"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Entrevista
Jaume Marí Pàmies, presidente de ASPACE
“No me gustaría que la nueva ley de discapacidad fuese el reconocimiento de los recortes que se están aplicando”
17/01/2013
Blanca Abella/Mario García
Las entidades no tirarán la toalla, “no podemos cerrar”, asegura el presidente de ASPACE. Sin embargo, la situación es muy delicada y a menudo se solventa gracias a la implicación del personal. Cuando hubo vacas gordas, no se dedicaron los esfuerzos necesarios, ahora, los recortes están ahogando al pueblo, asegura.
A esta situación se añaden dos temores, que la nueva ley de discapacidad sirva para reconocer los recortes que ya se están aplicando, y el temor de ver cómo las entidades mercantiles entran en el mundo de los servicios sociales, sin tener en cuenta que las entidades de la discapacidad, sin ánimo de lucro, tienen además una historia y un valor añadido.
¿Cómo sobrevive ASPACE a la actual situación de crisis?
Como confederación hay unos problemas de mantenimiento y estructura, pero también es verdad que la confederación como tal no mira sus problemas sino los problemas de las entidades a las que se debe. Y ahí sí que hay diversas suertes. Tenemos entidades muy tocadas, con regulaciones de empleo, con personas que hace seis meses que no cobran... Ahí lo que hacemos es todo el apoyo que soliciten las entidades, desde el apoyo institucional, al apoyo de búsqueda de soluciones económicas, lo que nos pidan. Estamos a su disposición. En este momento hay que aunar esfuerzos y arrimar el hombro con todas las entidades que están sufriendo porque además nosotros somos entidades de servicios y no podemos desaparecer.
¿No ha desaparecido ninguna entidad, por pequeña que sea?
No. Bueno, desapareció una muy pequeña en Lugo, efecto de la crisis por supuesto, pero la incidencia fue menor, porque se encargaba de atenciones complementarias a los servicios regulares y ordinarios y otras entidades recogieron esos servicios.
Sí conozco otras discapacidades que han sufrido la desaparición de entidades, o entidades que han sido absorbidas, o están en periodo de absorción.
Creo que una de las cosas importantes que con mucho acierto ha planteado el CERMI es la convergencia de entidades, es uno de esos deberes que teníamos pendientes desde hace mucho tiempo y que hay que ir planteando. Igual que el CERMI es una entidad fuerte en cuanto a su influencia, su trabajo, su visión institucional, al final nos hemos puesto todos de acuerdo en que esto sea así y creo que de este momento de crisis y de esta situación podemos salir, si al final acabamos siendo sinceros entre todos y colaborando entre entidades que a lo mejor hace unos años no se conocían.
"No es una política demasiado acertada que el Gobierno central vea la deuda de las comunidades como una deuda que no le corresponde"
¿Qué expectativas tienen las entidades de lograr que les paguen las deudas?
Aquí hay un par de cuestiones. La primera es que las expectativas para 2013 no son muy buenas. Digan lo que digan, aunque posiblemente la economía pueda tener un punto de inflexión en este año, a nosotros no nos va a llegar hasta no se sabe cuándo. También teníamos brotes en 2009, o sea que ahora dudamos de cualquier información que no dependa de acciones directas del Gobierno y en este caso, como sabemos que esto depende de las fluctuaciones económicas del mercado, mañana les coge un constipado y a nosotros nos llega una gripe, a todos. Entonces, todas estas previsiones que hacen el ministro y demás, las pongo en cuarentena.
Por un lado, las previsiones no son muy buenas. Por otro, y esto lo digo por mi comunidad autónoma y por todas las comunidades, parece ser que no es una política demasiado acertada que el Gobierno central vea la deuda de las comunidades como una deuda que no le corresponde. Ahora quienes nos deben más dinero son las comunidades autónomas y creo que si el Gobierno central no repercute las mejoras de los intereses y de los plazos de la deuda sobre las comunidades, al final acaba también repercutiendo en nuestras entidades, y con deudas que van a ser cada vez más grandes. Creo que la deuda de la administración no ha llegado todavía al tope.
El ahogo de las comunidades acaba siendo un ahogo del pueblo, de las personas que estamos en servicios sociales, de las que están en el paro, de las personas que necesitan cualquier servicio de atención sanitaria, educativa, etc.
¿Y apela usted a la responsabilidad del Estado?
Sí. Hace un par de meses nos reunimos con el ministro Montoro, y con Ana Mato, y el ministro se comprometió en público a que hiciéramos una recogida de esa deuda, con nombres y apellidos; el CERMI se va a encargar de recoger los datos y de enviarlos al ministerio, y desde allí se encargarán, de alguna manera, de presionar a las comunidades para que hagan el pago prioritario a nuestras entidades.
Me parece una buena acción, pero de todas maneras, en general, se debe ser más consciente de que no se nos puede apretar mucho más.
Ahora voy a hablar de mi comunidad. En Cataluña, la Generalitat debe a todas las entidades una mensualidad entera de todos los servicios. Cualquier entidad nuestra no va a aguantar otra, y veo más que probable que de aquí a junio tengamos otra situación, en la Generalitat de Cataluña, de no liquidez, con lo cual tenemos bastante miedo con el tema. Estamos intentando buscar todas las soluciones para que no haya ningún impago más.
"Todas las entidades se están espabilando para recoger recursos privados, las empresas están muy tocadas y el pastel es el que es"
Con tantos impagos, ERES, recortes y otros problemas ¿cómo se mantienen estas entidades tan necesarias para las personas con parálisis cerebral?
Ahora es un momento en el que volvemos a tirar de las familias, y las familias están muy tocadas, ya sabemos lo que hay, casi 6 millones de parados, y como la precariedad económica está tan generalizada… La pérdida de poder adquisitivo en estos años de crisis ha sido brutal.
Y en temas de RSC, por ejemplo, ¡estamos todas! Nos encontramos todas haciendo labores de captación de recursos, y ahora es un momento en el que todas las entidades se están espabilando para recoger recursos privados, las empresas están muy tocadas y el pastel es el que es.
La previsión a corto plazo del panorama económico no la veo muy bien. Soy optimista y creo que saldremos de ésta, y pienso que solamente la vocación de nuestras entidades y el servicio directo a las personas con discapacidad será lo que pueda lograr que esto tire para adelante.
¿Hasta dónde nos vamos a empeñar? Pues hasta todo. Es que no podemos cerrar, es que no hay manera. Nuestras entidades no pueden tirar la toalla.
¿Consiguen mantener los servicios con calidad o ya se ha registrado algún problema en este sentido?
Con suerte diversa, según las entidades. Cuando se hace una regulación de empleo, o cuando se hace cualquier recorte en nuestras entidades, hay una merma de calidad. Con menos recursos no se pueden hacer las mismas cosas. Creo que en algunas entidades, donde los retoques son mínimos, la implicación del personal hace que eso se pueda paliar y al final no se note. Pero hablamos de algunas entidades que llevan seis meses de impagos, por ejemplo, o recorte del 10 por ciento de personal, y eso es mucho personal, y nuestras entidades están dedicadas a las personas con más afectación, que son las que más recursos necesitan y las que menos han conseguido, porque como necesitamos tantos recursos, lo mismo hemos completado un 50 por cien de lo que necesitamos, y eso parece mucho, pero es sólo la mitad. Seguramente en otras discapacidades y en otros ámbitos de los servicios sociales están en un grado superior. Claro, si habíamos conseguido un 50 por cien, y ahora nos recortan… es como lo que decimos en el CERMI, si no habíamos llegado aún a tener lo que queríamos y a la hora de recortar, mira dónde estamos.
¿Opina entonces, como el CERMI, que fueron los últimos en llegar y los, primeros en salir?
Es totalmente acertado. Y cuando ha habido vacas gordas no se han dedicado todos los esfuerzos a que hubiera unos servicios sociales en el grado necesario, sobre todo en las entidades de la discapacidad. Había entonces quien decía que la Ley de la Autonomía Personal era desmesurada, pero yo creo que en aquel momento no se estaban dedicando los recursos económicos que se tendrían que haber dedicado.
"La media en atención temprana para niños con una gran discapacidad es de una hora a la semana... seguro que estos niños han perdido muchas oportunidades"
El CERMI ha reclamado, de nuevo, el Plan de Atención a Menores de 3 años en situación de dependencia, un plan de importancia vital para la parálisis cerebral ¿Por qué no se considera prioritaria una cuestión como ésta?
En la primera entrevista que tuvimos con la ministra de Sanidad desde el CERMI ella empezó a hablar de la atención temprana, y a mí me dio mucha alegría porque hace muchos años que luchamos por esa cuestión. Hay muy pocos sitios donde se haya llegado a un grado mínimo de satisfacción en este aspecto. La media en atención temprana para niños con una gran discapacidad es de una hora a la semana. Y si no fuera por la familia y por la vocación que hay en muchas entidades, que hacen lo que deben, aunque no lo cobren... Al final resulta que estamos en una situación muy complicada. Seguro que estos niños han perdido muchas oportunidades.
Y relacionado con este tema, tengo que denunciar una cuestión, aunque no tengo toda la información, pero sí tengo la mínima, y eso me hace sospechar que nos están vendiendo la moto. La comunidad de Castilla y León, según un estudio de la Asociación de Gerentes de Servicios Sociales, era el paradigma de la Ley de Autonomía… y la realidad es otra. Para los niños con gran discapacidad que atendemos en ASPACE la situación es muy precaria. Además en esta comunidad hay una dispersión de población muy grande, poblaciones muy pequeñas, donde no tienen la masa suficiente como para presionar al Gobierno autonómico, y nosotros allí tenemos muchos problemas.
"El recelo de la discapacidad después de lo que estamos viendo es muy grande y el ministerio tendrá que entender que estemos muy atentos"
¿Qué sabe y qué opina de la nueva ley de discapacidad que promete elaborar muy pronto el actual Gobierno?
Espero que no se haga ninguna barbaridad. Es una cuestión que no hemos abordado desde la confederación, ni desde el CERMI como sector de la discapacidad. En este momento de crisis, cuando hay una reflexión de leyes, en primer lugar no se puede perder ningún derecho, y tampoco me gustaría que esta ley fuese el reconocimiento de los recortes que ya se están aplicando. El CERMI lo tiene muy claro, y yo como vicepresidente del CERMI, en las reuniones en las que hemos hablado de este tema también lo he dejado muy claro. Pero habrá que estar muy atento para que esto no sea así. Y parece que esa no es la intención, Ana Mato nos lo ha prometido y jura y perjura que lo que no puede ser es que haya 23 leyes que hablen de la discapacidad y que quiere hacer una ley única donde se pueda leer todo lo que hay respecto al tema, pero el recelo de la discapacidad después de lo que estamos viendo es muy grande y el ministerio tendrá que entender que estemos muy atentos.
Seguro que deberemos reivindicar algo, aunque me da la impresión, y no me gusta, de que vamos con el ánimo de quedarnos igual, no de reivindicar algún derecho más, de que la ley sea la suma de las otras.
¿Cree que los grandes partidos deberían consensuar un gran pacto social por la Ley de Autonomía Personal, o por la nueva ley de discapacidad?
En eso nos pasa como en educación, o en sanidad. En esos tres puntales. Además se utiliza políticamente y eso es una barbaridad. Utilizar cualquier tema social a nivel político me parece una barbaridad. Pero sí, la solución sería un pacto de Estado donde estuvieran todas las fuerzas mayoritarias y se hiciera un sustrato común que no se pudiera tocar. Además, si escuchamos los discursos políticos que hacen todos los partidos en nuestro país, todos están apostando por este tema social. ¿Por qué la Ley de Autonomía Personal ha tenido tantas críticas? ¿Por qué no se puso encima de la mesa y se acordó un denominador común para que no se pudiera tocar por ningún partido?
Sin embargo, ante esta crisis, que no es sólo económica, sino también política ¿cree que se podría alcanzar fácilmente ese pacto por lo social?
Yo creo que no. Hay una crisis de valores. La crisis económica viene de una crisis de valores. La crisis de valores ha hecho que todo el mundo al final acabe siendo más consciente de los valores, y eso sí es positivo. Creo que la clase política tiene que renovarse absolutamente, pero esa renovación tienen que hacerla ellos y claro… nosotros no estamos intervenidos porque los políticos saben que una intervención les va a tocar a ellos.
En este momento, el problema no es sólo la crisis, que será algo que pase, sino quién nos está guiando, la falta de credibilidad y los valores de los propios políticos. Hablo en general, porque seguro que encontraremos políticos que están en la política para trabajar para el pueblo, seguro que los hay, pero la impresión nuestra es que hay pocos.
"Hay que entusiasmar a la gente, seguir echando leña al fuego, aunque sea pequeño, pero que no se apague"
Las entidades tienen que reinventarse ¿con qué animo se afronta este desafío en estas difíciles circunstancias?
En ASPACE, como gestor de esta entidad, lo primero que creo es que hay que comprometerse con el proyecto y con las personas que lo están realizando. Y con eso, yo no diría que hay que hacer una burbuja, pero sí aislarlos bastante de la situación. La responsabilidad de la gestión de la entidad es de los gestores, y quien está haciendo fisioterapia no tiene que preocuparse, o no debería preocuparse de su sueldo, de que llegue a tiempo, o que no llegue, eso es una responsabilidad de la entidad. Y además, en un momento como éste, lo que estoy practicando personalmente es empezar proyectos que entusiasmen y motiven a todos, que haga participar a todos, que sean ideales… es muy complicado, porque alguien puede pensar que eso tiene que venir con recursos, pero ya iremos a buscar los recursos.
La idea es hacer que las personas dejen de pensar en sus problemas personales, intentar hacer que aquí no está pasando, aunque está pasando y todo el mundo lo sabe, pero que se olviden. Entusiasmar a la gente, seguir echando leña al fuego, aunque sea pequeño, pero que no se apague.
En nuestros servicios de atención directa, las personas que trabajan son nuestro segundo objetivo primordial. El primero son las personas a las que atendemos, y el segundo es el personal. Si el personal no está motivado o tiene demasiadas preocupaciones, eso acaba repercutiendo en la calidad del servicio.
"Que nuestras entidades sean sin ánimo de lucro y nuestro beneficio repercuta en mejorar la calidad del servicio no lo puede mejorar ninguna entidad mercantil"
¿Y qué se puede hacer ante el intrusismo, ante la llegada de entidades con fines de lucro que podrían gestionar los servicios sociales?
Estamos parando algunas iniciativas muy complicadas. En las comunidades autónomas hay cada caso… por ejemplo, una de las cosas que hemos denunciado desde el CERMI y todas las plataformas, el tema de la prestación de servicios que en algunas comunidades se quería dar a la familia, y que la familia hiciera un contrato de servicios, eso es el fin del movimiento asociativo.
Nosotros hemos visto que las mercantiles ya están proliferando por el territorio estatal en el tema de la discapacidad, y nos da mucho miedo, pero no porque nos quiten los servicios, porque uno de nuestros objetivos es desaparecer algún día, no ser necesarios, sino porque sabemos que dos y dos son cuatro. El hecho de que nuestras entidades sean sin ánimo de lucro y nuestro beneficio repercuta en mejorar la calidad del servicio, eso no lo puede mejorar ninguna entidad mercantil. Pero mientras los políticos no piensen en eso y sí piensen en que alguien les puede hacer bajar un contrato, estamos perdidos. Es hasta razonable pensar que la administración se quiera ahorrar dinero, pero ¿a costa de qué? Ayer, por ejemplo, hice la contratación del servicio de comedor de mi entidad y, a pesar de la que está cayendo, no está en primer lugar el precio. Seguro que alguien nos puede dar de comer por dos euros, pero ¿cómo? Si una mercantil ofrece un precio más bajo que una entidad sin ánimo de lucro, y además tiene que tener un margen… que alguien me diga cómo se hace eso, muy complicado.
Seguimos luchando para que la administración nos vea, tenemos un valor añadido y una historia, y no puede ser que una entidad que tiene un grupo de empresas de limpieza, de tecnología y otras, además se dedique a servicios sociales, y con un margen comercial. Al final eso acaba repercutiendo en los servicios.