La ONCE está inmersa desde hace años en el impulso de la igualdad de género, incluso creó el Observatorio de igualdad de oportunidades de la ONCE y su Fundación, ¿se trata de igualdad de género, de igualdad de oportunidades, de paridad?, ¿de qué habla la ONCE cuando habla de mujer?

 

Sobre todo de igualdad de oportunidades. Evidentemente el género juega, y de momento sigue jugando, en nuestra contra, aunque va evolucionando, pero todavía no hablamos de igualdad efectiva, de presencia activa sobre todo. Lo que más nos preocupa es asegurar que al menos las oportunidades sean, cuanto antes, las mismas para todos y para todas, teniendo en cuenta además que la discapacidad juega un papel importante cuando se une a la cuestión de género.

 

¿Suma o resta?

 

Muchas veces multiplica, tanto hacia dentro como hacia fuera, hacia dentro porque hablamos del efecto que tiene tener una discapacidad, o del efecto que tiene ser mujer, pero pocas veces tenemos en cuenta el efecto multiplicador que tiene las dos cosas juntas. Y hacia fuera igual, hablamos de inclusión, desigualdad, integración de las personas con discapacidad pero pocas veces hablamos de lo que supone ser una mujer con discapacidad y pocas veces el interlocutor une los dos conceptos, te ve como mujer o te ve como persona con discapacidad, pero parece que es difícil que pueda ser las dos cosas.

 

A veces, sin embargo, se valora doblemente, por el hecho de pensar que ambas condiciones pueden hacer incluso más fuerte a una persona, ya que ha tenido que luchar con más intensidad, ¿no es así?

 

Eso ocurre siempre, cuando tienes una dificultad, sea la que sea, te caes más veces y te tienes que levantar más veces y eso acaba fortaleciendo el carácter. Evidentemente cuando tienes que superar dificultades, por la discapacidad, por el género, o por las dos, acabas aprendiendo a desarrollar estrategias que al menos te hagan sufrir menos.

 

¿Cuáles son las principales iniciativas de la ONCE para lograr esa igualdad de oportunidades?

 

La ONCE lo aborda desde una doble perspectiva, una interna y otra externa. Internamente, lo que hacemos, fundamentalmente desde el Observatorio, es procurar homogeneizar las políticas y actuaciones en las tres áreas (ONCE, Fundación ONCE e Ilunion), además en el pleno del Observatorio está también el CERMI para contemplar todo tipo de discapacidad, pero sobre todo unificar las políticas de actuación tanto con las trabajadoras de plantilla, ahí entran las unidades de igualdad que por propio desarrollo de los convenios colectivos tiene cada área, como las políticas hacia las afiliadas, en este caso en cuanto a la participación en los servicios sociales que presta la ONCE. 

 

Por ejemplo, hacemos seguimiento y reflejamos en el informe que cada año emite el Observatorio en el mes de marzo, para saber si realmente existe igualdad de atención en todos los servicios que presta la ONCE. Analizamos si por iniciativa propia ellos y ellas acceden más o menos en la misma cantidad a determinados servicios. Y hemos visto que esto no ocurre en las nuevas tecnologías, hemos mejorado mucho en los últimos cuatro años y ya está más equiparado, pero teniendo en cuenta que nuestra población de afiliadas es eminentemente mayor, ahí se suma que muchas proceden de otra generación que han accedido hace poco a las nuevas tecnologías y no las tienen integradas en su vida diaria. Y en el deporte se produce un mayor desequilibrio, hay muchas más licencias federativas de afiliados a la ONCE que afiliadas, ahí sí que tenemos muy poquita representación y en algunos deportes, anecdótica. ¿Qué hacemos? Un seguimiento para poner sobre la mesa iniciativas que creamos que pueden fomentar la participación de las afiliadas, o el acceso a esos determinados servicios.

 

¿Y desde la perspectiva externa?

 

Hacia afuera también procuramos sensibilizar mucho en cuanto a ese doble análisis de las necesidades que tenemos las mujeres con discapacidad y, sobre todo, la necesidad que como institución tenemos de saber qué reflejo tiene cualquier política de la Administración en las mujeres con discapacidad, da igual que hablemos de igualdad salarial, de violencia de género o de conciliación, pero que cuando se hagan estudios y análisis, se detalle la variable no solo de mujer, sino mujer con discapacidad, para saber de verdad qué efecto tiene con respecto a la realidad que estamos viviendo.

 

De alguna manera, entonces, la ONCE ha centrado sus políticas de género en el Observatorio, pero además ¿ha favorecido que toda la estructura interna lo asuma como un eje transversal?

 

Así es, de hecho procuramos que tenga reflejo en cada uno de los informes que podamos elaborar con cierto periodo de análisis, semestrales o anuales, por lo menos.

 

En algunas de esas políticas de igualdad de la ONCE, ¿se practica la discriminación positiva a favor de la mujer?

 

Sí, por ejemplo en la cobertura de vacantes, que son tres procedimientos que tienen un año y medio de vida y hemos sacado para las tres áreas ejecutivas y para las entidades vinculadas a cada una de ellas, en todas ellas se contempla que, al llegar a la terna final de candidatos, ante igualdad de condiciones la balanza se debe inclinar hacia el candidato o candidata del género menos representado en el área al que se va a incorporar ese futuro trabajador o trabajadora.

 

¿Hay áreas en las que está más representada la mujer que el hombre?

 

Claro, en el Área de Técnicos de Servicios Sociales de la ONCE, depende del colectivo de técnicos, hay muchas más ‘as’, que ‘os’. Sin embargo, en otras áreas, como el área de juego o el área empresarial, depende del sector, hay muchos más trabajadores que trabajadoras.

 

Hablando de ‘as’ y ‘os’, ¿cómo trabaja la ONCE para superar el lenguaje sexista?

 

En la normativa interna de ONCE, incluimos siempre una disposición, para que en todo el desarrollo de las normas no incluyamos siempre la barra con el ‘as’ y el ‘os’, un párrafo genérico que dice que siempre se deben tener en cuenta ese tipo de cosas y procuramos utilizar términos más relacionados con personas y genéricos. 

 

¿Cómo participan los hombres de la ONCE a la hora de impulsar las políticas de igualdad en la organización?, ¿tienen interiorizada esa necesidad de igualdad?

 

Del todo no, pero cada vez sale de manera más espontánea y cada vez está más patente, pero sigue siendo muy necesario que el Observatorio de Igualdad de la ONCE y su Fundación sigan ejerciendo de ‘Pepito Grillo’ en cada una de las conciencias de quien decide, porque todavía no surge siempre de manera espontánea, a veces hay que recordarlo. Lo que sí hay es mucha receptividad cuando se pone sobre la mesa, no hay dificultades ni obstáculos, a ese punto sí hemos llegado ya de manera natural. Pero es un problema cultural y de evolución.

 

¿Qué cree que necesita la mujer con discapacidad hoy en día para lograr un papel más decisivo, más acorde a sus capacidades?

 

Creo que necesitamos interiorizar y creernos que estamos ahí con el mismo derecho que ellos, sin necesidad de pedir permiso para cada cosa que hacemos, que sugerimos, que exponemos. Podemos tener o no éxito en lo que hagamos con igualdad de probabilidad que nuestro compañero de al lado, pero no pidiendo siempre perdón y disculpas por el hecho de proponer algo. 

 

¿Recurrimos entonces a ese clamor que se está generalizando sobre la necesidad de empoderar a la mujer, en este caso a la mujer con discapacidad?

 

Sí, pero necesitamos hacerlo sobre todo nosotras, con nosotras mismas y con nuestras compañeras. Es verdad que todavía llegamos a algunos sitios, en algunas ocasiones, porque ‘toca’ equilibrar, por las cuotas, que son un mal necesario para poder avanzar, pero nos tiene que dar igual la razón por la que llegamos, tenemos que aprovechar la oportunidad para hacer lo mejor posible aquello que se nos encargue. Una vez que llegas, lo importante es creértelo y, seas él o ella, hacerlo lo mejor posible y contagiar y transmitir el entusiasmo que tienes que poner en lo que haces.

 

¿Por qué cree que ha costado o está costando tanto lograr que la mujer con discapacidad alcance la igualdad?

 

Por la falta de oportunidad. Hasta ahora, en esta organización, y en muchísimas, hay más ellos que ellas, con lo cual hay mucha más probabilidad de que se le den oportunidades. Lo que sí nos pasa, en esta casa internamente, desde hace años, es que no se excluye la asignación de oportunidades a una mujer por el hecho de serlo, pero es que hemos estado menos veces en la parrilla de salida para poder acceder, aunque cada vez hay más mujeres y hay mujeres que lo están haciendo fenomenal, es visible y ayudan a evidenciar que somos capaces de hacerlo. 

 

¿Qué iniciativas destacaría en el sector de la discapacidad a favor de la mujer?

 

Es muy importante que en algunas organizaciones de personas con discapacidad, en algunas confederaciones y asociaciones, las máximas responsables sean mujeres. Primero porque creo que se lo merecen y las que están lo están haciendo francamente bien, me viene a la cabeza la CNSE, con Concha Díaz, que no está ahí solo por ser mujer, pero siendo mujer consigue que además de hablar de todas las preocupaciones de las personas sordas, se evidencie que nosotras también podemos ser las máximas responsables, con nuestros aciertos y nuestros errores, pero no por ser mujer o por ser hombre, sino por cómo somos cada uno, la suerte y la dedicación. Ese tipo de cosas hacen muy visible hacia afuera que las mujeres con discapacidad también podemos reivindicar los derechos, no solo de las personas con discapacidad, sino además del impacto que tiene ser mujer con discapacidad, porque a nivel técnico todas las entidades del mundo de la discapacidad tenemos un soporte femenino muy importante, pero ese trabajo es mucho más interno y se ve muy poco, quien sale a la palestra para contarlo, normalmente son hombres, que no es malo, ni bueno, pero a veces ese factor, el doble impacto se ser mujer con discapacidad, cuando no lo vives, se olvida. 

 

¿Cómo valora la creación de entidades como la Fundación CERMI Mujeres?

 

A pesar de su juventud está haciendo un trabajo muy importante, primero porque aglutina a todas las discapacidades, nosotras tenemos un papel muy importante como Observatorio, pero fundamentalmente en lo que afecta a la ceguera y deficiencia visual, pero hace falta que se hable de toda la discapacidad, y eso lo cubre la Fundación CERMI Mujeres. Creo que eso lo están haciendo muy bien.

 

¿Qué tiene entre manos ahora el Observatorio de Igualdad de la ONCE y Fundación ONCE?

 

Me gustaría avanzar en tres líneas. Internamente, en que esa presencia de la mujer, tanto en plantilla como en prestación de servicios sea cada vez más equilibrada y creo que cuando en marzo de este año tengamos el reflejo del año 2016, vamos a ver alguna señal. Trabajamos también para ver cómo evoluciona esa presencia femenina en los órganos de gobierno de la parte de representación sindical, que está muy desequilibrada y el año pasado sacamos la primera foto, así que vamos a ver cómo hemos evolucionado respecto a 2015.

 

En una segunda línea de trabajo, hacia afuera, tenemos ahora una oportunidad, porque ha cambiado la representación de la Administración y es el momento de poner sobre la mesa nuevas iniciativas que a ambas partes nos beneficien. Debemos, y lo vamos a hacer, tomar la iniciativa de hablar con los nuevos interlocutores en materia de género de la Administración central para hacer cosas y visibilizarlas.

 

Y en una tercera línea, a nivel de Observatorio, tenemos previsto hacer dos monográficos en los que traigamos a alguien externo, del mundo de la universidad o de otro tipo de organizaciones, para que nos cuenten cómo trabajan ellos el tema de la discapacidad y la igualdad y a partir de ahí podamos hacer colaboraciones futuras.

 

¿Tiene hueco el Observatorio también para tratar el problema de la violencia sobre la mujer con discapacidad?

 

Tenemos una estrategia ya concluida en el mandato anterior, hace dos años y pico, y lo que tenemos es mucho interés, y ya hay alguna iniciativa con alguna comunidad autónoma, en establecer un mapa de recursos, para que a través de nuestros profesionales podamos derivar los casos que se den. Nosotros no vamos a hacer atención directa en violencia de género porque ni sabemos ni entendemos, pero a veces a nuestros profesionales les llegan casos o intuyen que puede haber algo y es bueno que tengan ese mapa de recursos autonómicos o locales para saber dónde pueden derivarlos, desde luego habiendo testeado que sean accesibles.