Entrevista
Concha Díaz, presidenta de la CNSE y de su Fundación
"La lengua de signos no es una opción personal sino una necesidad básica que tenemos"
17/01/2014
Beatriz Sancho
Agradecida por haber tenido la oportunidad de estudiar en la Universidad de Granada Magisterio, Logopedia y Psicología con intérprete, Concha Díaz, presidenta de la CNSE y de su Fundación, utiliza las lecciones académicas y las vitales para defender los derechos de las mujeres, la igualdad y la justicia social. Prueba de ello, su generosa trayectoria asociativa. Si alguien lee a esta mujer luchadora que también ostenta los cargos de vicepresidenta del CERMI y del Patronato de la Fundación ONCE, quizás espere su exquisita congruencia, pero no que uno de sus anhelos sea vivir la vida con consciencia, ya que ser consciente de ello y recordarlo es, per se, mérito propio y digno de elogio.
¿Cuáles son exactamente las barreras de comunicación a las que se enfrentan en su día a día las personas sordas?
Las barreras de comunicación están tanto en los mensajes orales como escritos. Por un lado, las personas sordas tenemos dificultades para entender toda aquella información oral que llegue únicamente por vía auditiva y, además, en algunos casos, para ser entendidas por las personas oyentes cuando hablamos. Estas barreras las encontramos en cursos, talleres formativos, programas de televisión, cine, teatro, avisos de emergencia, en la comunicación con profesionales de la salud, con abogados, en una reunión de la comunidad de vecinos, con la policía, para hacer una gestión en el banco, con nuestros propios familiares, etc. Así, la comunicación diaria que se base únicamente en la lengua oral nos va a costar más.
En cuanto a los mensajes escritos, dentro del colectivo de personas sordas o con algún tipo de pérdida auditiva, hay un grupo con serias dificultades de comprensión y expresión de la lengua escrita. Esto conlleva problemas para entender libros, prensa escrita, información subtitulada, prospectos de medicamentos o para escribir cartas y reclamaciones, por poner algunos ejemplos.
¿Cuáles son las consecuencias de estas barreras de acceso a la comunicación y la información para una persona sorda?
Psicológicamente es muy dañino para cualquier ser humano que en su vida sea una constante eso de no entender lo que se dice, lo que se escribe o no ser comprendido cuando te expresas. Y a todo ello habría que sumar las consecuencias sociales, culturales, laborales y económicas que generan estas barreras.
Por supuesto, como la
CNSE ha manifestado en numerosas ocasiones, es importante no generalizar. No todas las personas sordas tenemos las mismas dificultades a la hora de entender y de expresarnos, ya sea en lengua oral o por escrito. Todo dependerá de factores como las características de la pérdida auditiva, la educación recibida y el conocimiento y experiencia del mundo que tenga la persona, entre otros. En lo que se refiere a accesibilidad a la información y la comunicación, lo que es útil para una persona sorda puede que no valga o sea insuficiente para otra.
Lo que es útil para una persona sorda puede que no valga o sea insuficiente para otra
¿Cuáles son las principales políticas necesarias para eliminar las barreras que impiden el ejercicio de los derechos de las personas sordas?
Tanto el Estado como los gobiernos autonómicos deben cumplir y hacer cumplir diligentemente la legislación vigente, estatal o autonómica en materia de lengua de signos, discapacidad, autonomía personal y dependencia. Necesitamos urgentemente una implementación real y eficaz de la
Convención de la ONU de los Derechos de las Personas con Discapacidad y de la Ley 27/2007 por la que se reconoce la lengua de signos.
Por otro lado, hay que trabajar para lograr el derecho a elegir una educación inclusiva y bilingüe en lengua de signos para las personas sordas; para favorecer el acceso a un empleo digno y a todo tipo de formación sin barreras de comunicación; para garantizar unos servicios de interpretación y de videointerpretación universales, gratuitos y de calidad; para procurar unas ayudas técnicas y tecnológicas asequibles para todos, eliminando la creciente brecha económica entre quienes pueden costearse los gastos que conllevan el uso de prótesis auditivas y quienes no; para hacer posible la accesibilidad a la comunicación y la información en todo tipo de bienes, servicios y productos; y como no, para alcanzar un empoderamiento y una visibilidad positiva de todas las personas sordas y de las lenguas de signos.
¿Cuál es el balance del 2013 para las personas sordas y cuáles son los objetivos prioritarios para el colectivo para 2014?
En 2013, tanto la confederación como nuestras federaciones autonómicas hemos mantenido los servicios fundamentales para las personas sordas y hemos seguido luchando para conseguir nuestras reivindicaciones. Por ejemplo, el servicio de videointerpretación SVISUAL que gestionamos recibió el año pasado un total de 97.756 llamadas de personas sordas de toda España, y más de 120.000 personas fueron beneficiarias directas de nuestros dos programas de atención a personas sordas y familias con cargo al 0,7 por ciento del IRPF, y eso sin contar los beneficiarios de las acciones de sensibilización y difusión.
Más de 120.000 personas se beneficiaron de dos programas de atención a personas sordas y sus familias con cargo al 0,7 por ciento del IRPF
Preocupa especialmente el desempleo de las personas sordas, tanto de los jóvenes como de aquellas personas sordas mayores de 45 años, además de la falta de accesibilidad a la formación ocupacional continua y las dificultades que, año tras año, padece el alumnado sordo para disponer de intérpretes a tiempo completo en las aulas. Empleo, educación y formación de personas sordas tienen hoy más prioridad que nunca.
En materia de Educación, en un encuentro en Servimedia, recalcó que una de las batallas más importantes para la comunidad de las personas sordas era lidiar con los prejuicios que existen hacia las personas sordas. ¿Cuáles son los que más ampollas levantan?
Ideas como que la lengua de signos perjudica el habla; que si una persona sorda tiene implante coclear o audífono no necesita la lengua de signos porque se piensa que estas ayudas técnicas son suficientes; que llevar implante coclear es incompatible con usar lengua de signos; que la lengua de signos es solo para aquellos casos en los que una intervención exclusivamente oral no es suficiente; o lo típico, cuando te dicen que “no pareces sordo” dando a entender que hay algo malo en parecer lo que eres, justamente una persona sorda. Todas estas ideas se fundamentan en visiones reduccionistas y limitantes sobre nuestra realidad y resultan tan perjudiciales como las barreras de comunicación que antes mencionaba.
¿De qué manera crees que podrían superarse estos juicios infundados respecto a las personas sordas por parte de la sociedad?
Hay que continuar informando y formando a los actuales profesionales de la medicina, de la educación y de otros ámbitos, pero también actuar en las escuelas y universidades y en los propios medios de comunicación. Y, por supuesto, hay que trabajar con las familias, para que conozcan de manera objetiva cuál es la realidad de una persona sorda y con qué recursos cuentan.
Es fundamental superar los prejuicios y el desconocimiento
Ya sabemos que los prejuicios y el desconocimiento pesan lo suyo, y por ello, superar estas ideas estereotipadas es fundamental. Hace unos meses, la Asociación de Padres y Madres de niñas y niños sordos de Cataluña (
Apansce), una asociación de familias a favor del bilingüismo en lengua de signos, comunicaba que el 90% de las familias con niñas y niños sordos menores de 5 años optan por no utilizar la lengua de signos en la educación de sus hijos, pero que el porcentaje de uso de la lengua de signos aumentaba con los años alcanzando un 50 % en la ESO, un 60% en bachillerato y hasta el 70% en los ciclos formativos.
Vemos, por tanto, que las demandas para contar con la lengua de signos en el sistema educativo van incrementándose con la edad. ¿Qué puede llevar entonces a una familia a descartar la lengua de signos en los primeros años de vida de su hijo? ¿Por qué conforme el niño o la niña sorda crecen la situación cambia y hay más demanda de esta lengua? ¿Por qué este rechazo inicial cuando incluso se ha comprobado la utilidad de la lengua de signos con los bebés oyentes y hay escuelas infantiles que la usan con los más pequeños? Si a un bebé oyente le resulta útil, ¿cómo no va a serlo para un bebé sordo?
¿Qué opinas respecto a la LOMCE? ¿Qué debería de hacerse para que fuera realmente inclusiva y no una ‘herida abierta’ también para el alumnado sordo?
Debería haberse incluido explícitamente la referencia al bilingüismo en lengua de signos cumpliendo lo establecido en los artículos 7 y 10 de la Ley 27/2007. Y, de forma general, haberse inspirado en la Convención de la ONU sobre discapacidad. No tiene sentido que una nueva ley educativa no contemple en profundidad los grandes avances legislativos en materia de discapacidad y lengua de signos. Habrá que trabajar con las Comunidades Autónomas para que lo tengan en cuenta y sean capaces de ir más allá.
¿Qué excusa ponen los poderes públicos para no asumir su obligación de facilitar el aprendizaje de las personas sordas a través de la una educación bilingüe (lengua de signos-lengua oral)?
Por un lado, está el tema de las competencias educativas. Hay interpretaciones diferentes sobre lo que es competencia, puede o deber hacer el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (
MECD) o las comunidades autónomas. Por otro, vemos bastante desconocimiento en cuanto a los avances normativos en materia de educación bilingüe en lengua de signos. Siguen vigentes los prejuicios que comentábamos antes sobre lo que es bueno o no para la persona sorda, además de cierta indolencia a la hora de promover cambios. No es algo de ahora, llevamos años viéndolo.
Otro aspecto recurrente, especialmente en los últimos años, es el tema económico. La negativa a incorporar la figura del intérprete de lengua de signos con la injusta excusa de los gastos extras que supone se está convirtiendo en una de nuestras principales batallas en materia educativa.
Valoras como positivas las medidas de flexibilización y alternativas metodológicas en cuanto a la enseñanza y evaluación de lenguas extranjeras que plantea la LOMCE. ¿Cómo podrían solventarse los obstáculos que suponen el lugar de residencia de las personas sordas para poder estudiar idiomas?
Hasta ahora las personas sordas hemos estado exentas, o bien se han practicado adaptaciones en las etapas obligatorias, de asignaturas como el inglés o el francés que luego nos exigen conocer en bachillerato, FP y en la universidad, al realizar una oposición, para optar a determinados trabajos y para tener movilidad por Europa.
Las personas sordas debemos tener la oportunidad de estudiar lenguas extranjeras
Las personas sordas debemos tener la oportunidad de estudiar lenguas extranjeras, aunque para ello sea necesario que adapten el currículo y que se favorezca la accesibilidad no sólo en los propios centros educativos sino también en las escuelas de idiomas o en las academias privadas.
Lo que también nos preocupa es su adecuada articulación en las diferentes comunidades autónomas. Independientemente de nuestro lugar de residencia, debe garantizarse nuestro derecho al aprendizaje, en este caso de idiomas, sin que posibles dificultades en expresión y comprensión oral supongan un obstáculo tanto para su aprendizaje, como para la obtención de la titulación o certificación de estos conocimientos.
Como experta, ¿cuáles son los beneficios de la lengua de signos y, de usarlo únicamente, cuál es su talón de Aquiles?
En realidad nadie usa únicamente la lengua de signos. Es cierto que se trata de la primera lengua de muchas personas sordas, pero ello no supone que dejen de utilizar la lengua oral. Eso de usar solo la lengua de signos o de que las personas sordas signantes somos un gueto son otras de esas ideas falsas e infundadas.
La lengua de signos suma porque potencia las habilidades no solo de niñas y niños sordos, sus familias y de la sociedad
Ante todo, debemos ser conscientes de que la lengua de signos suma porque su empleo es paralelo al proceso de enseñanza y aprendizaje de la lengua oral y escrita, y porque se trata de un recurso capaz de potenciar las habilidades no solo de niñas y niños sordos sino también de sus familias y de la propia sociedad. De hecho, los niños que estudian en un centro bilingüe desarrollan una mayor habilidad lectora y su capacidad de desarrollo es más normalizada. Por tanto, no habría ningún “talón de Aquiles” en el uso de la lengua de signos.
Todos coincidiremos en que lo que realmente importa es que las personas sordas desarrollemos todas nuestras potencialidades y para lograrlo deben superarse las controversias entre una educación que además de la lengua oral incluya la lengua de signos o una educación basada únicamente en la lengua oral. Afirmar lo contrario, colocaría a las personas sordas en una clara situación de exclusión.
La diversidad dentro del grupo de personas sordas es enorme, pero el objetivo común es su acceso a la comunicación e información del entorno sin barreras. ¿Cuál sería la mejor combinación para una persona sorda o la que más posibilidades le ofrecería para una plena inclusión?
Para quienes usamos la lengua de signos española o la lengua de signos catalana no se trata de una mera opción personal sino de una necesidad básica que tenemos. Ninguna de las personas sordas usuarias de esta lengua concebimos nuestra vida sin ella. Antes de que se aprobara la Ley 27/2007, dependíamos de la caridad y de la buena voluntad para contar, por ejemplo, con intérpretes de lengua de signos. Ahora tenemos el derecho a que esta opción exista como alternativa real, al igual que tenemos derecho a elegir una educación bilingüe con lengua de signos.
La lengua de signos no es una opción personal sino una necesidad básica
El acceso a programas educativos bilingües en lengua de signos ofrece a la persona sorda más posibilidades para comunicarse y desarrollarse íntegramente, sin embargo, seguimos viendo una gran desigualdad territorial en este ámbito. Parece mentira que el futuro educativo de una persona sorda, su acceso a la cultura o sus oportunidades laborales dependan en gran medida del lugar en el que resida y de los recursos con los que cuente su comunidad autónoma, pero, lamentablemente, sigue siendo así.
El futuro educativo, cultural y laboral de una persona sorda depende en gran medida de los recursos con los que cuente comunidad autónoma en la que viva
¿Cuál es el mejor mecanismo para enseñar y aprender lengua de signos y conseguir el acceso a la educación del alumnado sordo?
El Estado debe regular las condiciones para garantizar el aprendizaje, conocimiento y uso de la lengua de signos, así como los requisitos de una educación bilingüe que contemple la lengua de signos para las personas sordas, aspectos que, sin embargo, se omiten en la actual LOMCE al igual que lo hacía la anterior LOE.
Su incorporación en el sistema educativo es crucial para la consolidación de proyectos educativos bilingües. La Ley 27/2007 contempla la necesidad de garantizar una educación inclusiva para el conjunto del alumnado sordo, lo cual implica el diseño de nuevos planes de estudio que incorporen esta lengua como materia curricular en los centros educativos, ya sea como primera o segunda lengua. La Administración no puede dar la espalda a las necesidades de estas alumnas y alumnos y, en este sentido, es necesario que se comprometan a sostener los centros bilingües para alumnado sordo e incorporar la figura del maestro sordo y del especialista en lengua de signos en los centros educativos.
También es importante ofrecer al alumnado oyente la posibilidad de aprender lengua de signos como un idioma más. Más de 20.000 personas aprendieron lengua de signos en los últimos cuatro años gracias a los cursos que ofrece el movimiento asociativo de personas sordas de la CNSE. Solo en el último curso escolar (2012-2013), se han ofertado más de 340 cursos y se ha formado a un 28, 7 % más de alumnos que en el año anterior, lo que deja patente que existe un interés cada vez mayor por esta lengua.
A pesar de las expectativas puestas en la Ley 27/2007, que reconoce las lenguas de signos española y catalana y regula los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas, la norma no ha evitado que las personas sordas sigan encontrando barreras de comunicación en su día a día. ¿Qué hacer ante este panorama?
Seguir trabajando por el cumplimiento de nuestros derechos. Que haya una norma favorable no implica que la realidad cambie de un día para otro, pero tampoco podemos permitir que se quede en papel mojado. Contar con un marco legislativo favorable, además de legitimar nuestras reivindicaciones, nos permite actuar sobre la realidad de un modo más contundente. Hay que saber usar ese soporte legal que nos da la Ley 27/2007 y la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad para promover cambios a corto y largo plazo en este país.
Las mujeres sordas víctimas de violencia de género son un colectivo muchas veces invisible y, por ello, más vulnerables a la hora de acceder a los recursos disponibles para ayudarlas. Además del 016 que hay a vuestra disposición, ¿qué resulta imprescindible para que las mujeres sordas puedan recibir un trato de igualdad respecto a las mujeres sin discapacidad también víctimas de violencia de género?
Las mujeres sordas víctimas de violencia de género necesitan acceder en igualdad de condiciones a todos aquellos recursos disponibles para el resto de mujeres que se encuentran en esta situación. Ni más ni menos. Intérpretes de lengua de signos en comisarías, centros de urgencias, juzgados, servicios de atención a las víctimas o casas de acogida, asesoramiento especializado en personas sordas en los servicios para mujeres con orden de protección; y la traducción a la lengua de signos de campañas y materiales informativos. Las mujeres sordas
también contamos y la falta de accesibilidad en este ámbito solo consigue hacernos más vulnerables.
Las mujeres sordas también contamos y la falta de accesibilidad en campañas sobre violencia de género nos vuelve más vulnerables
Respecto a las personas mayores sordas, ¿cuáles son sus necesidades más acuciantes?
Hoy, más que nunca, la situación que vivimos exige unos pronunciamientos claros y contundentes a favor de las personas mayores sordas, un grupo especialmente vulnerable. Cada año, desde la CNSE y su red asociativa organizamos un encuentro estatal dedicado a este colectivo, pero son muchas las necesidades que necesitan verse satisfechas. En este sentido, reivindicamos para ellos el establecimiento de ayudas para la creación y mantenimiento de residencias adaptadas con inclusión de personal de atención formado en lengua de signos; el desarrollo de programas que faciliten a las personas mayores sordas servicios de teleasistencia y acompañamiento específicamente diseñados para atender sus necesidades; la protección de la autonomía y la autorrealización facilitando los apoyos necesarios para promocionar la vida independiente; el diseño, gestión y soporte de actividades culturales, recreativas, deportivas y de ocio y tiempo libre dirigidas a este colectivo, así como la promoción de la accesibilidad y atención especializadas en todos los servicios sanitarios, en los centros de servicios sociales y en centros de día.
¿Qué resultados positivos arroja ya el tan esperado Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (CNLSE)?
En muy poco tiempo de vida el CNLSE se ha erigido como referente europeo y mundial en cuanto a investigación, protección y promoción de la lengua de signos española. Además, está contribuyendo de forma significativa a que esta lengua se equipare al resto de lenguas orales de nuestro país.
Creado al amparo de la ley 27/2007, el centro está gestionado por nuestra fundación, la '
Fundación CNSE para la Supresión de las barreras de Comunicación', lo que posibilita que sea la propia comunidad lingüística la que lidere la gestión de este proyecto. El prestigio de una lengua depende muchas veces de en qué manos está y, desde luego, nadie mejor que sus propios usuarios para asegurar su correcta difusión, uso y enseñanza.
Ganada la batalla del reconocido del valor de la lengua de signos, ¿habrá que dotar de visibilidad a la cultura de las personas sordas?
Todos estos años, todos los esfuerzos se han dirigido a la difusión del valor de la lengua de signos española y catalana. Tratándose de una necesidad tan básica como es la comunicación, era lo que correspondía. Aunque la cultura sorda siempre ha estado presente en la comunidad sorda, quizá habría que ahondar más en ella y visibilizarla social y políticamente. No se puede obviar el papel que tienen las lenguas en la construcción de la cultura. Si hay identidad lingüística, hay identidad cultural. Y la comunidad sorda de España, de Europa y del mundo tenemos nuestras lenguas de signos y vinculadas a ellas la cultura sorda. De hecho, la Convención de la ONU es muy clara en su reconocimiento expreso de la existencia de una identidad lingüística y cultural de las personas sordas.
Tenemos una comisión política que está trabajando en ello.