En Seguros Pelayo, ¿se aborda la discapacidad desde su política de RSC o forma ya parte de la línea o la cultura empresarial? 

 

Tenemos una política global de RSC que está orientada desde el propio Consejo de Administración porque hay una fuerte sensibilidad sobre estos temas. Dentro de todas las acciones que hacemos, una parte está enfocada al mundo de la discapacidad. Lo primero que hacemos es integrar personas con discapacidad como empleados y que se sientan como uno más, aplicamos políticas de integración de la diversidad en general, no solamente en temas de discapacidad, también mujeres, inmigrantes… y les facilitamos esa integración contribuyendo a la accesibilidad o a la sensibilización de equipos de dirección y resto de empleados. 

 

Para nosotros es un tema más de estrategia de la propia empresa, es cierto que empezó de manera paulatina, como todas las cosas, además se empezó dentro de una filial nuestra, que es ‘Pelayo Servicios Auxiliares’, que es la que se dedica más a los servicios de atención al cliente. Y empezó por ahí por la especial sensibilidad del equipo de dirección de esta filial, aunque luego se ha ido extendiendo por todo el grupo. Llevamos ya muchos años trabajando en esto, en esa empresa de hecho el porcentaje de empleados con discapacidad es superior al que dice la Lismi, es el más alto de todo el grupo, y esto ha ido calando en todo el grupo y es el propio consejo el que asume que es algo positivo y de hecho da impulso a la propia actividad de la empresa. La integración de estas personas, cómo desarrollan sus capacidades y su ilusión sirve de ejemplo para el resto de trabajadores. 

 

En su labor de integración, ¿cuenta Seguros Pelayo con algún protocolo para recibir a estas personas con discapacidad y facilitar su inclusión entre los empleados?

 

Está muy normalizado y asumido, aunque se tiene especial cuidado, pero se ve ya con normalidad, igual que se ve a cualquier otro empleado. Tenemos muchos protocolos en general para todos los empleados, sobre formación inicial, información sobre compañeros y directivos y una recepción adecuada. 

 

¿Cree que la discapacidad, así como otros temas sociales debe abordarse desde la RSC? 

 

Casi todo el tema de Responsabilidad Social Empresarial está ya integrado en la estrategia, no son acciones aisladas, está impregnado en toda la política de la compañía. Cuando emprendemos alguna iniciativa de cualquier tipo para todos los empleados, ya sean políticas de conciliación o igualdad, o beneficios sociales, está muy metido en la empresa porque al fin y al cabo trabajamos con personas con lo cual cualquier buena gestión para ellos, será beneficioso para la compañía. 

 

¿Con quién trabajan, colaboran, o comparten los proyectos de RSC sobre discapacidad?

 

Con una de las entidades que más relación tenemos es con la ONCE y la Fundación ONCE, con Inserta e Ilunion. Con ellos hacemos muchas cosas, como es la selección de personal para distintos puestos a cubrir en la empresa, o cursos para sensibilización, etc. Con el CERMI también colaboramos y trabajamos en aspectos como pueden ser los productos específicos que hemos elaborado para el sector de la discapacidad, como el último que hemos presentado que se llama ‘Póliza compromiso’ que adapta las pólizas de automóvil y de hogar a las especiales necesidades que puede tener una persona con discapacidad. Esto, por ejemplo, se hizo de común acuerdo con el CERMI y con la ONCE para saber qué necesidades había. 

 

Precisamente el mundo del seguro ha sido a menudo reacio a adaptar sus productos y contar con la discapacidad como parte de su negocio, ¿en su grupo lograron finalmente acercar posiciones?

 

Hemos entrado por ese camino y hemos visto que al final es necesario hacer lo que se hace en otros ámbitos, lo mismo que segmentamos otro tipo de clientes porque no todos tienen las mismas necesidades, se puede hacer con el mundo de la discapacidad, por ejemplo, con los vehículos adaptados. Además, tenemos una fundación que colabora en todos estos temas y en estos casos, la fundación se hace cargo de los sobrecostes que a veces hay en esas pólizas especiales. La persona o cliente al final no tiene sobrecoste porque lo paga la fundación, es decir, con las mismas condiciones que cualquier otro cliente puede tener una serie de coberturas adicionales. 

 

Desde las políticas de RSC su grupo impulsa la inserción, las acciones de voluntariado y el patrocinio, ¿cómo se abordan estas otras tareas?

 

En temas de voluntariado lo canalizamos sobre todo a través de la fundación. A lo largo del año desarrollamos determinadas acciones de voluntariado con algunas ONG, como es la ‘Juan XXIII’, o la ‘Fundación Carmen Pardo-Valcarce’. Organizamos jornadas de voluntariado con objetivos lúdicos, o educativos, o de otro tipo. Los trabajadores están bastante sensibilizados y siempre encontramos buena respuesta y colaboración. Además, tenemos otra línea y es que aprobamos proyectos, a través de la fundación, en los que los empleados están implicados, algunos de ellos trabajan o colaboran con ONGs y muchas son de discapacidad. 

 

En la inserción laboral de personas con discapacidad, las mayores dificultades las encuentran las personas con discapacidad intelectual y las que tienen enfermedad mental, ¿qué iniciativas impulsan desde su grupo en este sentido?

 

En ese tema a nivel de empleabilidad no hemos hecho nada pues lo vemos más difícil, casi todo lo que tenemos está más relacionado con la discapacidad física pues nuestro trabajo requiere una mínima cualificación… no es que lo rechacemos pero incluso las entidades con las que trabajamos tampoco nos presentan esos perfiles, vemos que la adaptación es más compleja.

 

Recientemente recibieron el Premio Reina Sofía 2014 por la promoción de la inserción laboral de las personas con discapacidad, ¿por qué cree que han recibido el premio y qué significa para ustedes?

 

Creo que ha sido un reconocimiento al trabajo que se lleva haciendo desde hace bastantes años. Es sobre todo por esa sensibilidad que tiene toda la empresa, tanto la dirección como los propios empleados, que estamos continuamente pensando cómo favorecer e integrar a estas personas, como normalizar sobre todo, creo que eso es lo más importante. Lo que hay que hacer es sacar lo mejor de cada uno. Y de todos los premios que nos han concedido, que son muchos, éste es el que más nos ha gustado. 

 

El grupo Pelayo tiene un certificado Bequal, ¿qué opina de este sello y sus objetivos?

 

Fuimos de los primeros que lo tuvimos. Es una iniciativa que está bien, pero como todas las cosas cuesta que se reconozca en el mercado, en el sector empresarial. Creo que todo va a depender de las entidades que están detrás de esta certificación, de cómo sean capaces de darle importancia, de vincularse a empresas que ya están trabajando en el mundo de la discapacidad y sobre todo, si son empresas importantes, que al final arrastren a las demás. No es fácil lograr el reconocimiento y la importancia de certificados de este tipo.

 

¿Cuál es la línea de trabajo actual en RSC y discapacidad? ¿Algún proyecto nuevo en perspectiva?

 

Queremos seguir dándole importancia a este tema porque nos parece un campo en el que hay bastante sensibilidad en la casa. Fundamentalmente seguiremos dos líneas, una de ellas relacionada con los propios productos de negocio del grupo, viendo cómo podemos cubrir determinadas necesidades que tengan en el sector de la discapacidad o cómo podemos mejorar el servicio incluso. La otra línea sigue interesada en la empleabilidad, la inclusión laboral. Y sobre todo que cada vez haya más conciencia entre todos los empleados de la casa. 

 

Si el grupo Pelayo lleva años aplicando esta estrategia e impulsando estas iniciativas, algo habrá calado entre los empleados, ¿se aprecia en general una mayor conciencia en cuanto a las políticas de RSC y la inclusión de la discapacidad?

 

Creo que sí ha calado mucho en la casa, pero es algo que todavía no ha impregnado al cien por cien, de ahí que continuemos con estas actuaciones. Es raro que a lo largo del año no se organice, por ejemplo, una jornada que esté orientada de alguna manera al mundo de la discapacidad. En la Asamblea general de socios, que es el acto más importante desde el punto de vista institucional y en el que se reúnen todos los responsables (somos cerca de 500 personas), ese día, además de tratar los temas de negocio, estrategia y demás, siempre se aprovecha para hacer algo que esté relacionado con la discapacidad. Este año, por ejemplo, hemos apoyado una iniciativa de una persona con discapacidad física que quiere subir en silla de ruedas al Kilimanjaro. Es una excusa para volver a hablar de la integración de la discapacidad, para lanzar mensajes de normalidad, de integración y de los valores que representan. También invitamos a personas con discapacidad a reuniones con la dirección o con empleados, o se impulsan jornadas anuales en diferentes empresas filiales con charlas con personas con discapacidad. Siempre estamos intentando que no se pierda esa conciencia aunque ya existe una sensibilización bastante fuerte. 

 

¿Cree que es necesario forzar un poco todas estas políticas para lograr que surjan de manera natural y la sociedad logre finalmente incluir a todas las personas?

 

Es el tema de las cuotas, en cualquier ámbito, ya sea discapacidad o género, si no lo impulsas, no rompes esas barreras. Hace años en el consejo se decidió que había que conseguir que hubiera paridad entre hombres y mujeres. Hubo resistencias pero en cuanto dices eso, a continuación, a la hora de elegir un consejero ya todo el mundo piensa en la posibilidad de que sea una mujer con mucho nivel. Si no forzáramos esa paridad, nadie pensaría en ello, rápidamente iríamos a lo fácil.