Opinión

La internacionalización de la discapacidad española

Por Alberto Durán, secretario general del CERMI

01/04/2013

El colectivo de personas con discapacidad en España representa el 10% de la población española. Este dato de por sí importante, es también significativo por cómo la sociedad civil defensora de los derechos de las personas con discapacidad ha sabido organizarse, unir esfuerzos, compartir responsabilidades y profesionalizar sus estructuras.

El ejemplo del trabajo desarrollado por el movimiento asociativo de personas con discapacidad, agrupado en torno al CERMI, es un ejemplo digno de convertirse en referente a nivel mundial. Esta afirmación se fundamenta en el buen trabajo realizado desde hace muchas décadas por las entidades de la discapacidad, así como sus familias.

Uno de los elementos más exitosos del movimiento de las personas con discapacidad en España es esta unión generada en torno al CERMI, así como el impacto que esta organización tiene en todos los ámbitos de la política y la sociedad española, siendo escuchado en la mayor parte de las iniciativas legislativas, y no sólo en lo que se refiere exclusivamente a las personas con discapacidad. Este hecho no es único en España, pero es verdad que es un trabajo de lobby organizado con unos resultados dignos de ejemplo a nivel mundial.

Es una realidad que hemos sido más lentos en intentar asegurar que la cooperación española (sobre todo la AECID) fuera plenamente inclusiva hacia las personas con discapacidad, no tanto en lo que se refiere a proyectos específicos (tanto FOAL como COCEMFE tienen proyectos exitosos en este sentido), sino en asegurar que todos los programas de cooperación tengan en cuenta a las personas con discapacidad.

En este sentido, el estudio que hizo el CERMI sobre cómo la discapacidad ha sido tenida en cuenta en la actuación en el ámbito de la cooperación internacional ha sido un elemento importante, aunque lamentablemente ha coincidido con una crisis económica relevante que va a impedir que cualquier mejora planteada pueda tener efectos en el corto plazo.

También la Fundación ONCE ha apoyado de forma estratégica el trabajo coordinado de las principales organizaciones internacionales de la discapacidad durante el proceso de negociación y posterior aplicación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la cual se ha convertido en el principal referente para las leyes y políticas públicas sobre y para personas con discapacidad.

El primer apoyo de la Fundación ONCE se concretó en la celebración de una reunión de expertos con discapacidad en Madrid en diciembre de 2003. Esta reunión trajo a Madrid a los doce representantes del sector de la discapacidad que habían sido elegidos de forma consensuada para estar presentes en el grupo de trabajo creado por Naciones Unidas para formular el primer borrador de la Convención. Este grupo de trabajo se reunió durante dos semanas en enero de 2004 en Nueva York y las aportaciones de los representantes de las ONG de personas con discapacidad fueron de especial relevancia.

La reunión de Madrid, a la que asistieron asimismo otros expertos, permitió que estos doce representantes fueran a la reunión de Nueva York con una mejor comprensión de las principales demandas de las ONG de personas con discapacidad representativas de diversos colectivos de personas con discapacidad y de las distintas regiones.

La Fundación ONCE continuó apoyando el proceso de negociación en especial a través del apoyo prestado al Foro Europeo de la Discapacidad (al que pertenece el CERMI) entidad que jugó un papel importante en la articulación coordinada de las diversas ONG de personas con discapacidad (agrupadas en lo que fue a llamarse el Caucus Internacional de la Discapacidad), así como aportando el know-how del sector europeo de las personas con discapacidad tanto en cuanto a contenidos de la Convención, así como la experiencia en materia de incidencia política.

De nuevo, la Fundación ONCE auspició una reunión en Madrid en junio de 2006 de los principales líderes del Caucus Internacional de la Discapacidad, unos meses antes de lo que parecía ser y fue la última reunión del Comité de Naciones Unidas que elaboró la Convención. Esta reunión permitió definir la estrategia del sector de la discapacidad en los temas más espinosos que quedaban por resolver en el proceso de negociación.

El presidente del Comité de Naciones Unidas, el embajador de Nueva Zelanda Don McKay, afirmó durante el día en que se aprobó el texto (agosto de 2006) que según él, un 70% del texto de la Convención se debía a las aportaciones de las organizaciones de personas con discapacidad.

En 2008, Fundación ONCE llegó a un acuerdo con el Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas para organizar una reunión en Madrid en la que participaron los líderes internacionales del sector de la discapacidad y una serie de expertos de derechos humanos procedentes de otros sectores (niñez, género, etc.). El principal objetivo de esta reunión fue ayudar a las organizaciones internacionales de personas con discapacidad a definir su estrategia y plan de actuación de cara a poder apoyar la aplicación efectiva de la CDPD.

Desde finales del año 2008 hasta la fecha, la Fundación ONCE ha centrado su apoyo en la Alianza Internacional de la Discapacidad (IDA en sus siglas en inglés), entidad que agrupa a las principales ONG globales y regionales de personas con discapacidad.  IDA se ha convertido en el principal referente y plataforma de las personas con discapacidad en el ámbito de Naciones Unidas.

El apoyo de la Fundación ONCE, que fue especialmente importante de cara a asegurar la continuidad de esta entidad, siempre se ha realizado con pleno respeto a la autonomía de la entidad y sin intenta ejercer ningún tipo de influencia en sus actuaciones y posiciones. En concreto, este apoyo ha permitido a la Alianza Internacional de la Discapacidad avanzar en los siguientes ámbitos:

• Seguimiento estrecho del recién creado Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, asegurando que las ONG de personas con discapacidad de los países revisados por este Comité conozcan el proceso y sean capaces de aportar su información independiente al Comité.
• Monitoreo del trabajo de los restantes Comités de derechos humanos de Naciones Unidas, de cara a asegurar que estos Comités incrementen su atención a los derechos de las personas con discapacidad.
• Participación activa en la Conferencia de Estados Partes de la CDPD que se celebra anualmente.
• Participación activa en el Consejo de Derechos Humanos d Naciones Unidas y en el proceso del Examen Periódico Universal (EPU), promoviendo la visibilidad de las personas con discapacidad en este proceso.
• Participación en la negociación de las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas y de sus diversos órganos subsidiarios, influyendo de manera significativa tanto resoluciones específicamente dirigidas a personas con discapacidad cómo otras de ámbito más general.
• Seguimiento estrecho del trabajo de las principales agencias de Naciones Unidas, en especial, UNICEF, PNUD, UN Mujeres, OIT y OMS. Presencia en el comité de gestión de la red global de la OIT de empresa y discapacidad.
• Participación activa en el proceso de revisión de los Objetivos del Milenio (ODM), de cara a asegurar la adecuada inclusión de las personas con discapacidad en el nuevo marco que definirá la cooperación internacional. Un importante primer paso se dio al conseguir que el documento final de la conferencia de Rio+20 (junio 2012) incluyera un buen número de referencias a las personas con discapacidad, posicionando por primera vez a las personas con discapacidad de manera visible en la agenda del desarrollo sostenible.
• Participación activa en la planificación de la Reunión de Alto Nivel sobre discapacidad y desarrollo que se celebrará el 23 de setiembre de 2013.
• Capacitación activa de ONG de personas con discapacidad en un número importante de países en desarrollo.
• Papel fundamental en la creación de un fondo multifiduciario de promoción de los derechos de las personas con discapacidad, el Partenariado de Naciones Unidas para los derechos de las personas con discapacidad, en cuya directiva participa IDA.

En conclusión, la Fundación ONCE ha aportado de forma desinteresada, y en colaboración con otras entidades del movimiento asociativo, recursos que han servido para fortalecer al movimiento internacional de las personas con discapacidad y permitir así que los derechos de las personas con discapacidad sean tenidas en cuenta en las principales iniciativas internacionales, en especial aquellas que pueden mejorar la situación de las personas con discapacidad en los países en desarrollo.

Estas son algunas reflexiones desde el ámbito del CERMI y desde la Fundación ONCE, si bien considero que el CERMI está en posición privilegiada para colaborar con el Gobierno español en conseguir que el Gobierno español tenga visibilidad como uno de los países líderes a nivel global en la promoción de los derechos de las personas con discapacidad.

Asimismo, la internacionalización de la discapacidad española será una necesidad impuesta por la propia evolución económica, relacional y comunicativa a nivel mundial, pudiendo prepararnos para la misma y diseñar una estrategia que nos permita situarnos en el lado de las posibilidades y el potencial y no en una actuación meramente defensiva.