RSC
Dolores Enrique, presidenta de Cadena de valor
“Buscamos un pacto social en el que implicamos a las empresas que quieren desarrollar su responsabilidad social y a las entidades de la discapacidad”
22/04/2016
Blanca Abella - Imágenes: Manuel Moreno
Tras años de experiencia vital y profesional al frente de numerosos trabajos e iniciativas sociales en el mundo de la discapacidad, Dolores Enrique afronta un nuevo reto profesional. El salto al mundo empresarial lo ha dado por necesidad y por el propio impulso de su carácter emprendedor y de lucha. ‘Cadena de valor’ es una consultora social especializada en Responsabilidad Social Empresarial en Discapacidad y su objetivo es asesorar a las empresas en este campo y ponerlas en contacto con las entidades de la discapacidad que pueden formar parte de esta alianza, ser receptoras de esa responsabilidad social. Al final todos ganamos.
¿Qué es Cadena de valor, o qué quiere llegar a ser puesto que apenas llevan unos meses de recorrido?
Cadena de valor es una empresa social que tiene como actividad principal la realización de servicios de consultoría en el ámbito de la responsabilidad social empresarial orientada a las personas con discapacidad. Lo que buscamos es un pacto social en el que implicamos por un lado a las empresas que quieren aumentar su reputación, su valor de marco y su competitividad desarrollando su responsabilidad social, y a las entidades que prestan los servicios de personas con discapacidad intelectual.
"Nuestra función es orientar a las empresas hacia las necesidades del colectivo de la discapacidad"
Usted es la principal promotora de Cadena de valor, ¿cuál es el origen de esta empresa?, ¿cómo se gesta su creación?
Después de ser durante varios años presidenta de la
Federación Autismo Madrid y vicepresidenta del CERMI Comunidad de Madrid durante cuatro años, soy consciente de las dificultades que tienen las entidades para lograr los recursos necesarios para continuar con su actividad, ofrecer los servicios y atención que necesitan las personas con discapacidad con la misma calidad con la que los hemos prestado siempre.
Además, nos hemos encontrado con un envejecimiento importante de la población y con un mayor número de personas en exclusión social debido a la crisis y todo esto aumenta el número de personas con necesidad de servicios por parte de la Administración y, por su parte, las entidades tienen la obligación y la necesidad de buscar una financiación complementaria, una de las principales preocupaciones de nuestras entidades en los últimos años. Las ayudas públicas son limitadas y es necesario implicar a las empresas y reinventar el movimiento asociativo, debemos dar un paso más allá. Nos tenemos que reinventar buscando nuevas formas de hacer las cosas en un mundo inclusivo y, por otro lado, las empresas quieren desarrollar de forma profesional toda su dimensión social, quieren pasar de la filantropía a una forma más profesionalizada de acción social. Nuestra función es conducirla y orientarla hacia las necesidades del colectivo de la discapacidad.
La idea ha ido cogiendo forma poco a poco entonces, ¿cuándo fue la creación definitiva de la empresa?
En octubre de 2015 nos pusimos de acuerdo cuatro asociaciones madrileñas que atiende en total a más de 1.500 personas con discapacidad intelectual,
APNA (Asociación de padres de personas con autismo),
Apama (Asociación de Padres de Alumnos con Discapacidad de Alcobendas),
Apadis (Asociación Padres de Personas con Discapacidad de San Sebastián de los Reyes) y
IPP (Instituto de Psico-Pediatría Dr. Quintero Lumbreras) y les propuse unirnos y poner en marcha esta empresa social, con un planteamiento novedoso que estaba basado en la colaboración conjunta para la captación de fondos, a la vez que realizamos la consultoría social. De esta forma, conseguimos reinventarnos sin que las entidades noten mucho ese peso estructural ya que al repartirlo entre todos hemos conseguido disminuir los costes estructurales.
"El emprendimiento social es una forma nueva de trabajar, se trata de profesionalizar las cosas que estábamos haciendo porque tienen que ser sostenibles"
El fin entonces es el mismo que perseguían en su trabajo desde las asociaciones, se busca el sostenimiento de esta red de servicios y la lucha por la inclusión de la discapacidad, pero el camino para lograrlo ahora pasa por la responsabilidad social, ¿no es así?
Por circunstancias familiares y profesionales, tras esta etapa en el mundo asociativo necesito incorporarme al mercado laboral. Siempre he sido una persona con espíritu emprendedor y ha llegado el momento de iniciar una etapa empresarial. Como madre de una persona con autismo severo, con problemas de conducta he tenido la necesidad de emprender nuevos proyectos que nos ayuden a encontrar soluciones a los problemas del día a día y conseguir mejoras en su calidad de vida, como muchos otros padres. En su momento fundé la
Asociación de Recursos Antares, pionera en la organización de ocio y tiempo libre para personas con discapacidad gravemente afectadas y de programas de ayudas a las familias. Además he trabajo e impulsado iniciativas de educación en el CERMI Comunidad de Madrid, entre otras cosas. En este momento, para una persona de mi edad y con discapacidad es difícil encontrar empleo y por ello, con talante emprendedor, pienso que es el momento de crear una empresa en el ámbito en el que me he movido, porque tengo una experiencia.
El emprendimiento social es una forma nueva de trabajar, se trata de profesionalizar las cosas que estábamos haciendo porque tienen que ser sostenibles. Hay una generación de personas con discapacidad intelectual que necesitan unos servicios con enfoques diferentes, son personas que van a necesitar más inclusión en la sociedad, se van a incorporar en la vida comunitaria y es necesario apostar e invertir en proyectos nuevos para ellos. El paso que estamos dando ahora es que cualquier cosa que emprendamos tiene que ser sostenible, debemos empezar a buscar nuevas fórmulas que nos ayuden a que los servicios que prestamos a nuestros chavales sean sostenibles. Además de todo eso, trabajar me hace sentirme bien y útil e incluso tengo muchos menos dolores que cuando no trabajo.
"La sociedad está pidiendo a las empresas que sean responsables, que tienen que hacer las cosas de forma diferente, hay que reinvertir en la sociedad y en que todos estemos mejor"
¿De dónde viene el nombre de la empresa ‘Cadena de valor’?
Cuando decidí emprender en este campo, estudié y recopilé toda la información que había sobre responsabilidad social. Entre otros documentos que consulté, uno de
Price waterhouse,
‘Más valor social'’, establece que ante las dificultades de las empresas y de las entidades hay que ir hacia ‘cadenas de valor’. En este momento la sociedad está pidiendo a las empresas que sean responsables, que tienen que hacer las cosas de forma diferente, ya no vale solo ganar dinero, hay que reinvertir en la sociedad y en que todos estemos mejor. Ese documento afirma que hay que hacer cadenas de valor socioeconómicas, eso ocurre cuando un emprendedor social une a la empresa y une a las asociaciones para crear valor social, para hacer impacto en la sociedad. Decidimos además que la fórmula de Cadena de valor fuera una empresa porque queríamos que fuera también sostenible.
"Es importante establecer alianzas con otras entidades del sector, de la consultoría social, como Bequal"
¿Qué panorama han descubierto en apenas cinco meses de trabajo?
Nos hemos encontrado con una gran necesidad de información por parte de las empresas. El problema que tenemos ahora es que hay mucho trabajo por hacer, de hecho tenemos que reorganizar de alguna manera a las entidades de la discapacidad, en el tema de la comunicación, de la planificación, de venta de acción social… Por su parte, las empresas no tienen muy claro qué quieren hacer ni cómo lo quieren hacer, cada uno elige un producto, un proyecto, aunque la mayor tendencia, lo que más nos piden son personas con discapacidad intelectual preparadas para acceder a la empresa.
También nos hemos encontrado con empresas que en 2017 tienen que hacer su memoria sostenible y no han hecho nada y de repente necesitan hacer todo el planteamiento de responsabilidad social. Nosotros todavía no alcanzamos a hacer estos trabajos porque somos muy pequeños y estamos especializados en discapacidad, pero lo que hacemos es un ‘partner’ con otras fundaciones que sí lo están haciendo. Por eso es importante establecer alianzas con otras entidades del sector, de la consultoría social, por ejemplo
Bequal, porque no nos cuesta nada vender a un cliente este producto. Tenemos acceso a un montón de empresas y nos hemos encontrado con la necesidad de crear alianzas, sinergias y comunicación, así todos ganamos. No queremos mostrarnos como una competencia, al revés, donde tú no llegues llego yo y compartimos las ganancias. Con la
Fundación Juan XXIII, por ejemplo, ellos nos han dicho eso, adelante, estamos a vuestro lado, es el concepto de sinergia frente a la competitividad, juntos llegaremos más lejos.
Nos hemos dado cuenta de que es el camino, el proyecto y el momento. El problema es que necesitamos más personas para poder desarrollar correctamente todo lo que tenemos ya entre manos.
"Cadena de valor ha sabido buscar esa oportunidad de negocio en la cual nos beneficiamos y hacemos entre todos una sociedad más justa"
¿Siente que las empresas han emprendido este camino de la RSE-Discapacidad por convicción o por obligación?
Por las dos cosas, por un lado al obligar a las entidades de más de 500 empleados a realizar una memoria no financiera, que les obliga a utilizar unas herramientas, que necesitan una sistematización, un planteamiento mucho más profundo, automáticamente necesitan consultorías de este tipo. Pero además, una de sus obligaciones es que sus proveedores también lo hagan, es decir que no solo las grandes sino también las pequeñas y medianas empresas van necesitando ese trabajo. Es una cadena que se está iniciando y supone una gran oportunidad. Cadena de valor ha sabido buscar esa oportunidad de negocio en la cual nos beneficiamos y hacemos así entre todos una sociedad mucho más justa.
¿Iniciaron el trabajo de búsqueda de clientes entre las grandes empresas quizás por estar más organizadas?
Nosotros en principio queríamos ir a las Pymes porque creemos que es conveniente que las empresas estén cerca de las entidades a las que atendemos, empresas cercanas que se sienten parte de una comunidad, de un grupo de interés. Nos estamos encontrando sin embargo que son las grandes las que no están organizadas y las que más nos están pidiendo esos trabajos.
"Necesitamos hacer una sociedad más justa y necesitamos que las empresas se humanicen y se dediquen a la persona para sacar también mayor rendimiento"
¿Qué le aporta la discapacidad a una empresa, a esa cadena de valor?
Aportamos muchas cosas. Las personas con discapacidad aportamos tenacidad, ilusión, fortaleza, superación, alegría… aportamos un porqué, porque necesitamos hacer una sociedad más justa y necesitamos que las empresas se humanicen y se dediquen a la persona para sacar también mayor rendimiento. ¡Somos capaces de sacar de las personas con discapacidad intelectual severa una cantidad de cosas!
Además, ahora hay una generación de jóvenes que piensan y buscan otras cosas, no buscan en el trabajo lo mismo que buscaban sus padres, están buscando algo que les aporte una mayor calidad de vida.
¿Tenéis claro una prioridad en cuanto a las necesidades de la discapacidad a la hora de presentar los proyectos?
Creo que hay una parte en la que todos estamos de acuerdo, vamos hacia una vida más inclusiva, vamos hacia una vida en la cual nuestros chavales tienen que ser cada vez más autónomos y por lo tanto todo es importante, desde que naces, con la atención temprana, luego la inclusión educativa, los centros de Día, ocupacionales, programas de tiempos libre, de respiro, residencias… ¡una cantidad de servicios que necesitamos!
Todos ganamos. Como madre de una persona con discapacidad creo que las asociaciones deben apostar por crear más servicios necesarios. Ahora mismo necesitamos una vivienda para nuestros hijos, que ya tienen 35 años, para que sean autónomos. Hay que buscar recursos necesarios diferentes. Las familias empezamos a estar jubilados y nuestros hijos van a ser la primera generación que nos sobreviva y no podemos hacer las aportaciones económicas que hemos hecho hasta ahora. Necesitamos nuevos servicios para las personas con discapacidad intelectual mayores, que no estaban previstos, y unas viviendas, hogares…
Acompaña a nuestra entrevistada Christian Loste, Director de Cadena de Valor. Como director de esta empresa, ¿qué valor le otorga a esta iniciativa y qué objetivos persigue desde la dirección?
El triunfo primario de ‘Cadena de valor’ es que cuatro asociaciones se unan y creen algo así entre ellas, pocas veces se ve esto. Provenimos del sector social y somos muy vehementes y creemos mucho en nuestro proyecto pero tenemos otras carencias, como la visión de markéting. Es verdad que cuando contamos lo que somos, las puertas se nos están abriendo con cierta facilidad. Pero no buscamos una ganancia unilateral ni siquiera apelamos a la responsabilidad de la empresa ni a la responsabilidad de la sociedad ni a la responsabilidad de las entidades que prestan servicios a las personas con discapacidad, estamos apelando a la ganancia conjunta, porque la empresa se va a beneficiar de tener un impacto social más organizado, más autoconsciente, más participativo y las entidades de la discapacidad van a tener mejores recursos y mayores oportunidades de acceder al mundo de la inclusión, porque cuantos más puentes se establezcan con la empresa y la sociedad, se van a volatilizar las barreras y la sociedad en general va a ganar porque va a tener una parte de la sociedad más atendida, otra parte más sensibilizada y al factor productivo, que es la empresa, al final lo va a tener de su lado. Todos ganamos. Si todos compartimos, creamos una cadena de valor conjuntamente y todos ganamos.