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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 17 de febrero de 2017cermi.es semanal Nº 246

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Entrevista

Alfonso Gutiérrez, presidente de AESE (Asociación Española de Empleo con Apoyo)

"El empleo es parte del proyecto vital de la persona y tenemos que adaptárselo"

17/02/2017

Beatriz Sancho

Sin fisuras, la narración vital de Alfonso Gutierrez permite inferir la verdad que encarna, esa réplica honesta que hace de la función de su ser, buscador de oportunidades de empleo para las personas con discapacidad, allí donde esté presente: ora en la entidad de Ciudad Real, donde trabaja como gerente, ora desde la presidencia de AESE, ora cuando se queda a solas, y toma consciencia de haberse liberado de las 'encadenantes' aspiraciones económicas. Es ahí cuando el benefactor, quien ayuda a sus congéneres a realizar esa parte primordial de su proyecto vital, el trabajo, se convierte, inexorablemente, en el propio y más beneficiado.

Alfonso Gutiérrez, presidente de AESEHace un año que la AESE se adhiere al CERMI como entidad asociada. ¿Qué balance haces de esta suma, de esta simbiosis, de esta  colaboración con algo más de perspectiva? ¿De qué modo os habéis enriquecido mutuamente las dos entidades?
 
Nuestra valoración es muy positiva porque, aunque siempre hemos colaborado, desde que nos integramos en el CERMI tenemos la oportunidad de participar activamente en las comisiones de empleo, de presentar abiertamente nuestras propuestas y trabajar conjuntamente. Ir de la mano en la mejora de la empleabilidad de las personas con discapacidad con el movimiento asociativo es clave para nosotros. Unir fuerzas con el mismo objetivo es conseguir mejorarla.   
 
Además, estar en el CERMI nos da mayor presencia y especialmente de cara a las instituciones, lo percibimos, y por eso contar su apoyo es importante para la AESE.
 
¿Algún proyecto que haya nacido desde vuestra inclusión en el CERMI?
 
Queremos realizar un estudio conjunto que abordarán los retos y las expectativas de la situación actual del empleo con apoyo, así como el hacia dónde queremos encaminarlo para el 2020.
 
Este podría ser el principio de muchas colaboraciones. La AESE puede aportar la metodología de lo que es el empleo con apoyo enfocada a la inclusión laboral de las personas con discapacidad en empresas ordinarias y el CERMI, por su parte, puede contribuir con toda su experiencia para abordar los retos que nos planteamos como, por ejemplo, la regulación de los servicios de empleo con apoyo, la avance en ciertos aspectos mejorables como sería el caso de un contrato más flexible.
 
¿Puedes aclararnos ese concepto de "contrato más flexible" al que apeláis y de qué forma ayudaría a la mejora de la empleabilidad de nuestro sector?
 
Ahora mismo el único contrato de fomento de empleo que hay bonificado para las empresas es el de un año de duración. Si el primer contrato que se celebrase fuera más corto, tres meses, por ejemplo, daría más oportunidades a las empresas para comprobar cómo funcionan las personas con discapacidad. Si nuestras propuestas las unimos con las del CERMI seguro que tendrán mucho más calado.   
 
¿Empleo con apoyo en la AESE es solo para personas con discapacidad o también para personas en riesgo de exclusión como víctimas de violencia de género, de diferentes etnias...?
 
Nuestra herramienta se abre también a todas las personas en riesgo de exclusión. Cuando nació estaba encaminada a personas con discapacidad intelectual porque estaban más al margen del empleo, pero la metodología se adapta individualmente a cada persona porque el empleo hay que adaptarlo a cada una de ellas en función a sus necesidades e intereses. 
"Nuestra herramienta se abre también a todas las personas en riesgo de exclusión"
¿En qué consiste esencialmente vuestro método o herramienta?
 
La clave es que el empleo se adapte a la persona e introducir la planificación centrada en ella dentro de los programas de empleo. La persona se sitúa en el centro del proceso, y el preparador laboral y los proyectos se adecúan a la persona para que consiga trabajar y realizar sus expectativas vitales mediante apoyos para conseguirlo.   
 
Perseguimos encontrar puestos de trabajo en empresas ordinarias, normalizadas y proporcionar a la persona todos los apoyos que necesite para el desempeño de su trabajo, así como las adaptaciones necesarias para que se realice como trabajador y como persona. El centro es la persona, que es la que decide, y se ponen a su disposición las herramientas que requiere.  
"El centro es la persona, que es la que decide, y se ponen a su disposición las herramientas que requiere"  
Cierto que el empleo con apoyo nace en EEUU y estaba más enfocado a personas con discapacidad intelectual. Aquí en España, ¿la AESE se enfoca mayormente a este sector en particular o ayudáis a personas con otras discapacidades que también necesitan apoyo? ¿Qué tipo de adaptaciones habéis conseguido, por ejemplo, para las personas con enfermedad mental que no solo necesitan, obviamente, apoyo para su empleabilidad, sino que, muchas veces, por el estigma se encuadran dentro del sector de personas en riesgo de exclusión?
 
En muchos casos los apoyos para personas con enfermedad mental son de orientación laboral si es que han estado fuera del mercado de trabajo o de apoyo para que recuperen la autoestima porque, en muchos casos, las personas con problemas de salud mental tiene formación muy avanzada, incluso universitaria y, por ello, se enfocaría más en apoyarles en la búsqueda de trabajo, en la restauración de su autoestima y en las relaciones con el entorno. 
 
En la enfermedad mental hay muchas variables porque si su problema es de relación con el resto de los compañeros, habrá que trabajar en esa línea que nosotros denominamos "entorno natural", y que para ellos sería primordial, ya que no necesitan saber desempeñar su trabajo, sino saber estar en el entorno y aprender a relacionarte con los otros trabajadores.
 
Alfonso Gutiérrez, presidente de la AESEEn el caso de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) los apoyos también serían distintos, más encaminados a una planificación de las tareas secuencial porque la persona puede realizar una tarea concreta perfectamente, de hecho, lo demuestra con eficacia, pero hay que delimitarle, definirle muy bien los pasos y diseñárselos, aunque su capacidad sea obvia y no se cuestiona.  
  
Vuelvo a la enfermedad mental, a modo de alegato, por la invisibilidad de sus síntomas y la ignorancia para adaptar verdaderamente los puestos para mantenerlos. En mi entorno laboral convivo con personas con problemas de salud mental que, además de lo que apuntas, tienen que tener extremo cuidado con los niveles de estrés y ansiedad, que pueden convertirse en detonantes de episodios, de crisis que provoquen bajas y, estas a su vez, despidos; que tienen dificultades para mantener la atención constante, para volver a concentrarse si se les interrumpe mientras lo estaban o se han distraído, para estar sentados todo el tiempo sin moverse... De esto no son conscientes, muchas veces, ni las propias personas con enfermedad mental, luego mucho menos los empleadores, y ellos viven como un fracaso y con gran impotencia no poder ser o hacer como el resto de compañeros, y se autoexigen y se castigan por no llegar igual, lo que vuelve a redundar negativamente en su autoestima porque no se dan cuenta que funcionan de manera distinta. La adaptación del puesto de empleo, individual, sería crucial para su bienestar, su salud y la realización de su proyecto vital también.
 
Es cierto que hay menos entidades dentro de la AESE que trabajen el empleo con apoyo de las personas con enfermedad mental. Mi experiencia profesional, casi en su mayoría, es con discapacidad intelectual. Pero sí que hemos tenido casos de personas con problemas de salud mental y nos hemos encontrado con los problemas que comentas. No hemos tenido muchas barreras, en estos casos, a la hora de tener toda la situación controlada mediante una persona de referencia y que sea el nexo con la empresa o el empleador, pero es cierto que los casos que nos llegan suelen ser de personas con la enfermedad muy cronificadas y muy medicamentados, no personas en activo que, prácticamente, no se les nota. 
 
Sin embargo, sí que hay que denunciar la doble discriminación que sufren las personas con problemas de salud mental y evidenciar que las palabras enfermedad mental asustan a los empresarios a la hora de contratarlas por el tremendo estigma adosado a esta discapacidad y por la ignorancia generalizada. También poner en valor la ventaja que tienen sobre otras discapacidades a la hora de aprender las tareas, de desempeñar su trabajo porque son personas que no tienen dificultad para aprender y de gran inteligencia.
"Las palabras enfermedad mental asustan a los empresarios a la hora de contratar por el tremendo estigma adosado a esta discapacidad y por la ignorancia generalizada"
El problema está en que la enfermedad mental es una discapacidad invisible y los apoyos, las adaptaciones al puesto de empleo no se dan casi nunca porque muchas personas no lo dicen, no salen del armario, e incluso porque cuando lo exponen, como aparentemente se les ve que están bien, no tienen en cuenta las escollos diarios a los que se enfrentan y en los que insisto: los niveles de estrés más peligrosos que para el resto por detonar recaídas, su dificultad para mantener la atención y la concentración, muchas veces causada no por la personalidad sino por la medicación y la enfermedad, su autoexigencia y la lucha personal por llegar como los demás y de su forma, y su no toma de consciencia de que funcionan de forma distinta. No se ofrecen esos apoyos por maldad, sino porque los empresarios no lo saben, y muchas personas con problemas de salud mental tampoco. 
 
Por eso en AESE tenemos un doble reto con las personas con problemas de salud mental. Sabemos que muchas de ellas que están trabajando no dicen que tienen un trastorno mental porque si lo hacen les resultará más difícil encontrar trabajo. Eso es un riesgo para su salud y un problema. Quienes no lo dicen no son las personas con la enfermedad más cronificada, sino quienes tienen más formación y aquellos que son conscientes de que si ponen en su currículo que tienen problemas de salud mental van a tener mucho más complicado acceder al empleo, por eso prefieren obviarlo.
Alfonso Gutiérrez, presidente de AESE"Muchas de personas con enfermedad mental que están trabajando no dicen que tienen un trastorno mental porque si lo hacen les resultará más difícil encontrar trabajo. Eso es un riesgo para su salud y un problema social"
Hay programas muy buenos de inclusión laboral de personas con problemas de salud mental, pero es cierto que no utilizan la metodología de empleo con apoyo. Los Centros de Rehabilitación Psicosocial y Laboral (CRPSL), que son quienes realizan los programas de empleo para personas con enfermedad mental, tienen una herramienta distinta. El apoyo con empleo les sirve, pero más enfocado, como decía, a personas con la enfermedad mental muy cronificada y, de hecho, son las pocas que nos llegan a AESE. Estas son precisamente las que no están preparadas para incluirse laboralmente porque hasta ese momento han estado absolutamente al margen del mercado laboral.  El resto busca por su cuenta y sin decirlo la mayoría de las veces.
 
Recientemente, hemos contactado con el CRPSL de Leganés que están muy interesados en utilizar la metodología del empleo con apoyo porque, como dices tú, opinan que es muy importante la búsqueda de empleo, pero que hay algo más detrás...
 
¡Mantener el empleo! Y la salud...
 
Eso es, y justo el preparador laboral de este CRPSL de Leganés, que se encarga de adaptar los apoyos, tiene enfermedad mental también y podría dar una visión muy interesante de lo que hacen con nuestra herramienta y muy distinta a lo que hacen la mayoría de los CRPSL. 
 
Lo que está claro es que el estigma de la enfermedad mental  perjudica muchísimo a estas personas y en AESE tenemos que hacer más porque más allá de alguna jornada que hemos realizado, AESE debe lograr hacer más para mejorar la empleabilidad de las personas con problemas de salud mental. Este sector accede menos al empleo, están en un absoluto segundo plano y son quienes menos acceden al mercado laboral con diferencia respecto a otras discapacidades. 
"AESE debe lograr hacer más para mejorar la empleabilidad de las personas con problemas de salud mental, que están en un absoluto segundo plano y son quienes menos acceden al mercado laboral, con diferencia, respecto a otras discapacidades" 
Ya que admitís que todavía tenéis poco conocimiento de este sector poblacional tan descuidado para ofrecerles apoyo en el empleo, ¿podría salir de aquí un compromiso para investigar mejor, más proactivametne sus necesidades e intentar ofrecerle los apoyos más acordes, salidas como las que comentábamos para la manutención del empleo y que mejoren su calidad de vida dentro y fuera del entorno laboral desde AESE?
 
Sí, nazca un compromiso. En AESE tenemos que comenzar a trabajar más, realmente el empleo con apoyo para las personas con enfermedad mental. Y además realizar más acciones de sensibilización de cara a la empresa porque es vital para la solución, por un lado, y también ir de la mano con la Confederación Salud Mental España y con los CRPSL que trabajan muy bien, pero que seguro que podemos hacer algo conjunto en pro de este sector poblacional tan estigmatizado. 
Alfonso Gutiérrez, presidente de AESE"Sí, nazca un compromiso. En AESE tenemos que comenzar a trabajar más, realmente el empleo con apoyo para las personas con enfermedad mental"
Los empresarios dan por hecho la inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual, es un sector que además es más visible, pero la enfermedad mental hay que hacerla más visible para normalizarla y mejorar los terribles datos de empleabilidad porque esto es un compromiso que tienen que adquirir todos, la sociedad también.
 
En AESE estamos abiertos a todas las personas en riesgo de exclusión porque nuestra herramienta se adapta a todas las personas, incluso a quienes no tenemos discapacidad.  
 
¿En qué consiste exactamente vuestra forma de ver cómo tiene que ser la inclusión laboral y social de las personas con discapacidad en el mercado laboral, ha cambiado o evolucionado vuestra metodología desde que se crea AESE?
 
En AESE estamos a favor de cualquier fórmula de inclusión laboral, pero pensamos que la mejor es la inclusión laboral de las personas con discapacidad en la empresa ordinaria, es el reto. Cualquier fórmula vale y es la persona la que decide en dónde quiere trabajar, pero no podemos perder de vista que en el artículo 27 la propia Convención de Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad habla de la inclusión laboral en entornos "normalizados" y esta es precisamente nuestra apuesta.
"La mejor inclusión laboral de las personas con discapacidad es en la empresa ordinaria, es nuestro reto, no podemos perder de vista el artículo 27 de la Convención"
Estar en el CERMI nos permite ir de la mano con cualquier fórmula para conseguir el mismo objetivo. Pero para AESE el empleo es una parte del proyecto vital de la persona y tenemos que poner los medios para que lo consiga, pero sin perder de vista que el empleo más normalizado es en la empresa ordinaria, el horizonte hacia donde AESE quiere caminar. Toda fórmula vale, pero nuestro objetivo es el de la empresa ordinaria porque la presencia de personas con discapacidad, la diversidad enriquece a la empresa, a los compañeros y a la sociedad en general también.
 
AESE reclama, además, nuevas fórmulas para favorecer el empleo y una atención especial e individualizada para cada trabajador con discapacidad. ¿Nos lo explicas?
 
Hay que dejar de conformarnos con lo que hay y ser los pioneros en formular nuevas propuestas. Lo vemos en el ámbito rural donde el tejido empresarial es más escaso y en donde hay que adaptar nuevos trabajos, buscar nuevos nichos que pueden partir de colaboraciones con las administraciones locales. Tenemos casos en que la diputación provincial o los ayuntamientos son las empresas más grandes y tenemos que ir de la mano con ellos para generar riqueza y, sobre todo, que las personas del ámbito rural accedan al trabajo. Luego, adaptarlo a la persona. 
"Hay que dejar de conformarnos con lo que hay y ser los pioneros en formular nuevas propuestas"
Hay que ser atrevidos y no centrarnos siempre en el trabajo en la gran empresa, que está muy bien, pero no es la realidad de todo el mundo. Habrá personas que con dos horas al día de trabajo tengan suficiente para sentirse miembros activos de la sociedad. Podría ser un empleo más a la carta y aprovechando la realidad del entorno. Tenemos que poner en valor lo que se hace en territorios pequeños porque España está muy grande y las personas con discapacidad ni el empleo están solo en las grandes ciudades. Hay que buscar oportunidades en todos los ámbitos.
"Ni las personas con discapacidad ni el empleo están solo en las grandes ciudades. Hay que buscar oportunidades en todos los ámbitos"
¿Qué hay fuera de nuestras fronteras respecto al Empleo con Apoyo?
 
La verdad es que en España estamos muy avanzados respecto a otros países, pero tenemos que seguir mirando fuera. Sí que es cierto que aquí hemos sufrido un cambio radical: las personas con discapacidad de hoy en día, las jóvenes, no son como las de hace 20 años porque han crecido en un entorno mucho más inclusivo y el tema del empleo está ya en su ADN. Tal y como la Convención ha generado, estamos pasando de un sistema asistencial a otro en el que la persona con discapacidad se sitúa en el centro, es sujeto de derechos y las entidades les ofrece oportunidades y apoyo para que ejerzan sus derechos.
 
El empleo para los jóvenes y las jóvenes con discapacidad ahora es una exigencia para la persona con discapacidad y desde AESE vemos que tenemos que reformarnos, transformar nuestros servicios según lo que establece la Convención. Formación y trabajo serán los pilares de los servicios del futuro y un empleo con apoyo conjuga perfectamente los dos que serán predominantes en el futuro.  
 
Alfonso Gutiérrez, presidente de AESE, recibe el Premio cermi.es¿Qué retroalimentación obtuvisteis en el 12º Congreso Nacional de Empleo con Apoyo del que dabais cuenta aquí, en cermi.es semanal, hace casi un año y en el que os proponíais transmitir la idea de superar vuestra "metodología", esa premiada por el CERMI y ya tan asentada?
 
Salimos muy contentos porque vemos desde entonces innovación dentro del sector, proyectos novedosos y punteros en ámbito rural, otros que conjugan los centros y la empresa, conviviendo en un mismo entorno. Esto es nuevo y es clave, y además se va avanzando. Eso era lo que queríamos transmitir y vemos que se está realizando: unirnos a la empresa, ser un complemento para ella, es decir, dejar de ir pidiendo favores para que nos contraten, y situarnos como una alternativa de diversidad y riqueza para ellas. La empresa puede crecer viendo in situ la potencialidad de nuestro sector y poner en valor la posibilidad de contratación de personas con discapacidad y no solo la obligatoriedad. 
 
"Estamos asistiendo a la transformación de las empresas que contratan a personas con discapacidad y apuestan por ello porque les aporta riqueza" 
 
Estamos asistiendo a la transformación de las empresas que contratan a personas con discapacidad y apuestan por ello porque les aporta riqueza. Hay un proyecto de formación de Campus de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce que aúna esto y es hacia donde debemos dirigirnos. Quien necesite un sistema asistencial que se mantenga, claro, pero hay otras personas que solo necesitan un servicio de apoyo y es lo que nosotros vamos a proporcionarles. Hay que centrarse en formación, empleo y empleo en la empresa, y todo lo que sea innovar ahí será fundamental.   
 
Ahondando un poco más en el ámbito internacional, ¿en qué consiste exactamente el movimiento europeo de desarrollo del empleo con apoyo, de qué manera participáis en él, y que expectativas tenéis respecto al I Congreso Internacional de Empleo con Apoyo de junio y que se celebrará en Belfast?
 
AESE ha sido socia fundadora de la Asociación Europea del Empleo con Apoyo (EUSE) y hemos estado liderando, con otros países, la implantación de la metodología del empleo con apoyo en Europa. La EUSE es, precisamente, la que ha organizado el I Congreso Internacional de Empleo con Apoyo.
 
El encuentro internacional me parece interesantísimo porque siempre hemos estado trabajando cada país por libre, cada uno por su lado. España, por ejemplo, es el espejo donde se mira Latinoamérica especialmente en lo que respecta a la formación, y que la Convención, a nivel legislativo, nos haga estar bajo el mismo paraguas, ayuda para que ellos avancen en el empleo con apoyo. 
 
En el congreso, nosotros podremos también mirarnos en el espejo de países como Australia o EEUU y ver cómo ellos ponen en práctica la metodología. EEUU, pionera, nos servirá para conocer proyectos más avanzados y para asumir esa máxima que abandera de que: el empleo es parte del proyecto vital de la persona y que tenemos que adaptárselo. Tenemos muchas ganas de escuchar nuevas ideas que nos ayuden a mejorar las nuestras y las vidas de las personas con discapacidad.
 
Con esta perspectiva amplia a la que hemos llegado, retrátame algún proyecto nacional o internacional que te haya emocionado, asombrado que te parezca innovador a la par que eficaz y con el que hayas pensado: esto es el principio de algo que tiene que ser, que realizarse cotidianamente con personas con discapacidad.
 
Hay un proyecto de empleo con apoyo, que comenzó en Suecia, pero se ha replicado en España que emplea a 100 personas y tiene sede en Madrid, Barcelona y Zaragoza, se llama Specialisterne. Buscan poner en valor las especiales características de las personas con TEA. De hecho ofrece servicios específicos y centrados en las capacidades de la persona a las grandes consultorías de este país. Es un proyecto que me asombró cuando me lo contaron y tenemos una reunión prevista con ellos para ver cómo podemos colaborar mutuamente. 
 
Tienen un vídeo de 40 segundos en su página y ponen en valor por ejemplo la meticulosidad de estas personas y otras de sus capacidades, que tan en cuenta se tienen a la hora de valorar un candidato por parte de las empresas. Ellos las tienen per se.
 
Una de vuestras estrategias es la de conectar a personas y organizaciones para crear una cultura nacional del empleo con apoyos y del empleo integrado. ¿Qué cauces o qué mecanismos estáis utilizando para materializar esta propuesta?
 
Somos una asociación de asociaciones y cuando viene una persona con discapacidad la orientamos sobre la metodología, sobre dónde formarse y la derivamos a la entidad acorde a su perfil para que le ayuden a buscar empleo.
 
Tenemos unas bolsas de viaje a través del Real Patronato de la Discapacidad mediante las que ponemos en contacto a entidades de uno u otro territorio de España para que se conozcan y compartan su forma de trabajo. Para AESE es clave que haya una cultura nacional del empleo con apoyo porque, por ejemplo, el Real Decreto de Empleo con Apoyo solo funciona en cinco CCAA y, sin embargo, es una herramienta muy buena para potenciar el empleo con apoyo y aunque es una norma nacional solo la han adaptado estos cinco territorios cuando está en vigor y convocan ayudas. Seguro que el CERMI, con clara vocación nacional, nos ayudará a que esto permeabilice en todo el país y se cree una cultura del empleo con apoyo en todo país.
"El CERMI, con clara vocación nacional, nos ayudará a que se cree una cultura del empleo con apoyo en todo país"
Desde vuestra especialización, ¿cuál es el camino o caminos "reales" para la inclusión laboral y social? 
 
Tenemos que hacer un esfuerzo para implicar a las empresas porque, aunque desde la Administración Pública ha hecho mucho, debemos realizar propuestas sencillas para mejorar la empleabilidad de las personas con discapacidad. Desde aquí, pedimos un contrato más flexible para que las empresas prueben, comprueben y apuesten por la rentabilidad y el potencial de las personas con discapacidad; y que la obligatoriedad que existe para contratar a personas con discapacidad en empresas de más de 50 trabajadores se rebaje a empresas de 30, ya que la realidad española es de pequeñas y medianas empresas. De este modo, muchas más personas con discapacidad podrían ser contratadas y se multiplicaría su visibilidad en las empresas y en más territorios.
 
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