"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Entrevista
Antonio Guillén, presidente del COCARMI
"No se puede aceptar que las personas con discapacidad quedemos relegadas mientras se busca solución a esta crisis"
27/03/2020
Rafael Olea
El presidente del Comité Catalán de Representantes de Personas con Discapacidad (COCARMI), Antonio Guillén, reclama medidas enérgicas para ayudar a las personas con discapacidad y un especial cuidado del colectivo en las medidas de contención de la pandemia. De cara al futuro, afirma que ha quedado "demostrado que de aquí en adelante no podemos continuar igual” y reclama “más y mejor previsión a las situaciones de emergencia y las personas con discapacidad”
Con la máxima preocupación. Estoy entre preocupado y asustado por esta situación. Sabemos que es difícil encontrar soluciones inmediatamente, pero no se puede aceptar que las personas con discapacidad quedemos relegadas mientras se adoptan medidas y se busca solución a esta crisis.
No entiendo cómo todos los Gobiernos defienden que la discapacidad es para ellos una prioridad en sus políticas, pero luego queda a la cola, olvidada de todo lo demás.
Por ejemplo, hay que tener en cuenta, sobre todo en una situación como esta, tanto a las personas que tienen asistencia en casa como también a aquellas a quienes atienden o la reciben en los centros, así como a los profesionales que prestan esta ayuda. Sin embargo, parece que se les está olvidando, sin protección ni ayuda.
También hay que tener en cuenta a las personas con discapacidad que están siendo atendidas por sus familias, porque si son grupos de riesgo, ambas deberían contar con algún tipo de protección, y facilitar a todos ellos materiales de protección.
Todo este tema está mal resuelto. No creo que se sea consciente por parte de los Gobiernos. Que se deje en la cola de las soluciones a las personas con discapacidad recordaría pasados momentos de la humanidad no muy aceptables.
Desde luego, no estaríamos cumpliendo los mandatos de las Naciones Unidas, como la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Decir que se cierran los servicios es no haber entendido la realidad y las necesidades de las personas con discapacidad que, a pesar de estar en su domicilio, necesitan el acompañamiento y la asistencia de los profesionales para afrontar la situación de confinamiento.
Pedimos medidas de protección y mantener los servicios de asistencia, puesto que no tenerlos o reducirlos, conlleva un mayor riesgo de acabar con nuestras vidas.
La Generalitat ha revertido su intención de reducir el pago de los servicios de atención a personas con discapacidad al 85%, tras las denuncias del COCARMI y de otras entidades del tercer sector social y de la discapacidad y su exigencia de mantener el 100% para mantener las ayudas al colectivo.
Sí, afortunadamente la Generalitat nos ha escuchado y se ha dado cuenta de que una medida así no era de recibo, pues perjudicaba precisamente a uno de los colectivos más vulnerables de la sociedad y que, si algo necesita, es una especial protección. Por eso, agradecemos la rectificación.
Además, creemos que, para otras ocasiones, es necesario un mayor diálogo con las adminisraciones y que nos consulte antes de tomar decisiones que nos afectan”.
Precisamente, ¿cómo es la interlocución que mantienen en este momento con la Generalitat? ¿Está la discapacidad convenientemente representada en los órganos que se están creando con motivo de la pandemia?
Como he dicho antes, la discapacidad no puede estar olvidada y a la cola en estos momentos. Hay que tenerla en cuenta ahora más que nunca y, por ello, queremos estar presentes directamente en todos los órganos y grandes entidades de representación que se creen con motivo de la crisis.
No se puede mantener invisible al sector de la discapacidad en la Mesa de Negociación de esta crisis. Queremos ser uno más en esa Mesa de Negociación y trasladar la voz de la discapacidad, que se nos tenga presentes y se cuente con nosotros.
Es necesario prestar una especial atención a la discapacidad en todas aquellas medidas que se están tomando para intentar contener la pandemia. Somos conscientes de que nuestro sistema sanitario está actualmente desbordado y trabaja muy por encima de sus posibilidades. Por eso nos ponemos a su disposición a la hora de gestionar esta crisis y evitar que las personas con discapacidad queden desprotegidas o bajo una mayor exposición a los efectos de la pandemia.
¿Vivíamos hasta ahora en un exceso de optimismo o autoconfianza, al menos con respecto a con nuestro sistema sanitario y asistencial?
No estaba bien del todo, pero hay temas que desgraciadamente no te sorprenden. Por ejemplo, cuando se crean determinados servicios, no se debe olvidar la vigilancia de estos. Viendo lo que está pasando, como en las residencias, parece que esto no se ha tenido en cuenta. Se olvidó la vigilancia.
Desde luego, queda demostrado que de aquí en adelante no podemos continuar igual. Hay que prestar mayor vigilancia y estar más atentos.
Además, tenemos que tener en cuenta la probabilidad de que estas situaciones pueden volver a reproducirse en futuras ocasiones. No ha sido la primera, ni será la última. Por ello, debemos tener acopio de más material y, sobre todo, de mejor reacción ante las enfermedades contagiosas.
Hay que tener más y mejor previsión ante las situaciones de emergencia. Y, asimismo, las personas con discapacidad deben estar más protegidas.
Entonces, ¿ha faltado previsión?
Creo que, como dicen los políticos, ahora no estamos para juzgar si actuaron más o menos. Se está intentando dar respuesta, pero hay un retraso muy elevado en llevar la atención a las personas que lo necesitan.
Además, hay que evitar que las personas que asisten, como los sanitarios, puedan resultar contagiadas.
Y la discapacidad es uno de los colectivos más afectados en la pandemia.
Así es. Hay que situar a la discapacidad dentro de las líneas de actuación urgente dentro de la lucha contra la pandemia por parte del Estado. En esta situación, cuando hablan los políticos las referencias a la discapacidad son muy escasas.
En una situación y problema así, parece que se olvidan de los grupos minoritarios que, como las personas con discapacidad, también tenemos derecho a vivir en las mejores condiciones.
Si hay contagio por coronavirus, demasiadas personas con discapacidad, muchas de las cuales son grupo de riesgo, tendrán problemas para subsistir. No hay que olvidar que muchas situaciones de discapacidad y enfermedades reducen la capacidad respiratoria y pueden tener consecuencias fatales. A lo mejor es un dato que ahora no se evidencia, pero pasada esta situación es posible que muchas personas con discapacidad hayan perdido su vida. Ojalá me equivoque.
Y, en medio de esta situación, se desata un polémico debate por parte de algunos políticos de Cataluña sobre si aceptar o rehusar la ayuda del Ejército y la Unidad Militar de Emergencias…
Así es. Son peleas que no tienen sentido, y menos en estos momentos.
Todo el material humano y los servicios a la ciudadanía deben estar al servicio de los ciudadanos en un momento como este. Y el Ejército es uno más.
¿Y cuándo todo esto acabe?
Ahora vivimos una situación de desgracia global, planetaria, pero ojalá salgamos lo más pronto posible de ella. Sin embargo, deseo que, cuando, ¡por fin!, se normalice la situación, podamos avanzar por la plena igualdad de oportunidades, la no discriminación y la accesibilidad universal de las personas con discapacidad.
