La Agencia Europea del Espacio acaba de abrir convocatoria pública para reclutar personas interesadas en ser astronautas. Y ha tenido el acierto de señalar -y se ha preparado convenientemente para ello- que espera candidaturas de personas con discapacidad.

 

Iniciativa esta positiva, desde luego. Aunque pueda parecer disruptivo para una mente convencional, pegada a lo de siempre, no deja de ser la comprobación de que el talento está presente en todas partes y de que no hay que excluir, por ética, por imperativo jurídico, por política y también por puro interés. Incluso en los medios y entornos aparentemente más sofisticados, como el de la astronáutica, la discapacidad puede y debe estar presente, ¿por qué no? Demos oportunidades, abramos la maciza muralla clausurada, y surgirán perfiles idóneos.

 

Las personas con discapacidad también pueden ser astronautas. Tenemos grabado a fuego en la mentalidad colectiva la discapacidad como una limitación, una privación, ligada siempre a un funcionamiento corporal no canónico, que se aparte de lo "normalizado". Cada vez más es evidente que los desempeños profesionales no guardan ya relación tan estrecha con el funcionamiento físico, el cuerpo como soporte para la puesta en práctica del talento no es condición ineludible. Incluso con alguna afección corporal, lo que puede aportar la persona con discapacidad convertida en astronauta es más que las supuestas restricciones que lleve de origen. Además, la discapacidad es tan variada, tan plural en su forma de presentarse, que muchas de ellas no tienen impacto en lo que se considera funcionamiento regular y despliegue de las tradicionales "capacidades".   

 

Astronautas y lo que se propongan. Hay que invertir el proceso mental. No se trata de decir de antemano cuáles profesiones no pueden ser desempeñadas por personas con discapacidad, eso es sesgado y prejuicioso. Lo que debe ocuparnos es estar en disposición de ejercer una audaz apertura mental para aceptar que pueden ser todas, por qué no, y si en algún caso práctico hay incompatibilidad material no solventable con ajustes y apoyos, ya se verá.  Nunca digas nunca jamás. 

 

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