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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 12 de marzo de 2021cermi.es semanal Nº 428

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Incluidas

Myriam Arnáiz Caballero, directora de Autonomía Personal de Predif

“La asistencia personal es la clave para romper con un sistema de vida impuesto”

11/03/2021

Blanca Abella

Myriam se desplaza en silla de ruedas desde siempre, tiene una discapacidad congénita que ha condicionado su vida y le ha llevado a un punto en el que hoy se siente feliz, eso sí, tras superar muchas barreras y trabajar su propia autoestima desde una psicología propia y aprendida. Sus estudios en esta materia en la Universidad de Sevilla y su compromiso con los derechos de las personas con discapacidad han hecho de ella una profesional entregada y convencida, y ahora trabaja en Predif con el cometido de trasladar al mundo la filosofía de vida independiente, basada sobre todo en la figura del asistente personal.

Myriam Arnáiz Caballero, directora de Autonomía Personal de PredifSu primer año de escuela no pudo cursarlo porque le negaron el acceso. Fue su madre entonces quien dio la pelea, logrando que la aceptaran con un año de retraso y comprometiéndose a acudir ella misma al colegio cuando fuera necesario, o sea, cada día, al menos durante los recreos. Era su madre quien la llevaba a esos espacios para que Myriam los compartiera con sus compañeros, como una más. 
 
Cuando su madre no pudo ocuparse de esos momentos, ella tuvo que quedarse sin recreo, aunque cuenta entre risas que aprendió a coser y ahora le viene muy bien. Sin embargo, Myriam estaba un poco perdida, le faltaron muchos momentos de compartir juegos y risas, de hablar con sus compañeros. “No sabía cómo hacer amigos, pero no recuerdo acoso ni comportamientos negativos, de hecho, la gente intentaba acercarse a mí, pero yo no sabía cómo relacionarme". Asegura que hizo un ejercicio de reflexión y "empecé a relacionarme y estar más tranquila con el resto de la gente y a finales de la ESO logré un grupo de amigos y salir un poco más".
 
Entonces no conocía el movimiento asociativo ni pudo contar con ese apoyo, que ahora considera fundamental. De hecho, cuando era adolescente, veía mal eso de unirse a un grupo de iguales, por si le separaba del resto: "Pensaba que si entraba en una asociación me estaba apartando del mundo, pero no es así, y esto es algo que reivindico en el movimiento asociativo, que traslademos este mensaje a la gente joven”.
 

Psicología y activismo

 
Le costó cierto tiempo convencerse de las ventajas de pertenecer a esos grupos de iguales, del valor de las asociaciones y del activismo. A finales de la carrera, estudió Psicología, decidió acercarse al departamento para personas con discapacidad, y explica que no acudió antes porque no "sabía lo que me podían aportar, no llegué a entender su papel". Fue entonces cuando se asentó un poco más y, pasada esa adolescencia caótica, como la define ella, comenzó a aportar su granito de arena participando en los proyectos de este departamento de la Universidad de Sevilla. “Lo primero que hice fue ir por los institutos dando talleres sobre conceptos relacionados con la discapacidad, explicando términos como la inclusión, o la diferencia entre discapacidad y minusválido, término ya obsoleto”, relata. Fueron dos años. También ofrecía una ponencia para todos los alumnos de nuevo ingreso de la Universidad de Sevilla sobre motivación y cómo afrontar la entrada en una universidad presentando una discapacidad, explicando a las personas con discapacidad cómo hacer uso de los recursos que se les ofrecía.
 
Terminada la carrera continuó su activismo por su cuenta, colaborando en acciones puntuales, como talleres de autoestima en la discapacidad y otras cuestiones similares; se desplazaba de un sitio a otro según la iban llamando, por el boca a boca, en institutos, asociaciones, ayuntamientos... trasladando el mensaje de la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad. Estaba "encantadísima" con esta labor. Fue entre los años 2013 y 2019, al mismo tiempo que seguía aprendiendo: “Siempre formándome y con muchísima curiosidad por todo, sobre todo con la psicología y con todo lo relacionado con los derechos de las personas con discapacidad”. 
 
Su primera escapada fue a Madrid, poco después de terminar la carrera, con la idea de formarse y aprender a vivir de manera independiente. “Siempre tuve muchos miedos a dar ciertos pasos, por ejemplo, durante mi carrera no salí sola a ningún sitio y ni siquiera conocía el centro de Sevilla, eran algunas inseguridades que te iban creando la discapacidad y el entorno, pero poco a poco me fui desarrollando y al finalizar la carrera decidí irme a Madrid para ponerme más a prueba, y dar un paso más, para ver dónde podía llegar”. Sus padres estuvieron siempre a su lado, apoyándola en todo, pero también necesitaba desvincularse de ese rol. 
 

Asistencia personal

 
Después de pasar un año estudiando en Madrid, buscó otra excusa para irse de casa, “buscaba alternativas que promovieran mi proyecto de vida independiente”, y decidió estudiar un máster en Granada. Antes de instalarse se interesó por las opciones que le ofrecían en los servicios sociales, pero solo le hablaron de una residencia o la ayuda a domicilio. Llegó a Granada decidida a buscar algo mejor y por fin en una asociación escuchó por primera vez el concepto de “asistencia personal”.  
 
“Los dos años de Granada son de los más felices de mi vida y cuando más independiente me he sentido”. Todavía lo relata como si se tratara de un ensueño: “No me lo creía, estaba acostumbrada a un modelo de vida en el que era yo la que tenía que ajustarse a los horarios de los demás, ya fuera el de mis padres o el de la residencia... fue brillante descubrir la Asistencia personal”. 
 
Finalizado su máster en Granada, ‘Psicología General Sanitaria’, “que me habilitaba para poder ejercer las actividades sociosanitarias, o sea para poder trabajar”, regresa a Sevilla, pero enseguida recibe una llamada de Predif y vuelve a Madrid... “No he parado, pero todo esto ha sido lo que me ha dado fuerza y me ha hecho desarrollar mi proyecto de vida independiente”, explica Myriam en su relato entre viaje y viaje.
 
En marzo de 2019 empieza a trabar en Predif, como técnica del Área de Autonomía Personal y Vida Independiente, sobre todo impulsando y promoviendo la figura del asistente personal. Y este año, hoy mismo, comienza su etapa como directora de Autonomía Personal de Predif, un nombramiento que se produce cuando tan solo lleva dos años trabajando en esta área. 
 
“Hay muchísimo camino por recorrer, un incansable camino, pero ese es mi trabajo en Predif, darle promoción, impulsar esa figura del asistente personal, darle valor y darlo a conocer a la población general, a las personas con discapacidad y a las propias administraciones públicas”. En estos momentos, asegura que lo más importante y con lo que trabajan ahora en Predif es la sensibilización, que se lleva a cabo en continuas reuniones sobre todo con la Administración, en una tarea de incidencia político, donde "tengo bastante soltura y toda la ilusión del mundo, sobre todo por darme la oportunidad de que se escuche aún más mi voz". 
 

Filosofía de vida

 
En ese modelo que defiende y difunde, la figura del asistente personal es el centro de un concepto general de vida independiente según el cual “las personas con discapacidad tienen derecho a tomar sus propias decisiones”. Por eso, explica, “un asistente personal no tiene que sobrecargarse de formación, nosotros trasladamos una formación básica de 50 horas sobre esa filosofía de vida independiente, y trasladamos también a las personas con discapacidad el derecho que tienen a elegir, porque es la persona usuaria quien va a decir lo que necesita y cómo lo necesita y es la propia persona usuaria la que mejor va a formar a su asistente personal”. 
 
Asegura que las administraciones públicas “están abiertas a escucharnos y acoger las propuestas, pero también depende de la comunidad autónoma, porque existe mucha desigualdad territorial en la figura del asistente personal, por ejemplo, algunas comunidades autónomas lo contemplan a partir de los 18 años, otras a partir de los tres años y nosotros hemos hecho un documento de criterios comunes que deben ser equitativos para todo el territorio”. 
 
Se despide con muchas ganas de asumir este nuevo trabajo, asegurando que la asistencia personal es “la puerta abierta a la vida independiente, la clave para romper con un sistema de vida impuesto y para desarrollarse a nivel personal, aparte de las capacidades que tengas o no, un desarrollo en tu autoconcepto y tu autoestima que te permite decidir”. 
 
Myriam Arnáiz es licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla (2013). Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad de Granada (2018), y experta en Psiconutrición y en Trastornos de la Conducta Alimentaria.
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