"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
La defensa de nuestros derechos no debe parar
Por Anxo Queiruga, presidente de Cocemfe
08/05/2020
stamos viviendo muchos momentos de especial dureza porque esta pandemia está teniendo efectos muy negativos sobre las personas con discapacidad o enfermedades crónicas. No solo por la angustia de sobrellevar una situación desconocida, sino por las personas a las que el virus ha alcanzado de lleno y, sobre todo, las pérdidas humanas que estamos sufriendo.
La crisis del Covid-19 ha provocado que todas las ONG, las organizaciones de personas con discapacidad en general y el Movimiento Asociativo de Cocemfe en particular nos hayamos reinventado a una velocidad de vértigo para adaptarnos y poder seguir prestando servicio a las personas y las entidades y velando por la salud, la dignidad, la autonomía y la inclusión de las personas con discapacidad.
Después de muchas reivindicaciones al Gobierno, de volcarnos en que las personas con más necesidad de apoyo sigan recibiendo nuestra atención y de facilitar la continuidad de los tratamientos que para muchas de las personas de nuestro grupo social son completamente imprescindibles, continuamos afrontando retos. Avanzamos hacia la desescalada y parece que lo peor ha pasado, pero en realidad lo que tenemos por delante es un futuro repleto de incertidumbre.
La labor que desempeñamos las organizaciones no puede quedar paralizada o mermada, prestamos servicios esenciales que en una situación de pandemia como la actual se han convertido en cruciales para el ejercicio de derechos y que en los próximos meses van a ser una de las únicas herramientas que tengan a su alcance para paliar los efectos de la crisis que se avecina.
Las personas con discapacidad o con enfermedades crónicas tienen que contar con todo nuestro apoyo y, para eso, es necesario que el Gobierno y todas las administraciones doten a nuestro movimiento asociativo de los recursos económicos necesarios para adaptar los proyectos que desarrollamos y los servicios que prestamos a los nuevos protocolos de actuación. Debemos proteger la salud de nuestras plantillas y personas usuarias y para ello, es imprescindible contar con el respaldo de la Administración.
También debemos tener muy en cuenta a las mujeres y niñas con discapacidad, porque ante un panorama de mayor riesgo de exclusión, sus necesidades deben encontrar siempre respuesta en nuestra acción. Y a los niños y niñas con discapacidad, que tienen que seguir formando parte activa de nuestro sistema educativo y tener a su alcance el máximo desarrollo personal y profesional.
Nos esperan meses en los que el mercado laboral puede cebarse, de nuevo, especialmente con nuestro colectivo y empeorar aún más nuestra situación de partida de clara desventaja. Por este motivo se hace más necesario que nunca promover y garantizar el derecho al empleo de las personas con discapacidad, redoblar los esfuerzos para dar respuesta a esta situación y que las organizaciones formemos parte activa de las actuaciones de desescalada y de reconstrucción del país.
La defensa de nuestros derechos no puede ni debe parar, porque la inclusión es imparable.