"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Acceso universal
Abajo los muros tecnológicos
Nuevas fronteras dificultan la accesibilidad para las personas con discapacidad
01/02/2012
Mario García
El teléfono móvil se propone derribar todas las barreras tecnológicas que sortean a diario las personas con discapacidad. Y las webs también van ganando esta batalla para consolidar su misión de erigirse en un canal de información universal. Frente a ellos, remolonean el teléfono fijo, los cajeros automáticos, la televisión digital terrestre, las máquinas expendedoras, la radio…
El CERMI y la Fundación ONCE se han propuesto poner negro sobre blanco las dificultades de la accesibilidad y el diseño para todos a corto y medio plazo, es decir, de la próxima generación española, en su estudio “Las nuevas fronteras de la accesibilidad a las tecnologías de la información y la comunicación. Estudio de prospectiva sobre la accesibilidad en la sociedad de la Información y las TIC. Informe de resultados (2012)”.
Por enumerar algunas propuestas, el estudio recomienda la extensión del libro electrónico y el autoaprendizaje en educación, fomentar el teletrabajo y desmitificar los horarios rígidos en el entorno laboral, e impulsar las redes sociales y cualquier dispositivo móvil para facilitar la cotidianeidad de las personas con discapacidad.
El jefe del Departamento de Tecnologías Accesibles e I+D de la Fundación ONCE, David Zanoletty, ve “muy complicado” un futuro plenamente accesible para las personas con discapacidad, si bien apuesta por estar “vigilantes” en la fase de diseño de los productos antes de que lleguen al mercado.
“La tecnología va a tal velocidad que es realmente complicado, pero estaremos más cerca de lograr ese futuro al 100% accesible si los usuarios, las personas con discapacidad, trabajamos de la mano con los generadores de la tecnología”, apunta.
Para Zanoletty, las soluciones pasan por acercar al movimiento asociativo de las personas con discapacidad a los sitios de producción de las marcas, ya que, según asegura, “en el campo de los grandes fabricantes hay todavía mucho desconocimiento de cuáles son las necesidades reales de los usuarios con discapacidad”.
Vigilar el diseño
El director general del Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC), Juan Luis Quincoces, tampoco prevé un futuro totalmente halagueño en este sentido, aunque advierte de que “estamos mejorando”.
Quincoces desea que “la accesibilidad sea una parte a contemplar siempre en el diseño universal” y reflexiona sobre el camino que hay que seguir: “La tecnología corre tanto que si hay a veces dificultad para que la puedan seguir personas que están muy involucradas en estos temas, más en personas que tienen algún tipo de dificultad para seguirla”.
“La tecnología tiene que ser vigilada y perseguida en el buen sentido para que, desde su inicio, se contemple un diseño amplio, universal y se promueva su uso en todos los ámbitos”, añade.
Similar es la opinión de otra experta, Cristina Rodríguez, directora del CEAPAT (Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas), dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y que ha colaborado en el estudio “Las nuevas fronteras de la accesibilidad a las tecnologías de la información y la comunicación”.
“Se necesita mucho esfuerzo, muchas implicación y no dormirse en los laureles. Tenemos que estar muy atentos. No podemos perder esa sensación de estar en alerta, tenemos que estar continuamente vigilando, revisando y adelantándonos a las cosas que van saliendo para asegurar esa plena accesibilidad”, explica.
Nuevas normas
Una de las patas que conviene vigilar es la legislación, que actualmente promociona el diseño con nociones de accesibilidad para productos hardware y software, pero, salvo en el caso de las webs, no existe una normativa técnica detallada que garantice que el fabricante diseñe un dispositivo realmente accesible.
Un caso paradigmático de buenas prácticas, según Zanoletty, lo representa iPhone, “el primer teléfono que sale de fábrica con ese concepto de que puede ser utilizado por cualquier tipo de persona con discapacidad y para una variedad enorme de usuarios”.
Zanoletty señala que las pantallas táctiles pueden ser una opción para hacer de la tecnología una herramienta completamente accesible y recalca que la “llegada masiva” de esta manera de utilizar los productos le hacen ver “con optimismo” que el grado de accesibilidad tecnológica alcance “prácticamente el 100%”.
Lo mismo opina Quincoces, quien precisa que su llegada hace unos pocos años “fue una ventaja interesante desde el punto de vista visual y hoy también para temas cognitivos porque tienen reconocedores de voz”.
Rodríguez también sitúa al teléfono móvil entre los inventos tecnológicos más inclusivos porque permiten “que las personas con discapacidad visual o sordas puedan tener una mejor comunicación”.
Redes sociales
La exclusión digital está, según apuntan los expertos, también en áreas como la educación, el mercado laboral y las redes sociales, y en productos concretos como la televisión digital terrestre, aún inaccesible para las personas con discapacidad intelectual por la complejidad de algunos menús.
Sobre las redes sociales, Cristina Rodríguez apostilla que tienen “enormes posibilidades” de ser accesibles, pero aún no cumplen con estos criterios en líneas generales. “Están teniendo actualmente mucho impacto y el derecho a la participación es muy importante”, comenta.
Por otro lado, Rodríguez señala que en el CEAPAT apuestan por la domótica para que las personas mayores y con discapacidad puedan desarrollar una vida más cómoda, independiente y segura en una vivienda inteligente y Quincoces pone como invento tecnológico modelo los implantes retinales y algunos sistemas biónicos que “parecen futuristas” y mejoran la vida de las personas con discapacidad física.
Todas las dificultades se solventan bajo el paraguas de incrementar la conciencia que las empresas, las empresas, los clientes y los legisladores tienen acerca de su responsabilidad en materia de accesibilidad, a través de leyes y campañas de sensibilización.
El estudio del CERMI y la Fundación ONCE aboga también por el hecho de que el sector asociativo de las personas con discapacidad refuerce sus líneas de acción en la vigilancia tecnológica y en la generación de información útil y actualizada sobre el uso de la tecnología por parte de las personas con discapacidad.
