de marca personal, sobre cómo hacer que las personas de una organización difundan, compartan, ‘viralicen’, creen nexos a través de las redes sociales y que las empresas crezcan”. 
 

Sí quiero

 
El caso es que dice que sí a todo lo que le proponen. “No sé decir que no”. Tuvo incluso una compañía propia de teatro, donde solo trabajaban mujeres, se llamaba ‘Ellas teatro’. Estuvieron cinco años haciendo funciones en la comunidad de Madrid, en teatritos. Y escribe. “Escribo mucho y estoy ya por mi segundo ensayo, el primero (“Re-Inventarse. La doble exclusión: vivir siendo homosexual y discapacitado”) fue sobre homosexualidad y el segundo, si todo va bien, sale en otoño, es lo que hay diez años después de “Reinventarse”, qué ha cambiado, qué ha variado… y no ha cambiado mucho en esta doble exclusión. Todo ha mejorado, pero aun así…”
 
Jesús González Amago, técnico de la Unidad de Desarrollo de Fundación ONCE“Me da rabia esa falta de visibilidad”, afirma con cierta tristeza. Se refiere a la visibilidad de las personas con discapacidad que además pertenecen al colectivo LGTB. “El problema es la suma de exclusiones. Y luego hay una resta de integración, porque no sabes dónde quieres integrarte, si en la discapacidad o en LGTB, si eres más afín al movimiento LGTB … y sigue ocurriendo, sigues viendo a personas con discapacidad que sienten miedo al rechazo en su opción sexual… con los problemas que ya tienes de afectividad cuando te estás reconociendo como gay o lesbiana, o transexual, porque estás en esa cuerda floja, ¡si no me aceptan me caigo! Y el gran problema que tenemos ahora es la homofobia y el acoso en colegios y en ciudades, grandes o pequeñas”. 
 
Tras casi una hora de charla relajada, porque Jesús es un hombre tranquilo aunque desarrolle tan intensa actividad, se hace un pequeño silencio y resume con seguridad: “Me considero afortunado, siempre he hecho lo que me ha dado la gana, sin hacer daño a nadie, sin ser gorrón, sin vivir de las rentas, siempre he hecho lo que he querido y me han dejado hacerlo”.
 
@JgAmago
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