"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Conversatorio
Jóvenes con discapacidad, parte de una juventud diversa e incluida
02/03/2022
Blanca Abella/J.M. González Huesa
Las personas que han participado como representación de la juventud con discapacidad en este conversatorio celebran este encuentro por lo que supone de visibilidad, por la oportunidad de expresar sus inquietudes para lograr esa diversidad e inclusión tan ajena a menudo para ellos. La formación inclusiva es la primera exigencia, si no se logra acceder a ella, el resto de derechos quedan rebajados, o anulados. Desde el CERMI se reclama más voluntad y recursos, pero sobre todo el cumplimiento de las leyes. Además, todos reivindican tener voz propia y el derecho a la participación en sociedad.
Formación, primera puerta de acceso
Amplía esta idea explicando que en el ámbito educativo la tasa de abandono escolar en juventud con discapacidad se dispara 20 puntos por encima del resto de jóvenes y en el caso de la universidad, la representación se sitúa cerca del 2%. “El acceso a etapas superiores de formación es bajo en juventud con discapacidad y esto sin duda por las barreras que se encuentra en estos entornos”, afirma.
De la misma manera, el empleo ofrece datos muy negativos y resulta necesario “que se legisle y que se cumpla esa legislación de reserva de plazas, y que la administración pública sea también ejemplar en esa reserva de cupos en todas las escalas de la administración”, explica Guillermo Fernández. A su vez, “como una cosa va ligada a la otra”, el acceso a la vivienda presenta numerosas dificultades para estos jóvenes, que tienen serios problemas también en su acceso a la cultura y el ocio, pues “más del 20% de personas con discapacidad tienen dificultades en su vida social o pueden tener relaciones precarias por las dificultades de acceso al ocio que encontramos”.
No hay una educación bilingüe efectiva, afirma, pues se les obliga a elegir entre lengua oral o lengua de signos; además, los estudiantes sordos tienen muchos problemas con el idioma extranjero, entre otras cosas, porque las academias de idiomas obligan a realizar ejercicios de escucha y orales, algo que ellos no pueden realizar y por lo tanto no cuentan con un certificado que luego se exige en programas de becas, como Erasmus. En esta misma línea, denuncia Paula Bak, las academias de oposiciones tampoco ofrecen formación adaptada para ellos, con lo que el acceso al empleo está también limitado.
Explica que esta discriminación social se produce, entre otras cosas, porque “nosotros nos relacionamos con grupos de iguales, o sea, personas con discapacidad, pero lo hacemos porque la juventud de hoy en día no nos admite en otros grupos”. Por eso, apunta, “este conversatorio y charlas como esta están muy bien para que se vayan conociendo nuestros derechos y nos conozcan a nosotros, porque la sociedad tiene que aceptarnos como somos”.
La tecnología accesible como impulso necesario
Insiste en la labor fundamental del tejido asociativo y anima a colaborar con las administraciones públicas para que sean más sensibles a esas políticas dirigidas a la juventud con discapacidad. Todo ello, a su juicio, sin perder de vista la necesaria apuesta por las nuevas tecnologías, que deben contribuir a reducir las brechas que afectan al sector de la discapacidad y a la vez no ser en sí misma un obstáculo.
Por su parte, Paula Bak explica que “en pandemia la formación on line nos ha afectado muchísimo a la juventud sorda, que contaba con unos recursos que desaparecen en la formación virtual porque no estaba preparada para nuestro colectivo y no hemos podido avanzar en nuestra educación y formación”, además, a pesar de las quejas expuestas, en el ámbito educativo la plataforma virtual más utilizada es Teams, que es menos accesible para ellos. “La tecnología tiene que ser para todas las personas, no centrarse en un modelo específico de personas”, sentencia.
Cristina Paredero se muestra consciente de la importancia de las nuevas tecnologías, pero advierte del problema que genera en algunas personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), porque “hablar a través de una pantalla, en un espacio privado y manteniendo una atención constante a esa pantalla, genera problemas y cierto grado de confusión a algunas personas”.
Respecto al Año Europeo de la Juventud, según Guillermo Fernández, puede suponer un impulso para “aprovechar oportunidades, como la que se nos presenta a través de la Alianza por la Juventud, un pacto entre diferentes organizaciones para seguir avanzando en esas desigualdades y convertirlas en un entorno inclusivo para todos”. Explica que es un acuerdo que conlleva diferentes líneas de trabajo: Supresión de pobreza juvenil; fomento de una juventud autónoma e independiente, inclusiva y diversa; respaldo a la salud mental universal y preventiva; una transición ecológica justa y participación activa y plena de toda la juventud.
“Deberíamos aprovecharlo para conseguir un mundo más justo y más respetuoso para todos y sensibilizar acerca de nuestras necesidades y ver cómo se nos percibe a la juventud con discapacidad por parte de las instituciones, de la clase política, es una gran oportunidad”, afirma Paula Bak.
