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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 26 de febrero de 2016cermi.es semanal Nº 202

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Entrevista

Isabel Martínez Lozano, comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especiales de Fundación ONCE

"A muchos estudiantes con discapacidad se les anima a abandonar los estudios en bachiller en lugar de animarles a ir a la Universidad"

26/02/2016

Beatriz Sancho - Fotos: Jorge Villa

Da cuenta de su fortuna por haber podido vincularse a las causas que ha considerado justas, pero la comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especial de Fundación ONCE, Isabel Martínez Lozano, es defensora a ultranza de la política pública ligada a la igualdad de oportunidades o "la mayor herramienta de transformación social". No pierde ripia, ni quiere, de las necesidades sociales ajenas, y para revertir estas carencias, porque así es como alimenta el espíritu, ofrece talento, creatividad, corazón, trabajo y compromiso.

Isabel Martínez Lozano, comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especial de Fundación ONCELa inclusión educativa universitaria. ¿Cuál es la raíz de la exclusión: la inaccesibilidad física, la técnica, la falta de empoderamiento, la sobreprotección de las familias, la carencia de adaptaciones para cada discapacidad...?
 
La educación universitaria, desde su inicio ya en el siglo XIII, siempre fue de acceso privilegiado, solo para unos pocos. Así ha sido hasta bien entrado el siglo XX, cuando se generalizó el acceso gracias a las múltiples políticas de igualdad de oportunidades que se fueron desarrollando en todos los países. 
 
Si hablamos de personas con discapacidad, hablamos de un sector al que no sólo se le ha dificultado su acceso a la Universidad históricamente, sino que se le ha negado el propio derecho a la educación. Hasta finales el siglo XX han sido consideradas personas “no dignas de ser educadas” y no es hasta los años 70 con la Ley de Educación cuando se empieza a hablar de estos niños y la LOGSE, en los años 90, empieza ya a reconocer la inclusión de todo tipo de alumnado. 
 
Si hablamos de Universidad, y las oportunidades de acceso para nuestro sector, el gran salto, sin duda, lo hemos dado muy recientemente, con la última Ley de Universidades, actualmente en vigor, y todo el desarrollo normativo emanado de la Convención. Por eso, a pesar de los avances, el camino recorrido es muy corto,  los obstáculos aún son muchos, y todos los que enumeras en la pregunta influyen. 
 
Vivimos en una sociedad donde todo pasa muy deprisa y ya no podemos esperar tanto para conseguir nuestros fines. Tenemos que conseguir eliminar todos esos obstáculos que aún existen de manera inmediata, si no queremos quedarnos atrás. Afortunadamente, hoy tenemos de nuestra parte la tecnología, las normas y también la implicación en este objetivo de todo el movimiento de la discapacidad, las familias y las universidades. Quiero pensar que los cambios a partir de ahora serán más notables si todos nos lo proponemos como objetivo, y todo ello tendrá un impacto directo en el empoderamiento de las personas con discapacidad en nuestra sociedad y en nuestra capacidad de transformar la vida para vivir mejor.
"Si hablamos de personas con discapacidad, hablamos de un sector al que no sólo se le ha dificultado su acceso a la Universidad históricamente, sino que se le ha negado el propio derecho a la educación"
Una de las carencias que destapó la 'Guía universitaria para personas con discapacidad' que se presentó el verano pasado en la UNED y que denunció este periódico es que "sí que se hacen algunas adaptaciones universitarias en la evaluación, pero todavía no se hace adaptaciones en cuanto a competencias, objetivos o contenidos". Esto afecto mucho, por ejemplo, a personas con problemas de salud mental.  ¿Cómo lograr que haya y proliferen este tipo de adaptaciones para personas que debutan con la enfermedad mental en la adolescencia y ven truncado su futuro cuando, más adelante, con más parsimonia y alguna adaptación podrían terminar y ejercer una carrera e incluso realizar doctorados, tener una vida mejor, un empleo mejor?
 
Las adaptaciones, aunque están reconocidas como un derecho legalmente, siguen siendo el gran caballo de batalla. Además, en los últimos años, probablemente por la gran competitividad que se ha instalado en el mundo universitario, en demasiadas ocasiones hay enormes resistencias para llevar a efecto estas adaptaciones porque, en el fondo, se considera que es un trato de favor hacia los estudiantes con discapacidad. 
 
No todos los estudiantes necesitan adaptaciones, pero estamos haciendo mucho hincapié en ello con los servicios de atención a la discapacidad (SAD), cuyo principal trabajo es realizar estas adaptaciones. En los casos de discapacidades menos conocidas como las enfermedades mentales, realmente las adaptaciones están al albur de las interpretaciones que los SAD son capaces de pactar con los profesores y, en muchos casos, son inexistentes porque la discapacidad no está diagnosticada.
Isabel Martínez Lozano, comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especial de Fundación ONCE"En los casos de discapacidades menos conocidas como las enfermedades mentales, realmente las adaptaciones están al albur de las interpretaciones que los SAD son capaces de pactar con los profesores"
En este sentido, ¿se deberían mirar más con lupa las adaptaciones que se realizan las entidades universitarias para existan realmente la plena inclusión educativa de todas las personas con discapacidad que puedan estudiar una carrera? ¿Podría el Comisionado para Universidad, Juventud y Planes Especial de Fundación ONCE asesorar, proponer, mediar, recibir denuncias de las que no se realizan... para lograr adaptar el currículo a cada discapacidad?
 
Nosotros estamos trabajando con los universidades en este sentido, asesoramos a los SAD cuando nos piden apoyo y también estamos proponiendo algunas adaptaciones que, por ejemplo, no se recogen en las PAU (pruebas de acceso a la universidad) y que están suponiendo una discriminación y una barrera para algunas discapacidades como para las personas sordas a quienes que se les penalizan determinadas “incorrecciones idiomáticas” propias de su discapacidad. 
 
En la Ley que regula la PAU se explicita que las ayudas que deben recibir los alumnos para las pruebas tienen que corresponderse con las que hayan recibido durante el bachillerato. Pero no siempre es así. De hecho, se limita la posibilidad de que cuenten con sus mediadores y solo tienen en cuenta como adaptación la media hora adicional de tiempo. No todo es cuestión de contar con más tiempo en un examen. Realmente, todas las pruebas de acceso, reválidas y demás suponen una barrera para las personas con discapacidad si no se compite en igualdad de condiciones, y en el caso de la mayoría de los jóvenes con discapacidad eso significa contar con las adaptaciones necesarias. 
"Todas las pruebas de acceso, reválidas y demás suponen una barrera para las personas con discapacidad si no se compite en igualdad de condiciones"
¿Qué hay que hacer realidad ese horizonte de la Estrategia Europea 2020 de que "el 40% de las personas con discapacidad lleguen a tener estudios universitarios"?
 
En España ese horizonte está casi conseguido cuando hablamos de los jóvenes en general, sin embargo es un objetivo que lamentablemente queda aún lejos si lo aplicamos a los jóvenes con discapacidad. De hecho, más de la mitad de los jóvenes con discapacidad se quedan en secundaria y no acceden a la universidad por diversos motivos. 
 
Si tenemos en cuenta que hay más de 20.000 universitarios con discapacidad, al día de hoy son sólo poco más del 10% de los jóvenes con discapacidad los que acceden a la universidad, por tanto, hasta llegar al 40% nos quedan un largo camino. Los ritmos y los tiempos no son los de antes y tenemos que acelerar todas las medidas necesarias para no tardar otros 20 años en llegar a esos niveles de desarrollo. No nos lo podemos permitir. Para conseguir la sociedad inclusiva e igualitaria que pretendemos y acelerar el cambio que es posible, tenemos que ponernos a ello.
 
Isabel Martínez Lozano, comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especial de Fundación ONCE¿De qué manera se propone limar todos estos límites que encuentran las personas con discapacidad para acceder a estudios universitarios la Estrategia Universidad y Discapacidad desarrollada por Fundación ONCE?
 
Estamos desarrollando una estrategia integral en colaboración con el CERMI, que aborda todos los niveles de actuación: fomento del acceso, igualdad de oportunidades en el entorno universitario y  favorecimiento del tránsito hacia empleos técnicos y cualificados, lo que implica el ascenso de las personas con discapacidad a niveles gerenciales y directivos. 
 
Todo ello lo estamos impulsando a través de programas como los 'Campus inclusivos', guías, formación del profesorado, acciones de sensibilización, orientación, trabajo con padres y madres, etc. Se trata de un trabajo directo con las universidades a través de la CRUE y los servicios de atención a la discapacidad, programas de becas, programa de desarrollo de prácticas en empresas, etc. 
 
Para ilustrarnos, desde que se crea el Comisionado para Universidad, Juventud y Planes Especiales de la Fundación ONCE, ¿qué logros principales y concretos se han conseguido respecto a la inclusión educativa universitaria de las personas con discapacidad? ¿Cuáles pueden esbozarse ya?
Me parecería pretencioso hablar de logros sobre todo cuando queda mucho por hacer, pero sí que podemos hablar de un cambio de tendencia y una conjunción de actores y sinergias, que nos están permitiendo abrir camino y avanzar a buen ritmo. 
 
Conjuntamente con el CERMI y la CRUE estamos impulsando algunas cuestiones normativas importantes, abriendo cauces para que las universidades estén cada día más implicadas en este ámbito y, por ejemplo, puedan certificarse en calidad como universidades inclusivas a través del sello BEQUAL. En los últimos años, he visto como los propios rectores se han involucrado directamente en la educación inclusiva y eso está haciendo posible, entre otras cosas, mejorar las ratios de acceso. 
"Conjuntamente con el CERMI y la CRUE estamos abriendo cauces para que las universidades estén más implicadas y puedan certificarse en calidad como universidades inclusivas a través del sello BEQUAL"
También hemos colocado en agenda el problema de la movilidad internacional, la mejora de la empleabilidad, acciones positivas en becas, e implicando a otras instituciones como el SEPIE y el propio Ministerio en estos retos. 
 
El Congreso Internacional Universidad y Discapacidad, cuya tercera edición celebraremos en noviembre de este año, se ha convertido en un referente internacional en este ámbito y puede llegar a convertirse en un motor clave para seguir avanzando.
 
Obviamente, uno de los fines que persigue la inclusión educativa de los jóvenes con discapacidad es que cuando lleguen a la edad adulta puedan conseguir un empleo mejor. Sin embargo, exponen desde el Comisionado que uno de sus retos es "desarrollar al máximo sus personalidades, sus talentos y su creatividad, así como aflorar y visibilizar socialmente todo su potencial". ¿Nos explica más pormenorizadamente todo lo último
 
Vivimos en la sociedad del conocimiento y en el siglo donde las tecnologías de la comunicación y la información dominan nuestro entorno y determinan la economía y nuestra vida en sociedad. No todas las personas tienen que llegar a la Universidad para encontrar un empleo o para desarrollar su talento, pero sí que todas las personas tienen que tener la oportunidad de aprender, de educarse, de adquirir competencias digitales básicas, porque todo ello es imprescindible para poder desarrollarse personal y profesionalmente. Es imprescindible para tener autonomía. Ya lo dijeron nuestros filósofos clásicos: "no hay mejor instrumento para ser libre, que la educación y el conocimiento".
Isabel Martínez Lozano, comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especial de Fundación ONCE"Todas las personas tienen que tener la oportunidad de aprender, de educarse, de adquirir competencias digitales básicas para poder desarrollarse personal, profesionalmente y tener autonomía"
Uno de los objetivos del II Congreso Internacional Universidad y Discapacidad bajo el lema “Universidades Inclusivas, Universidades de Futuro”, apoyado por el CERMI entre otras entidades, fue poner el foco en las investigaciones más relevantes sobre universidad y discapacidad que supongan un avance en la mejora de la calidad educativa y de la calidad de vida de las personas con discapacidad, acorde con los mandatos previstos en la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, que este año cumple 10 años. ¿Podría mencionar alguna por su especial relevancia?
 
La valoración general del congreso fue muy positiva. Se pusieron sobre la mesa todos los temas candentes y participaron un importante grupo de personas expertas, profesionales e investigadores en este ámbito que permitieron una muy buena reflexión de fondo y una conjunción de propuestas extraordinarias. 
 
La mayoría de las comunicaciones fueron muy interesantes, pero quizás destacaría la 'Carta de los derechos de los estudiantes', que presento la Universidad de A Coruña y que proponía un código de buenas prácticas para reconocer a las universidades que realmente han alcanzado un compromiso real y efectivo con la inclusión y la igualdad de oportunidades. 
 
También fueron importantes todos los temas de innovación tecnológica, que facilitan el aprendizaje y los temas de acciones positivas para avanzar en reserva de plaza para el acceso al cuerpo de profesorado y PDI de las universidades.
 
¿Cómo un programa como 'Red de campus inclusivos para fomentar el acceso a la universidad de los jóvenes estudiantes con discapacidad' puede evitar el abandono escolar temprano de jóvenes con discapacidad y fomentar su acceso a la universidad?
 
El programa por sí solo no evitará el abandono escolar temprano, pero sí contribuye a ello al incentivar y motivar a estos jóvenes a continuar sus estudios en la Universidad, fundamentalmente, haciéndoles perder el miedo a lo desconocido. Tanto el programa como otras acciones derivadas del programa, nos están permitiendo detectar y actuar sobre los propios sistemas de orientación y la implicación directa de las universidades en reclutar a estos estudiantes, ya que a muchos estudiantes con discapacidad se les anima a abandonar los estudios en bachiller en lugar de animarles a ir a la Universidad. Cada año detectamos casos de este tipo.
Isabel Martínez Lozano, comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especial de Fundación ONCE"A muchos estudiantes con discapacidad se les anima a abandonar los estudios en bachiller en lugar de animarles a ir a la Universidad"
Además, este programa, liderado por Fundación ONCE junto a la Universidad de Granada, la Universidad de Lisboa y la Universidad de Amberes, quiere localizar oportunidades de mejora para sus campus y ofrecer una educación universitaria inclusiva en condiciones de igualdad de oportunidades con otros estudiantes. ¿Por qué solo estas tres universidades están en este programa? ¿Podría ampliarse a otros campus europeos? ¿Cuál es la proyección futura de tan justo proyecto?
 
Erasmus+ permite desarrollar muchas acciones y hasta ahora no habíamos participado en él porque no nos habíamos propuesto como objetivo la movilidad internacional de los estudiantes con discapacidad. Sin embargo, hoy creemos que es imprescindible para el futuro.
 
Presentamos este proyecto, que hacemos con estas  tres universidades porque se han mostrado interesadas y además destacan por tener una buena política de inclusión, pero esperamos que el programa pueda crecer en el futuro e implicar a otras universidades europeas y que, incluso, se pueda convertir en una buena práctica para que la Comisión Europea promueva más estas líneas de acción dentro de Erasmus+.
 
¿Cómo será ese catálogo de buenas prácticas que se elaborará como guía para todas las universidades europeas a partir de este programa para motivar a los jóvenes con discapacidad a que realicen estudios universitarios y resolver el reto de la movilidad internacional en los jóvenes con discapacidad?, ¿cómo se promoverá desde este catálogo y por qué considera usted que es tan importante hacerlo?
 
Queremos hacer una guía de buenas prácticas a nivel europeo que sea un buen espejo para las universidades y que sirva, por un lado, para fomentar el acceso y por otro lado facilitar la movilidad internacional de nuestros estudiantes. Esto último es muy importante porque hay  estudios que dicen que los universitarios que han participado en Erasmus u otros programa de movilidad, tienen el doble de oportunidades de encontrar un buen empleo. 
"Los universitarios que han participado en Erasmus u otros programa de movilidad tienen el doble de oportunidades de encontrar un buen empleo" 
Es una experiencia que no se deben perder porque además de reforzar sus competencias lingüísticas, son experiencias que les ayudan de manera decisiva a ser más autónomos y más resueltos para abordar su vida profesional y personal en el futuro.
 
 
 
 
 
 
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