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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 02 de mayo de 2014cermi.es semanal Nº 121

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Opinión

En la buena dirección

Hospital de Parapléjicos

José Manuel González Huesa, director de “cermi.es semanal” y director general de Servimedia

02/05/2014

José Manuel González Huesa, director de “cermi.es semanal” y director general de ServimediaLas celebraciones anuales sirven para mirar, de una manera pausada, el tiempo transcurrido y para analizar el trabajo, los defectos y las oportunidades. Cuando ya se cumplen 40 años, la perspectiva es aún mayor y permite confirmar las equivocaciones y destacar los aciertos. 
 
En este caso, se cumplen cuatro décadas de la apertura del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, el principal hospital público de referencia para el tratamiento de la lesión medular y un modelo en el mundo (de esos que sirven para resaltar la “marca España”).
 
Se inauguró el 7 de octubre de 1974 por los todavía Príncipes de España, que un año más tarde pasarían a ser los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía. El hospital iniciaba un camino de profesionalización, especialización, que en pocos años era reconocido en el resto del territorio nacional. 
 
Entonces, los hospitales pertenecían a la Seguridad Social (de hecho, todos los viejos centros sanitarios son propiedad del Estado). Con el proceso de transferencias sanitarias a las comunidades autónomas, el Hospital de Parapléjicos pasó a depender orgánicamente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).
 
Esta dependencia es una de las contradicciones del modelo sanitario que tenemos. Es un centro de carácter nacional, pero depende de la consejería de salud manchega. Sus necesidades las lleva el consejero de Castilla-La Mancha al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Y ahí radica una de sus debilidades porque no hay un protocolo de actuación global para todo el Estado en materia de lesionados medulares. Cada autonomía decide sus prioridades. El Ministerio debería ejercer su labor coordinadora para fomentar estas prácticas (dicen que están en ello).
 
De las mil personas que cada año incrementan los casos de lesionados medulares, un 30 por ciento (por tanto, 300) terminan en el hospital de Toledo. Su labor es completa: tratamiento, rehabilitación, terapia ocupacional, autonomía, estimulación… Y como dice su actual director, Francisco Marí, tratar desde el primer momento tanto al paciente como a sus familiares a través del equipo de psicólogos del centro.
 
Va a coincidir su aniversario con su remodelación, con una pega: ni va a ser un hospital nuevo (el presupuesto no permite una transformación total) ni desaparece el viejo edificio. Van a convivir los dos con las mejores adaptaciones posibles. Y esperan que, por fin, este año entre en funcionamiento las nuevas instalaciones deportivas que cedió Rafael del Pino y donde van a practicar deporte las personas con y sin lesión medular en el mismo centro.
 
Con el paso del tiempo, el paciente ha ido envejeciendo y proviene de otras patologías: ha pasado de tener una media de 36 años en los años 70, a superar los 50 años actualmente. Se nota que ha descendido el número de accidentes de tráfico y hay una mayor concienciación de los conductores y motoristas (por fin, se toman medidas de seguridad, como ponerse el cinturón y el casco).
 
El hospital está muy centrado en la investigación, cuenta con un equipo de cien personas, divididos en 12 grupos dedicados a la regeneración, protección y elasticidad del cuerpo humano. Cuenta con una Fundación para la Investigación y la Integración, creada en 2004, que colabora con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 
 
De hecho, trabajan conjuntamente con un exoesqueleto que podría terminar sus pruebas en tres años. Una labor con todo tipo de especialistas: médicos, clínicos, terapeutas o ingenieros y con el objetivo de que el paciente mejore su autonomía y se estimulen sus músculos. 
 
La investigación con células madres es más lenta, aunque los expertos dicen que el futuro pasa por esta línea de trabajo. Veremos.
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