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viernes, 4 de junio de 2021cermi.es semanal Nº 439

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Entrevista

María Luz Esteban, directora del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (Cnlse)

“La demanda de un bilingüismo efectivo en la escuela no es un capricho, sino una necesidad real”

04/06/2021

La directora del Cnlse, María Luz Esteban, alude a la dulzura de los albores del centro que guía, que cumple ahora diez años de existencia, y a su perpetua máxima de salvaguardar el legado histórico en la normalización de la LSE de la comunidad sorda. Sin embargo, consciente del desafío extraordinario que aún representa la magna tarea de esta normalización, y del gran esfuerzo humano, económico, social y actitudinal continuado que requiere, esta entusiasta lingüista nos apela a sumarnos a la promoción de las lenguas, ya sean grandes o pequeñas, prestigiosas o minorizadas.
 
Mari Luz Esteban, directora del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (Cnlse)Estáis celebrando el décimo aniversario del centro. ¿Cómo pretendéis celebrar, loar o aplaudir una década de existencia de algo tan importante para las comunidades sorda y sordociega?
 
En efecto, el Cnlse comenzó su andadura el 1 de junio de 2011 y nuestra intención es celebrar el décimo aniversario plasmando los logros más significativos a lo largo de la década en un videoreportaje conmemorativo que está disponible en nuestra página web y en las redes. En este material destacamos los resultados en materia de investigación, fomento, difusión y buen uso de la lengua de signos española con el fin último de garantizar los derechos lingüísticos de las personas sordas y sordociegas signantes. Diez años después, el Cnlse mantiene su espíritu como centro holístico que actúa fundamentalmente sobre el uso público de la lengua de signos española al servicio de la sociedad.
 
¿Cuál ha sido la andadura del centro -virtudes y tropiezos o imposibles- durante esta década?
 
El hecho de que se constituyera como un centro de titularidad pública adscrito al Real Patronato sobre Discapacidad, y gestionado a través de la Fundación CNSE, fue tremendamente positivo. En este camino, hemos crecido personal y profesionalmente, en el que se han generado bonitas relaciones y sinergias. Hemos desarrollado muchos proyectos, hemos conseguido pequeños y grandes logros en la normalización de la LSE. A pesar de las dificultades, hemos ganado respeto, visibilidad y reconocimiento como centro asesor y de referencia en lengua de signos española.
 
La permanente conexión con la comunidad lingüística signante, principalmente sorda y sordociega, es una de nuestras señas de identidad. Desarrollamos las acciones teniendo en cuenta la realidad lingüística y cultural de las personas usuarias velando por su derecho a conocer y utilizar la LSE. Esto nos conduce claramente a un centro con afán de servicio a la sociedad, sustentado en la acción práctica y con el obligado soporte científico y técnico. 
 
El Cnlse constituye la herramienta por excelencia que organiza y planifica la acción normalizadora de la lengua de signos española, y cualquier intervención de este tipo influye directamente en el futuro de la lengua y en la comunidad lingüística. Normalizar una lengua es, por tanto, normalizar la imagen de la comunidad de personas que la utilizan. Sin embargo, aunque el trabajo del Cnlse nos ha dado muchas satisfacciones, aún existen numerosos obstáculos. 
 
“Normalizar una lengua es normalizar la imagen de la comunidad de personas que la utilizan”
 
Recientemente, el Cnlse ha puesto a disposición del público el Corpus de la Lengua de Signos Española (Corlse). ¿En qué consiste exactamente?
 
Es uno de nuestros proyectos más sobresalientes. Se trata de una compilación de vídeos signados de personas sordas para facilitar su estudio científico, su uso para fines docentes o su consulta por cualquier persona interesada. Corlse funciona como un corpus simple o repositorio de datos representativos y naturales de la lengua y de sus variedades geográficas, de registros y generacionales, para conocer y comprender mejor cómo funciona el lenguaje humano. Además, contribuye a preservar la lengua de signos española como parte importante del patrimonio cultural y lingüístico de una sociedad.
 
Mari Luz Esteban, directora del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (Cnlse)Con el objetivo de obtener un conjunto de vídeos lo más naturales posible, las grabaciones se realizan en los locales de las entidades asociativas de personas sordas de la CNSE. Hasta el momento, hemos recopilado datos de Madrid, Valencia, Granada y Valladolid, con la contribución de 70 informantes. En próximas anualidades, se irá ampliando el número de territorios actualizando el corpus progresivamente.
 
¿Ha conseguido plenamente el Cnlse, desde el 2011 que iniciara su andadura, que la lengua de signos española consiga el mismo estatus que otras lenguas que existen en el Estado español?
 
Sin duda hemos avanzado, pero todavía queda un largo camino por recorrer para que sea percibida como una lengua natural y no como un simple recurso comunicativo. Aún persisten ciertos estereotipos y prejuicios sobre las lenguas de signos y sobre su contribución a la diversidad humana, y no resulta sencillo entender que las personas sordas conforman una minoría lingüística y cultural, para quienes la lengua de signos constituye no solo un vehículo de comunicación, sino también uno de los principales signos de identidad y de capital simbólico de la comunidad. 
 
“Todavía queda un largo camino por recorrer para que la LSE sea percibida como una lengua natural y no como un simple recurso comunicativo”
 
Es más, si algo nos diferencia a las personas sordas de otros grupos con discapacidad es la categoría dual en cuanto que minoría lingüística y discapacidad. Esto no es excluyente, sino que nos enriquece doblemente, por lo que esta dicotomía debe ser superada, dado que las personas sordas signantes somos bilingües o multilingües, y utilizamos dos o más lenguas de igual o diferente modalidad según el contexto. 
 
Si la lengua de signos no realiza todas las potencialidades sociales disponibles, no podemos hablar de una situación de normalidad sociolingüística. Todo esto supone un desafío a la hora de abordar las políticas lingüísticas dirigidas a compensar el desequilibrio de usos reales de las lenguas y garantizar la cohesión social y la igualdad de oportunidades de las personas sordas y sordociegas como minoría lingüística y cultural, y no solo como grupo con discapacidad. 
 
Las personas oyentes pueden cambiar una lengua por otra y tienen acceso a todos los servicios de la sociedad y al ejercicio de sus derechos ciudadanos; sin embargo, el uso de la lengua de signos en muchas personas sordas es imperativo y condición indispensable para ejercer plenamente su ciudadanía.
 
Mari Luz Esteban, directora del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (Cnlse)“El uso de la lengua de signos en muchas personas sordas es imperativo y condición indispensable para ejercer plenamente su ciudadanía”
 
Además del desarrollo de una vida más normalizada para las personas sordas y sordociegas, ¿cómo el Cnlse va más allá de ser un mero guardián lingüístico?
 
Además de ser un referente estatal, el Cnlse responde al derecho lingüístico de las personas sordas y sordociegas a conocer y utilizar la lengua de signos española en la enseñanza, en los medios de comunicación, en los servicios públicos y, en general, en todas las esferas de la vida pública y privada. En este sentido, teniendo en cuenta las competencias atribuidas por la Ley 27/2007, de 23 de octubre, y el Real Decreto 921/2010, de 16 de julio, que regula el Cnlse, así como el principio de la transversalidad en las políticas y líneas de acción en cualquiera de los ámbitos de actuación pública, perseguimos la promoción de las medidas necesarias para superar la minorización de la lengua de signos española, y aspiramos al mismo estatus lingüístico y jurídico del resto de las lenguas que coexisten en el Estado. Resulta indispensable que la lengua de signos española forme parte del futuro de su propia comunidad y, para ello, hay que extender la lengua más allá del plano simbólico y generalizar su uso. 
 
“Aspiramos al mismo estatus lingüístico y jurídico del resto de las lenguas que coexisten en el Estado”
 
Además de todos los objetivos iniciales del Cnlse (biblioteca virtual, página web, centro de documentación, etc.), ¿qué otros se han desplegado durante casi una década?
 
La tarea de normalizar la lengua de signos española es inmensa y en continuo proceso, por lo que nos propusimos inicialmente recopilar todo lo que había en materia de investigación, documentación, recursos, etc. para tener una visión global de la lengua. Una vez consolidada esta cuestión, fuimos organizando distintas iniciativas como Corlse, Revles, el asunto de los perfiles profesionales, el currículo de la lengua de signos española y la incorporación de la lengua de signos española en la televisión, entre otras. Hemos tenido que priorizar y desarrollar las acciones en función del presupuesto y de las necesidades del momento. 
 
Háganos, por favor, una radiografía de la expansión de la normalización y presencia de la LSE durante la última década. 
 
Aunque la normalización de la lengua de signos española ha avanzado extraordinariamente en la última década gracias a los esfuerzos conscientes de planificación lingüística, todavía quedan retos pendientes. En relación con el estatus de esta lengua en diferentes ámbitos de la vida social, en 2014 publicamos un estudio descriptivo de los ámbitos de mayor influencia a la hora de promover cualquier lengua: educación, interpretación, investigación y medios de comunicación. 
 
Hemos realizado grandes esfuerzos para favorecer una mayor presencia de la lengua de signos española en estos ámbitos y, en consecuencia, una mayor igualdad lingüística. Sin embargo, a pesar de la progresiva aceptación de la lengua de signos en las escuelas, la cuestión de la educación bilingüe intermodal sigue siendo compleja e insuficiente; hemos avanzado en la cantidad y calidad de los servicios de interpretación y guía-interpretación, pero la situación laboral de estos profesionales es todavía mejorable y apenas existen grados universitarios para la formación de nuevos profesionales. 
 
“La comunidad lingüística signante sigue reclamando un reconocimiento explícito de la lengua de signos desde la perspectiva de los derechos lingüísticos”
 
En cuanto a los medios de comunicación, en los últimos años hemos sido testigos del significativo incremento de la lengua de signos española en la televisión, pero todavía queda mucho trabajo para desarrollar esta cuestión teniendo en cuenta los criterios de calidad y corrección lingüísticas. La comunidad lingüística signante sigue reclamando un reconocimiento explícito de la lengua de signos desde la perspectiva de los derechos lingüísticos, de modo que esta lengua no quede en situación de inferioridad con respecto a las lenguas orales.
 
La expansión de las lenguas depende en gran medida de las decisiones que se tomen y de factores sociopolíticos e ideológicos, y todavía queda mucho trabajo por hacer en la protección y promoción de la lengua de signos española. Acabamos de publicar el II Informe que actualiza el contenido publicado en 2014con el propósito de dar a conocer la situación sociolingüística de la LSE tomando como parámetro la escala de evaluación del grado de vitalidad sobre las lenguas de la Unesco, que fue objeto de reflexión y análisis de expertas y expertos que participaron en esta iniciativa.
 
Mari Luz Esteban, directora del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (Cnlse)La normalización de la LSE en los ámbitos político y educativo, ¿sigue siendo una asignatura pendiente?
 
La discusión de la lengua de signos española es algo habitual en las políticas públicas vinculadas a los derechos sociales y a los ámbitos de accesibilidad y discapacidad. Sin embargo, su presencia es menor en el marco de los derechos lingüísticos. Por ejemplo, a excepción de la lengua de signos catalana, no aparece ninguna referencia a la lengua de signos española en el último informe sobre el cumplimiento en España de la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa. 
 
El ámbito educativo supone un incuestionable valor para la normalización de cualquier lengua, y, aunque la lengua de signos española está de algún modo presente en algunas escuelas, queda pendiente desarrollar la regulación de la educación bilingüe intermodal para garantizar la libertad de elección de las familias en cuanto a las lenguas de enseñanza para sus hijas e hijos sordos. Las experiencias bilingües siguen siendo escasas y distan mucho de garantizar un equilibro lingüístico y territorial en las diferentes comunidades autónomas. 
 
La iniciativa de la política lingüística en educación debe partir de las administraciones educativas y las decisiones que se adopten deben ser acordes a la realidad del alumnado sordo y sordociego, para que el bilingüismo intermodal sea una opción real y efectiva para el desarrollo personal y la cohesión social. Además, es de gran trascendencia que haya profesionales sordas y sordos para el desarrollo lingüístico y emocional del alumnado, pues esto guarda relación con la promoción de la identidad lingüística tal y como dicta la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Las personas sordas signantes son bilingües o multilingües en mayor o menor medida, y la demanda de un bilingüismo efectivo en la escuela no es un capricho, sino una necesidad real para el desarrollo personal y para conseguir la igualdad de oportunidades.
 
Usted dice que “las lenguas de signos necesitan un cambio de destino histórico para evitar la desigualdad lingüística, ganar en prestigio y ser bien vistas como las lenguas mayoritarias”. ¿Puede explicarnos la profundidad de estas palabras?
 
Aunque la lengua de signos española ha ganado en prestigio, todavía sigue siendo una lengua subordinada a la lengua oral mayoritaria. La consideración de las lenguas de signos como verdaderas lenguas implica el reconocimiento de su naturaleza lingüística e identitaria de una comunidad determinada, y la promoción del bilingüismo intermodal, esto es, aprender y utilizar la lengua de signos y la lengua oral de forma equilibrada y en pie de igualdad. Para ello, es fundamental que la educación se realice en lengua de signos dentro de un contexto bilingüe o multilingüe, extender la actividad investigadora y velar por el buen uso de la LSE en cualquier ámbito. 
 
“La consideración de las lenguas de signos como verdaderas lenguas implica el reconocimiento de su naturaleza lingüística e identitaria de una comunidad determinada”
 
¿Por qué las políticas lingüísticas se alzan para “proteger las lenguas más débiles, pero olvidan que los derechos son para las personas”? 
 
Con frecuencia se legislan sobre el uso de las lenguas sin tomar en consideración los derechos lingüísticos de las personas. Ni las lenguas ni los territorios tienen derechos, sino las personas signantes o hablantes. Las lenguas son entidades abstractas, son las personas quienes tienen el derecho a recibir la enseñanza, por ejemplo, en lengua de signos española y castellano, a ser atendidas en la administración en la lengua que prefieran y a usar la lengua que quieran en su vida cotidiana. Como expresión humana, no existen lenguas superiores a otras, todas las lenguas tienen la misma dignidad y forman parte del patrimonio general de la humanidad.
 
Mari Luz Esteban, directora del Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española (Cnlse)“No existen lenguas superiores a otras, todas las lenguas tienen la misma dignidad y forman parte del patrimonio general de la humanidad”
 
¿Qué han de hacer las instituciones responsables para garantizar los derechos lingüísticos de las personas signantes?
 
Además de reconocer la identidad lingüística y cultural de las personas sordas y sordociegas signantes es necesario observar la naturaleza lingüística de la lengua de signos española. El grado de vitalidad de una comunidad lingüística está estrechamente relacionado con el nivel de reconocimiento por parte de las instituciones. Cuanto más apoyo legal y mayor estatus de la lengua, más posibilidades existen de que se convierta en una lengua usada en el día a día, clave para la autoestima y la confianza propia de las personas sordas y sordociegas. Las lenguas de signos precisan de políticas públicas destinadas a mejorar las condiciones vitales de la comunidad signante. 
 
¿Cuál es la importancia para la Cnlse de la difusión del 'II informe de la situaciónde la lengua de signos española'? 
 
Dar a conocer la situación sociolingüística de la lengua de signos española en distintos ámbitos de uso tomando como parámetro la escala de evaluación del grado de vitalidad sobre las lenguas de la Unesco. Se presentará el 14 de junio en el marco del Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas, se colgará en las web del Cnlse y del Cedd. 
 
¿Algún proyecto inminente?
 
Uno en materia de investigación que consisten en la elaboración de la gramática de la lengua de signos española, y otro la creación de un repositorio colaborativo de terminología especializada para designar realidades concretas de distintas áreas del conocimiento, y así cubrir las necesidades de información en ámbitos específicos. 
 
Conclusión…
 
Las lenguas de signos deben estar en el lugar que les corresponde. Cuando se hable de las distintas lenguas del Estado, ha de hablarse también de la lengua de signos española y de la lengua de signos catalana, porque son lenguas plenas que, si reciben el adecuado tratamiento, contribuyen de manera decisiva a la inclusión y participación de las personas sordas y sordociegas. 
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