Tras dos jornadas de buenas prácticas en materia de cooperación entre asociaciones de la discapacidad, celebradas en 2016 y 2017, hace apenas un par de semanas se celebró un nuevo encuentro en el que se dieron también cita otros actores sociales. En torno a estas celebraciones se está gestando un documento que pretende recoger esa idea de convergencia social. “La idea es intentar que las organizaciones reflexionen y abandonen su zona de confort, que se den cuenta de que existen otras realidades y es necesario abrirse a otras circunstancias”, afirma Paulino Azúa. Y apunta la urgencia de este cambio en un momento en el que “la sociedad evoluciona a tal velocidad que el futuro casi es pasado sin haberse detenido en el presente”, y enumera una serie de cuestiones que en los últimos años reclaman un protagonismo necesario, como es el feminismo, la ecología, el desarrollo sostenible y los ODS, y sobre todo la Convención de la ONU sobre Discapacidad. 

 

La introducción es compartida por todos los componentes de esta mesa, como Óscar Moral, presidente de CERMI Comunidad de Madrid, que asegura que “si la discapacidad no mira hacia otros lugares está en riesgo de quedarse obsoleta”. Por eso hay que ser proactivos, incluso adelantarse al futuro, como advierte Mar Barbero, miembro de la Comisión de Cooperación e Innovación Asociativas del CERMI y directora de Fedace, quien alude a la fuerza del CERMI y su capacidad de unión para continuar en ese camino como un “movimiento generoso y solidario”. “Tenemos que conseguir que la sociedad nos vea como una representación de personas que aportan, en temas de feminismo, de ecología, de tecnología… y si es una oportunidad no nos podemos quedar atrás”, sentencia.

 

 

La voluntad de la Administración de trabajar en esta dirección queda patente en las palabras de Jesús Celada, director general de Políticas de Discapacidad, quien afirma que la Administración “debe estar a la altura de las circunstancias” y la nueva vicepresidencia de derechos sociales debe cumplir con las ilusiones y expectativas creadas: “Es una vicepresidencia que se refiere a los derechos sociales y que genera una ilusión en torno al tercer sector que no debe quedar solo en ilusión, y también es necesaria la dotación económica y que el Gobierno haga un aporte serio y considerable”.

 

Celada entiende que el momento actual de debate en el sector corresponde a una lógica evolución y recuerda otros momentos de cambio, como hace 40 años, con la Lismi y su importante aportación al mundo de la discapacidad, especialmente en el ámbito del empleo. Veinte años después llegaba la Liondau, aportando también una nueva visión desde el diseño universal y el diálogo civil. Ahora, otros 20 años después, asegura que nos encontramos en otro punto de inflexión tras una historia reciente con cambios importantes, como ha sido la ratificación de la Convención de la ONU sobre Discapacidad, la aparición de la Agenda 2030 y sobre todo la crisis económica, territorial y política, que ha derivado en “una inestabilidad que se ha prolongado más de lo debido y ha generado que la sociedad quizá crea más en las entidades sociales que en la política”.

 

Asegura el director general de Políticas de Discapacidad que hay otras cuestiones a las que también se debe prestar atención, como son “la revolución tecnológica, la importancia de la mujer, la España vaciada, la soledad, que invitan a una reflexión profunda y a la Administración no le queda otra que intentar retomar la confianza de la ciudadanía”.

 

 

Abrirse a otras realidades y tender puentes, esa es la clave y así lo entiende Mar Barbero, que habla del trabajo en red y asegura que “la discapacidad tiene experiencia defendiendo derechos, con la reivindicación, y tendiendo puentes, y es muy importante enlazar a la Administración y a las entidades privadas, y trabajar entre todos por un futuro más abierto a todas las realidades”.

 

Y es en esta cuestión donde también quiere entrar la Administración porque, según Jesús Celada, “una de las cosas a las que tenemos que contribuir desde la Administración es saber ejercer ese puente entre lo privado y lo público”. Y elogio a las entidades sociales de la discapacidad, que “han demostrado que saben adaptarse en estos años de transformación y han estado vivas; tenemos un tejido social muy fuerte”. Asegura que siempre se habla de la calidad de la sanidad en España, pero “los profesionales del ámbito de lo social también son los mejores de Europa”.  

 

Paulino Azúa asegura que “habría que pensar en una ley de mecenazgo no solo para proyectos deportivos o artísticos, porque no es posible que el Estado lo asuma todo y habrá que estimular a las empresas, muchas ya lo están haciendo bien, pero debería extenderse más”. Y según Óscar Moral es fundamental la entrada de todos estos actores en la construcción de una sociedad inclusiva, “en el ámbito empresarial pero también entre las organizaciones de empresas pequeñas y en los sindicatos, queda mucho en este sentido, por parte de ellos y por la nuestra, tenemos que entrar en sus agendas, que no nos contemplen como un problema porque somos también solución a sus planteamientos”. Y añade: “Nos falta trasladar la diversidad de la discapacidad, no somos un error entre los seres humanos, somos un valor dentro de los seres humanos y creo que eso no está suficientemente claro”.

 

 

Y se habla también de la importancia del mundo universitario, “por la investigación y el rigor que aportan y por el papel que pueden jugar estableciendo más disciplinas en materia de discapacidad, incluyendo la discapacidad como materia en carreras, máster, etc.”, explica Paulino Azúa, que incluye también dos estatutos que a su juicio quedan por alcanzar: “En primer lugar, el estatuto del contribuyente, es decir que eres ciudadano de pleno derecho pero si no eres contribuyente y reclamado por Hacienda tampoco terminas de existir plenamente, y en segundo lugar, el de consumidor; tenemos que ser capaces de ver la fuerza que tiene la discapacidad en el consumo y tendremos que adoptar alguna estrategia en ese sentido, ¿por qué no somos miembro de la OCU? Parece que eso no va con nosotros y es un reflejo más de nuestro aislamiento”.

 

Y casi terminando, el moderador de la mesa, José Manuel González Huesa, director de Servimedia y director del cermi.es semanal, introduce dos cuestiones importantes en una sociedad para todos: la cultura y el deporte. El resto de los participantes muestran su entusiasmo ante esta cuestión, que no es menor. Si bien en la cultura inclusiva aseguran que se ha avanzado bastante, el tema del deporte es amplio y controvertido. Están de acuerdo en que no es una cuestión de superhéroes o de élites y que el verdadero problema está en el deporte de base. “Las políticas deportivas del siglo XXI debían estar más encaminadas a los derechos sociales, ahora están muy dirigidas a la élite y el deporte tiene mucho que ver con los derechos sociales y con la salud”, asegura Jesús Celada. 

 

Y es también el representante de la Administración quien apunta la importancia de otras cuestiones, como es el papel de las nuevas tecnologías: “Creo que la discapacidad ha perdido ciertos espacios en la combinación con la tecnología y puede ser que nos quedemos atrás; la discapacidad tiene que estar más presente en donde se están diseñando y decidiendo las directrices tecnológicas”. Y finalmente, añade, “nos queda desde las administraciones otro reto, facilitar estudios y datos; tenemos que generar una estadística más pormenorizada de la discapacidad y ahora se va a hacer pública la encuesta EDAD, que adolece de ciertos aspectos y habría que mejorarlos”.

 

El reto que se plantea en esta mesa, ‘Qué de bueno puede hacer la discapacidad por la sociedad’, tiene de partida dos ventajas que aporta el CERMI en su esencia. Según Óscar Moral, la plataforma de la discapacidad siempre ha planteado un mensaje “potentísimo” en todas sus iniciativas y es el imperativo de “no dejar a nadie atrás”. Junto a este principio fundamental, otro que persiste a pesar de los tiempos: “No renunciar a la conservación de los derechos, que no haya vuelta atrás”, sentencia el presidente de CERMI Comunidad de Madrid.