Entrevista
Blanca Hernández, Delegada del Gobierno para la Violencia de Género
“Para romper el silencio hay que visibilizar a las mujeres más vulnerables”
28/10/2014
Blanca Abella - Imágenes: Jorge Villa
El 36% de las mujeres no detecta que está siendo víctima de violencia de género, en el caso de las mujeres con discapacidad, la situación se agrava aún más. Según Blanca Hernández, la primera fórmula necesaria para romper ese silencio es visibilizar a esas mujeres, visibilizar su realidad. Sin embargo, la razón de fondo es común a todas, según la Delegada del Gobierno: “no todas las mujeres estamos en las mismas circunstancias, aunque el magma en el que se cuece la violencia de género es común, es la situación de desigualdad”.
En estos tres años al frente de esta Delegación del Gobierno, ¿ha cambiado su idea sobre la violencia de género o ha logrado, quizás, tener las ideas más claras?
La conciencia sobre este tema la tengo desde hace mucho tiempo. Creo que cualquier mujer y cualquier persona que tenga los ojos abiertos ve la discriminación que sufren las mujeres, por ser mujeres, y un grado más, las distintas formas de violencia que sufren. Esa conciencia existía desde siempre y esas ganas de hacer lo que se pueda, cada uno en la medida de nuestras posibilidades, para aportar algo a esa causa esencial de derechos humanos. Una vez en este puesto haría una valoración muy seria del trabajo y del compromiso de España en esta materia, todavía más claramente por las llamadas internacionales, por las visitas de las delegaciones extranjeras, por las peticiones para asistir a foros o enviar información a los mismos sobre lo que se hace aquí, todavía reconozco más si cabe el compromiso de España y lo que se ha hecho.
"Ningún país del mundo ha hecho lo que ha hecho España, hay un sistema sólido y maduro y unas políticas públicas consolidadas que hay que perfeccionar"
También veo lo que nos falta por recorrer y perfeccionar. No creo que lo que falta sea cuestión de fallos o de errores, creo que hay un sistema sólido, maduro, y unas políticas públicas que ahora ya están muy consolidadas y lo que hay que hacer es perfeccionar. Ningún país del mundo ha hecho lo que ha hecho España.
Según informaciones de esta Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, las mujeres con discapacidad son víctimas de violencia con mayor frecuencia que el resto de mujeres y en la propia Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia se reconoce la escasez de datos en este sentido y se expone la importancia de los mismos para trabajar en esta cuestión, ¿se propone cambiar esta realidad en un futuro cercano?
Tenemos el firme convencimiento de que los datos nos sirven para entender una realidad, para orientar las políticas públicas y para concienciar socialmente, y también desde muy pronto, por eso se refleja en un eje específico de esa Estrategia. Por lo que hablamos con el sector sabíamos que había una incidencia de violencia sobre la mujer en el ámbito de las mujeres con discapacidad que era digno de tener en consideración. Con lo cual, en materia estadística lo que hicimos fue lo siguiente: ponernos en contacto con el CERMI y a partir de entonces hacer dos cosas, una, recabar siempre la variable de discapacidad en el caso de las víctimas mortales (hasta ahora no se sabía) y ya lo tenemos desde hace dos años y eso ya está protocolizado; y segundo, también en contacto con el CERMI vimos qué preguntas eran las que podían arrojar más luz sobre este tema en los estudios, investigaciones y encuestas que hacemos. Así, se han incluido preguntas sobre discapacidad en los últimos dos estudios que se han hecho y la macroencuesta que se va a hacer. Lo importante es que sea una variable más que siempre esté presente. Ya está protocolizado y va a funcionar bien.
"Toda nuestra obsesión es tratar de dar a las mujeres y a los entornos, a la sociedad en general, un mensaje para que detecten las primeras señales, lo cuenten y salgan, que lo denuncien"
La mujer con discapacidad, en general, tiene un mayor índice de analfabetismo y niveles educativos inferiores, menor actividad laboral y/o puestos de trabajo de menor responsabilidad y peor remunerados, mayor aislamiento social, mayor dependencia económica, socioafectiva y emocional, mayor sobreprotección familiar, y mayor posibilidad de sufrir violencia. Habría que actuar de alguna manera para intentar mejorar ese perfil, ¿qué se puede hacer?, ¿se ha establecido algún tipo de acuerdo o colaboración con entidades y otras instituciones?
La interlocución con el sector es constante. Creemos que para orientar bien las políticas públicas tenemos que hablar con las personas que están en primera línea y en este caso el CERMI es uno de los principales interlocutores, por eso están, por ejemplo, en el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer. Hay una interlocución permanente.
En segundo lugar, es muy importante conocer las características de la violencia de género en las mujeres con discapacidad. Cualquier mujer puede sufrir violencia de género, es más, si nos atenemos a la declaración de la ONU, abre mucho más el espectro y no habla solo del maltrato en la pareja sino de otras muchas formas de maltrato sobre la mujer. Si para cualquier mujer es difícil romper el silencio, acceder a la información, autodetectarse como víctima de violencia, para una mujer con discapacidad lo es mucho más. La dependencia del agresor es una variable importante que dificulta el poder salir de la violencia y en el caso de las mujeres con discapacidad la dependencia es mucho mayor. Las dificultades para encontrar empleo son mayores, la accesibilidad o la proximidad de recursos públicos, y la credibilidad sobre su testimonio... en el caso de las mujeres con discapacidad hay una serie de factores añadidos que es necesario conocer para hacérselo más fácil.
"Si yo pudiera mencionar un recurso estrella de nuestro país, ese sería el 016"
Toda nuestra obsesión es tratar de dar a las mujeres y a los entornos, a la sociedad en general, un mensaje para que detecten las primeras señales, lo cuenten y salgan, que denuncien, por eso es la campaña “Hay salida”, por eso la difusión en medios de comunicación, por eso la concienciación. En el caso de las mujeres con discapacidad también es así y por eso hemos hecho accesibles dos recursos importantes, el teléfono ATENPRO, que es un teléfono de acompañamiento a las mujeres que sufren violencia de género y que ahora es accesible a las mujeres con discapacidad auditiva y discapacidad visual, y el 016. Si yo pudiera mencionar un recurso estrella de nuestro país, ese sería el 016. Ha recibido más de 400.000 llamadas, el equipo que lo atiende es muy formado y ha ayudado a muchísimas mujeres. Ahora hay una plataforma que permite contactar con el 016 en lengua de signos.
Hay que acercar recursos y visibilizar el problema. Extender la capacidad de concienciación y de detección y luego hacerlo de acuerdo con las necesidades específicas de las mujeres.
Ese recurso estrella, el 016, ¿cuenta con profesionales también preparados para atender a las mujeres con discapacidad?
Sí, fue formado inicialmente y ha sido objeto de formación continua. Es un equipo que lleva desde el principio, son mujeres que saben mucho y asisten a los cursos que se ofrecen en torno a esa cuestión.
"La primera razón del silencio es la incapacidad de la autodetección"
En el caso de las mujeres con discapacidad intelectual, y mujeres con otras discapacidades, es frecuente que ellas mismas no sean conscientes de la violencia sufrida. Eso impide cualquier acción de denuncia, ¿qué se puede hacer en estos casos?
La dificultad de detectar que se está sufriendo violencia de género vale para cualquier mujer, el 36% de las mujeres no detecta que está siendo víctima de violencia de género. La primera razón del silencio es la incapacidad de la autodetección. En el caso de la mujer con discapacidad, más, aunque no tenemos el dato concreto, pero seguro que el dato es más alto. El llamamiento siempre es el mismo, estar muy alerta a las primeras señales de maltrato, aunque sabemos que la dependencia y algunas circunstancias de la discapacidad conllevan factores que lo complican más.
La discapacidad es muy amplia y no hay una homogeneidad en las circunstancias de estas mujeres, progresivamente habrá que ir hilando más fino y atendiendo a cada una de las circunstancias específicas porque muchas veces unas no tienen que ver tanto con las otras.
Algunas mujeres con discapacidad están incapacitadas legalmente y el acceso a la justicia resulta más complicado, es decir, la denuncia sigue siendo casi imposible. ¿Cómo trabaja la Delegación para la Violencia de Género estos casos?
Es una reflexión que nos trajo el CERMI desde el principio, la recibimos, la tenemos en consideración, depende más del Ministerio de Justicia, pero nosotros lo que hacemos es recibir las reflexiones del sector, es muy importante que nos lo hagan llegar a los poderes públicos y que desde aquí, en nuestra función de coordinadores lo traslademos a los departamentos correspondientes, y no solo eso, muchas veces hacemos una labor importantísima de seguimiento, de insistencia, de preocupación real por la causa a la que nos debemos.
Otro de los datos que el CERMI aporta e insiste en su importancia es que algunas de las mujeres que sufren maltrato, adquieren por ese maltrato una discapacidad, ya sea física o mental, ¿se tiene en cuenta esto en las acciones o planes que puede acometer su delegación?
La macro encuesta de 2011 hablaba de los problemas de salud de las mujeres víctimas de violencia de género y se disparaba el porcentaje de problemas. Es evidente que la repercusión sobre la salud de las mujeres en el caso de ser víctima de violencia de género es mucho más alta y muchas veces la discapacidad es consecuencia de la situación de violencia.
"En las mujeres con discapacidad todos los estándares se agravan más: desde la accesibilidad a los recursos, a la dependencia, a la dificultad para encontrar empleo... por eso en la Estrategia está muy presente la idea de la asistencia personalizada."
La vulnerabilidad especial de las mujeres con discapacidad en temas de violencia, así como en otras cuestiones, se podría solucionar o paliar con un proceso de empoderamiento, mejorando su perfil en cuestiones sociales, económicas, de salud, etc. es un trabajo en común y coordinado, ¿no es así?
En la Estrategia hemos reflejado como un eje específico a las mujeres con especial vulnerabilidad, porque lo tienen más difícil para romper ese silencio-cómplice, y para romperlo, la primera fórmula necesaria es visibilizarlas, visibilizar la realidad. No es una realidad tan distinta al resto de las mujeres, pero todos los estándares se agravan más, desde la accesibilidad a los recursos, a la dependencia, a la dificultad para encontrar empleo, a las consecuencias para la salud, con lo cual lo que sí es importante es hablar con las personas que lo conocen de primera mano para ayudar a encontrar soluciones específicas en función de las distintas necesidades de las mujeres, por eso también está muy presente en la estrategia la idea de la personalización, los planes y la asistencia personalizada, la personalización en la respuesta. No todas las mujeres estamos en las mismas circunstancias, aunque el magma en el que se cuece la violencia de género es común, es la situación de desigualdad.
En la Delegación somos muy creyentes en la idea de que hay salida. Nos vale para cada una de las mujeres y para la sociedad en general.
"Creemos mucho en la función concienciadora de los datos"
Estamos en una sociedad avanzada y lo terrible es que aún queda mucho por avanzar, porque resulta impresionante la cifra de muertes anuales por violencia de género, hasta el punto de que en una década la cifra asciende a 700 mujeres muertas por violencia de género.
De ahí la importancia de los datos. Cuando pones negro sobre blanco, los datos son alarmantes, no es tan fácil quedarse ajeno a esa realidad. Por eso creemos mucho en la función concienciadora de esos datos.
Es necesario recalcar esas cifras, pero también hay que llegar a las conciencias de otra manera, ¿cómo lo hacen?
Hay que buscar mensajes distintos. Los estudios dicen que se valoran muy positivamente las campañas institucionales, sirven mucho y sobre todo sirven mucho a las víctimas de violencia de género, les llega el mensaje y recuerdan ese 016, por ejemplo, eso es muy importante.
Este año nos vamos a centrar en la población joven, en la detección de los primeros maltratos. Nos estamos encontrando con que hay que estar muy al tanto porque hay violencia de género en la población más joven. Los datos que salen son dignos de preocupación.