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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 18 de noviembre de 2016cermi.es semanal Nº 235

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Opinión

Abraxas

No seas mi límite

Por Arturo San Román Ferreiro

18/11/2016

A Jorge Villa, fotógrafo de Servimedia, por reflejar en cada foto la normalidad

 
Arturo San Román Ferreiro, Experto en Comunicación SocialMe gusta la campaña de este año de la Fundación Once. No se puede decir más en tan poco tiempo. Miles de personas formadas y listas para integrarse en el mundo laboral sin límites, pero tú sí se los pones. Léase tú por sociedad.  
 
En los últimos 25 años las campañas de publicidad de la ONCE y su Fundación han sido un verdadero revulsivo. Han dado visibilidad a los invisibles, han puesto rostro, nombre y apellidos a más de cuatro millones de personas con discapacidad que hasta entonces permanecían en la penumbra social. Esta publicidad institucional ha abierto puertas a la creatividad, ha roto viejos estereotipos y ha creado claves de comunicación hasta entonces inexistentes. Una de las grandes aportaciones ha sido romper la narración lineal del mensaje, ya sea de un spot de televisión o de una cuña radiofónica, para convertir ese mensaje en una historia de y con personas reales. Una forma de hacer que hoy se emplea con frecuencia en creatividad publicitaria.
 
Y todo eso me lleva a una reflexión sobre la comunicación como herramienta de inclusión de las personas con discapacidad. 
Parece claro que todo lo que se ha hecho en comunicación en los últimos 25 años por parte de Fundación Once, el CERMI y el mundo asociativo de la discapacidad ha servido para cambiar la percepción social de la discapacidad. Y no quiero dejar de mencionar la aportación esencial e histórica de SERVIMEDIA como herramienta imprescindible para ese cambio de percepción. El trabajo realizado ha dado sus frutos. Hoy la inclusión de personas con discapacidad en lo cotidiano es visible. Pero la pregunta es: ¿inclusión es igual a normalización? Y aquí es donde yo digo que no.
 
Las personas con discapacidad siguen siendo percibidas como un mundo aparte, con sus propios códigos de conducta, y esta visión es todo lo contrario a la normalización. En este punto es donde debemos reflexionar sobre nuestras formas de comunicar, porque hasta ahora se ha generado visibilidad, pero no conocimiento, y el conocimiento es la base de la normalización. El conocimiento solo se consigue con la comunicación directa, y es imposible generarlo si no se comparten espacios comunes.
Pero ¿cómo conseguir que la sociedad conozca realmente la realidad de las personas con discapacidad?, realidad que en la mayoría de los casos no es distinta a la realidad de cada uno de los miembros de la sociedad.
 
Para empezar, el mundo asociativo debe dejar de ser endogámico, porque la endogamia refuerza, en el resto de la sociedad, la idea de grupo cerrado. Por otra parte, limita la capacidad de interrelación con el entorno y por lo tanto la capacidad de generar una comunicación empática que promueva el conocimiento.
 
Es necesario crear espacios de comunicación informal donde la comunicación adquiere un carácter emocional y cómplice.  Este tipo de espacios generan reconocimiento y posicionan en igualdad a los diferentes interlocutores.
 
Mientras no se consiga el conocimiento de la realidad los medios de comunicación, el mundo de la publicidad y el cine, seguirán trasladando una imagen de la discapacidad muy cercana a los estereotipos que se combaten desde las asociaciones. En la mayoría de los casos, tanto en programas o series de tv como en publicidad, se muestra a las personas con discapacidad como superhéroes o se incluye su presencia en el guion de una manera que parece artificial, fomentando así un conocimiento sesgado, limitante, sobre la realidad de la discapacidad.
 
Las nuevas tecnologías, sobre todo las redes sociales, representan una gran oportunidad de comunicación generadora de conocimiento porque cada una de las personas con discapacidad se convierte en un emisor de ideas y emociones y propician la normalización. Siempre y cuando no se caiga de nuevo en la endogamia y el emisor se limite a transmitir en canales “gueto”.
 
Volvemos al principio, la campaña institucional de Fundación Once es precisamente un ejemplo de comunicación generadora de conocimiento no sesgado porque traslada a los ciudadanos una realidad en la cual se reconocen tanto los abogados, con o sin discapacidad, como todas las personas.
 
Arturo San Román Ferreiro, experto en Comunicación Social
arturosanromanf@

 

 

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