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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 17 de enero de 2014cermi.es semanal Nº 107

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Mujer

Carmen Quintanilla, presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso

“Las mujeres con discapacidad tienen que ser respetadas por la sociedad”

13/01/2014

Blanca Abella/Imágenes: Jorge Villa

Desde que entró en política, incluso antes, Carmen Quintanilla ha apostado por la mujer, por la igualdad de hombres y mujeres, por su visibilidad y normalización. Hoy, desde la presidencia de la Comisión de Igualdad del Congreso, lucha también por las mujeres con discapacidad y su presencia en la sociedad, el respeto por ellas como mujeres y como personas. Por esta razón, y por otras, esta comisión recibió recientemente el premio cermi.es a la mejor acción en beneficio de las mujeres con discapacidad.

Carmen Quintanilla, presidente de la Comisión de Igualdad del CongresoLa comisión de igualdad nace por un mandato de la Ley de Igualdad, tal y como nos relata Carmen Quintanilla, pero es en el año 1988 cuando se crea por primera vez en el parlamento la comisión mixta de los derechos de la mujer e igualdad de oportunidades. Esta primera comisión no era legislativa, se creó como un impulso de políticas de igualdad pero sin mandato vinculante con el Gobierno. En aquel momento era un avance y se empezaban a construir los cimientos de la igualdad posterior, una igualdad aún precaria, como asegura la entrevistada, “nos queda un largo camino por recorrer”.
 
Desde 2008 existe ya una comisión de igualdad con mandato legislativo pleno, donde se pueden ver proyectos de ley, proposiciones no de ley y donde trabajan en iniciativas legislativas.
 
Pero además, como explica Quintanilla, “estamos acercando la comisión a la sociedad, visitando, por ejemplo, empresas de más de 250 trabajadores para conocer de primera mano cómo han puesto en marcha los planes de igualdad de oportunidades”. Además, acaban de cerrar el informe de la subcomisión para el estudio de la Racionalización de Horarios, la Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral y la corresponsabilidad.
 
 
¿Cómo llegó usted a la presidencia actual de la Comisión de Igualdad?
 
Mi trayectoria en favor de la igualdad es de hace muchos años. Soy funcionaria del Estado pero siempre fui una mujer muy comprometida con la igualdad. En el año 1982 fundé la primera organización de mujeres rurales de España, que hoy es un movimiento social muy importante, Afammer. Y en el año 2000 fui elegida diputada nacional y desde el primer momento quise estar en la comisión de igualdad.  
 
Estoy muy contenta ahora, como presidenta, creo que es una representatividad muy importante y es un trabajo apasionante. Y quiero darle a esta comisión la fuerza que se merece. La comisión de igualdad es tan importante como la de economía o de política social o agricultura, porque desde la igualdad estamos construyendo un mundo más justo y más equilibrado, y donde yo quiero imprimir que la igualdad es un compromiso de hombres y mujeres, no es un compromiso de las mujeres contra los hombres, es un compromiso de hombres y mujeres para erradicar la violencia  que sufren las mujeres, para erradicar la discriminación salarial, para poner en valor la importancia de las mujeres rurales, que además mantienen la vida los pueblos de España... y que todo eso tenga el mismo peso específico que el de cualquier otra comisión. Los planes de igualdad también son importantes, por ejemplo, para la lucha contra el fraude, porque también hay un fraude cuando no se cumple con las mujeres, o con la discapacidad. 
 
¿Resulta fácil alcanzar el consenso en cuestiones de igualdad, cuestiones que se suponen asumidas por la mayoría?
 
Sí, es mucho más fácil que en otras comisiones. Además tengo que dar las gracias a todos los grupos parlamentarios y todos los portavoces del buen clima que se disfruta en la comisión de igualdad y la disposición tan positiva de todos. Con ese espíritu de consenso y de acuerdo, con ese espíritu de que todos trabajamos en un proyecto común que se llama mujer, la mayoría de las veces se logran los acuerdos por unanimidad. 
 
Hablaba usted en uno de sus encuentros con el CERMI de la fuerza y la importancia de los modelos positivos. ¿La igualdad es una cuestión pendiente en nuestra sociedad?
 
Carmen Quintanilla, presidente de la Comisión de Igualdad del Congreso, junto a Ana Peláez Narváez, Comisionada de Género del CERMINo se trata tan solo de ejemplos sino de visibilidad. Tenemos que seguir implementando que hoy todavía la conciliación de la vida laboral y personal sigue estando en las espaldas de las mujeres. La conciliación todavía sigue siendo una utopía en la vida de las mujeres. Es necesaria la visibilidad del discurso, la visibilidad de las políticas de igualdad, la visibilidad de las mujeres. Tenemos que normalizar la igualdad entre hombres y mujeres como un principio democrático y constitucional, al igual que hay que normalizar la discapacidad. 
 
Yo quiero poner buenos ejemplos, porque hay mucha gente comprometida. El ejemplo de Ana Peláez, que recorre el mundo con su bastón. Y hay que decir ¡gracias! Porque algún día, una niña que nace ciega va a tener más oportunidades gracias a ese trabajo y ese compromiso. Sobre todo el compromiso de una sociedad civil que se ha vertebrado muy bien en España.
 
Recientemente la Comisión recibió el Premio Cermi.es a la mejor acción en beneficio de las mujeres con discapacidad, entre otras cosas, por asumir en la agenda parlamentaria el enfoque inclusivo de mujeres y niñas con discapacidad, ¿ha resultado una labor costosa introducir esta materia en el Parlamento?
 
En la comisión de igualdad no nos ha costado trabajo el compromiso con la discapacidad, además el premio significa un impulso y un reto mucho mayor para mí y para todos los miembros de la comisión de igualdad. Me gustaría que la comisión de igualdad se llamara la comisión de igualdad y de no discriminación, para que ahí pudiéramos conseguir también otras parcelas de la vida y de la sociedad en la que existe discriminación. Por otro lado, siempre he admirado al CERMI y a la Fundación ONCE por lo que han supuesto de aglutinamiento de todas las organizaciones no gubernamentales de personas con discapacidad en España y del gran esfuerzo que realiza. 
 
Otro de los problemas, como ya comentábamos, es la invisibilidad, no se sabe quiénes son esas mujeres, ni cuántas ni cómo viven ni qué quieren... y así es difícil solucionar los problemas que puedan tener. ¿Se conoce bien a la mujer con discapacidad en el ámbito político?, usted, como presidenta de esta comisión, ¿las conoce?Carmen Quintanilla, presidente de la Comisión de Igualdad del Congreso
 
Personalmente yo sí la conozco bien, a través de Afammer y el mundo rural y porque además he tenido la gran suerte de trabajar con mujeres como Ana Peláez, Pilar Villarino, Teresa Palahí... he tenido la suerte de convivir con ellas, reunirme con ellas y aprender de ellas. Además, soy consciente de que hay casi cuatro millones de personas con discapacidad en España, y dos millones y medio son mujeres y niñas. No estamos hablando de un colectivo de cien mil personas. Y ese colectivo necesita una visibilidad especial y necesita también que las políticas de igualdad desde esta comisión se impulsen. 
 
¿Cuál cree que es el principal problema de la mujer con discapacidad para alcanzar esa igualdad que promueven en la comisión?
 
Creo que las mujeres con discapacidad tienen que ser respetadas por la sociedad, de la misma manera que tenemos que hacer un cambio de mentalidad para la corresponsabilidad de hombre y mujeres en lo público y lo privado. El mundo de la discapacidad, en algunos momentos es un mundo oculto. Es verdad que también se ha hecho mucho, porque recuerdo que las niñas o niños con discapacidad estaban ocultos entre las cuatro paredes del hogar. Hoy, afortunadamente, gracias al CERMI y a la Fundación ONCE se ha visibilizado la discapacidad, pero todavía queda el incluirlos en una sociedad que crea en ellos, en materia de empleo, en valorar su independencia y su capacidad de crear una familia... ¡Cuántas veces se pone en entredicho la posibilidad de que dos personas con síndrome de Down puedan casarse o tener un hijo! ¡Cuántas veces se ha puesto en entredicho que una mujer ciega pueda educar a un hijo! Muchas veces. Pero hoy, gracias a su fuerza, a su constancia, tenemos mujeres ciegas que pueden bañar a su bebé, atenderle y educarle, madres sordas, ciegas... algo que hace 30 años en España era impensable y estaba mal visto.
 
El tercer sector, la sociedad civil, a menudo camina por delante y tira de sociedad y autoridades. ¿Cree que el mundo político ha asumido ya la importancia de ir por ellos delante?Carmen Quintanilla, presidente de la Comisión de Igualdad del Congreso
 
Yo creo en la sociedad estructurada, creo en la voz de la sociedad, y creo que el CERMI ha sido fundamental para que la voz del mundo de la discapacidad se escuchara en España. ¿Y qué nos ha hecho? Concienciarnos al resto de la sociedad. ¿Y qué tiene que hacer una comisión de igualdad? Pues impulsar la igualdad en todas las mujeres, con y sin discapacidad. La labor del CERMI es fundamental, es importante que siempre estén ahí, porque es un revulsivo, primero del conocimiento real del mundo al que representan y de hacernos llegar a los hombres y mujeres del legislativo que tienen problemas y que tenemos que luchar por ellos. Y también al Ejecutivo. La relación con el CERMI es muy cercana, maravillosa. 
 
Por otro lado, la vida política y la participación social son compromisos de las personas. Ahora, que está tan denostada la labor de muchos hombres y mujeres de la vida política, quiero levantar la voz, porque la mayoría estamos por vocación y por servicio público.
 
Desde Afammer existe una relación cercana con la mujer rural con discapacidad, ¿cuál es la situación de estas mujeres?
 
Afortunadamente hoy los padres se han concienciado de que un hijo con discapacidad en España no es alguien al que hay que apartar o esconder. Pero todavía, desgraciadamente, los medios de participación de las mujeres rurales son menores para lograr esa inclusión. Poco a poco vamos consiguiendo que esa sociedad rural también integre a las personas con discapacidad, pero es mucho más difícil. 
 
En cuestiones como la violencia de género, donde las mujeres con discapacidad presentan altos índices de afectadas, hay que poner especial hincapié ¿se entiende así en la comisión?
 
La incidencia de la violencia contra las mujeres en España o de las personas que presentan una discapacidad es escalofriante, y eso hay que romperlo y decirlo. Si no se cuenta, no se conoce, y hay que conocerlo para que la gente se conciencie de que las personas con discapacidad no solo sufren la discriminación por discapacidad, sino que sufren una doble y triple discriminación por ser mujer, por vivir en un mundo rural... 
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