En estos términos se expresó la vicepresidenta del Comité Cedaw de la ONU y vicepresidenta de la Fundación CERMI Mujeres, Ana Peláez, en un evento de la Alianza Internacional de la Discapacidad organizado de forma paralela con motivo de la 14 reunión de la Conferencia de Estados Partes de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD, por sus siglas en inglés).

 

Con el título ‘Nada sobre nosotras, sin nosotras: ampliar las prioridades de las mujeres y niñas con discapacidad en los Comités de la CRPD y la Cedaw (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, por sus siglas en inglés) en el proceso de recuperación post-COVID’, el evento tuvo como objetivo reflexionar sobre cómo defender mejor los derechos humanos de las mujeres y niñas con discapacidad teniendo en cuenta el impacto negativo que la pandemia ha traído en la vida de todas ellas.

 

De esta manera, Ana Peláez, se refirió al título ‘Nada para nosotras, sin nosotras’ que según ella “es el principio fundamental que debe guiar esta defensa de derechos”. Así, hizo hincapié en las diferentes recomendaciones, que según la Fundación CERMI Mujeres, “deben servir de base para la defensa de Derechos Humanos de las mujeres y niñas con discapacidad, así como de las madres y cuidadoras de personas con discapacidad”.

 

Así, Peláez recordó la necesidad de trabajar con los procedimientos con relatores y relatoras especiales de la ONU, “no solamente con los que se dedican a la discapacidad sino con todos, para dotarlos de un enfoque interseccional”. Además, puso de manifiesto que, trabajar con la CSW (Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, por sus siglas en inglés) y con ONU Mujeres requiere que “las organizaciones de la discapacidad trabajen en políticas de igualdad de género y derechos de mujeres y niñas con discapacidad”.

 

Igualmente, aseguró que es necesario reforzar la incidencia política con otras agencias especializadas del sistema de Naciones Unidas como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Estrategia de las Naciones Unidas para la inclusión de personas con discapacidad (Undis) o Unicef.

 

Además, hizo alusión a la necesidad de que las organizaciones de personas con discapacidad, pero, “muy concretamente” las organizaciones de mujeres con discapacidad, tomen un “rol activo” en la defensa de los derechos ante el Comité Cedaw. “Normalmente no se está haciendo y es fundamental que haya una presencia concreta de estas organizaciones específicas de mujeres con discapacidad ante el Comité”, recalcó.

 

También, hizo alusión a la necesidad de aplicar el principio de interseccionalidad con otras convenciones internacionales, así como “intensificar el trabajo de incidencia política y defensa de derechos en el Consejo de Derechos Humanos”.

 

En relación a esto, mencionó el examen periódico universal, un mecanismo del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que periódicamente examina la situación de los derechos humanos en los 193 estados miembros de la ONU. En este sentido, recordó que “apenas se reporta sobre la situación de las mujeres y niñas con discapacidad”.

 

De la misma manera, se refirió a los Debates Generales de mujeres de la ONU. De hecho, puntualizó que el próximo 5 de julio el debate centrará la cuestión en la violencia contra mujeres y niñas con discapacidad. “Hay que hacer incidencia para que en esa agenda del Consejo aparezcan las mujeres y niñas con discapacidad”, defendió Peláez.

 

Por último, hizo hincapié en la necesidad de garantizar la presencia de mujeres expertas con discapacidad en todo el sistema de Naciones Unidas y de Derechos Humanos, y apostar por las políticas de discapacidad y mujer porque, según destacó “tenemos que hacer valer ese principio de nada para nosotras sin nosotras”.