Las cifras sobre la participación de personas con necesidades especiales en programas de movilidad en la Educación Superior hablan por sí mismas (ver figura 1); y sugieren medidas urgentes y eficaces al respecto. Es cierto que la participación se ha casi triplicado en los últimos diez años, pasando de 165 personas con necesidades especiales en el curso 2007/2008 a 471 en 2017/2018 [1, 2, 3]. Es posible que este aumento se haya debido a políticas activas como aumentar la dotación de las ayudas, a la realización de programas de buenas prácticas en la materia, o a la consolidación de los servicios de atención a la diversidad en las universidades. Pero también es cierto que la proporción relativa al total de participantes se ha mantenido más o menos constante, en torno a un estudiante con necesidades especiales por cada 1000 estudiantes; contrastando, además, con la ratio de aproximadamente dos estudiantes con necesidades especiales por cada 100 que realizan estudios universitarios, como media global en la Unión Europea (según un estudio propio). De hecho, el CERMI Estatal, tomando estos datos como base, ha incluido la Denuncia 10 para alertar de esta evidente desventaja en su informe Derechos Humanos y Discapacidad, Informe España 2018 [4].

 

Pero de la situación descrita no debe concluirse necesariamente que las medidas tomadas hasta ahora por los poderes públicos y las universidades hayan sido ineficientes, aunque sí pienso que pueden considerarse insuficientes. Es decir, se debe continuar en la línea de aumentar las ayudas económicas, promover programas de buenas prácticas y fortalecer los servicios especializados en atención a la diversidad, entre otras políticas, pero a la vez deben potenciarse nuevas iniciativas, como la del proyecto MobiAbility que comento a continuación.

 

 

 

 

Figura 1. Participantes con necesidades especiales en programas de movilidad Erasmus+ en la Educación Superior en los últimos 10 años

 

Descripción del gráfico. Se presentan, por cuso académico, la cantidad de personas con necesidades especiales que realizaron alguna movilidad en Educación Superior. Las cifras aumentan año tras año, pasando de 165 en el curso 2007/2008 a los 471 del pasado curso 2017/2018. Fuentes: referencias [1, 2, 3]

 

 

La Universidad de Murcia coordina Proyecto MobiAbility (www.mobiability.eu), en el que participan la Universidad Politécnica de Lublin (Polonia), Universidad Masaryk (Breno, República Checa), la Universidad Alexandru Ioan Cuza University en Iaşi (Rumanía), la Fundación ONCE, la Fundación Universia y el CERMI Región de Murcia (ver imagen 1). MobiAbility es un proyecto subvencionado la Comisión Europea (https://ec.europa.eu), a través del Programa Erasmus+ (https://ec.europa.eu/programmes/erasmus-plus/) y del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación, SEPIE (http://sepie.es/).

 

 

 

 

Imagen 1. Equipo MobiAbility y resto de participantes en la reunión final del proyecto MobiAbility y Jornada de Buenas Prácticas, celebradas en Lublin, Polonia, el 6 y 7 de junio.

 

Descripción de la imagen. Foto de 26 personas posando de frente. Una pantalla en el fondo recoge el título en inglés del proyecto MobiAbility, su logo y el del Programa Erasmus+. Se exponen también los logos de las entidades miembro del consorcio del proyecto.

 

El objetivo principal del proyecto MobiAbility es fomentar y promover la participación de los estudiantes universitarios con necesidades especiales en el programa de movilidad Erasmus+.  Partimos de la base de que entre las principales causas de la baja movilidad de estudiantes con necesidades especiales está 1) la gran incertidumbre sobre qué medidas de apoyo y de adaptación ofrecen las universidades de destino y 2) la falta de un seguimiento más individualizado de los casos durante la estancia. Por ello, los resultados del proyecto están orientados a disminuir la incertidumbre de los estudiantes y a facilitar a las universidades el seguimiento de cada caso.

 

Por una parte, el equipo MobiAbility ha desarrollado lo que denominamos el Estándar de medidas de apoyo. Consiste en un listado de adaptaciones y ajustes razonables, apoyos técnicos, medidas económicas, programas de fomento de la participación, etc. que toda universidad debería garantizar a estudiantes con necesidades especiales. De esta manera, cualquier estudiante con necesidades especiales podría tener la seguridad de que en la universidad de destino se pondrán en marcha, al menos, esas medidas; pudiendo siempre mejorarse la estancia con otras acciones recomendadas. Este estándar ha sido confeccionado a partir de tres fuentes de información: a) un estudio jurídico que ha analizado las leyes nacionales específicas sobre discapacidad y educación superior de 21 países participantes en el programa Erasmus+ y que aglutinan más del 90% de las movilidades de estudiantes con y sin necesidades especiales; b) un estudio empírico, que ha recogido información de 31 universidades sobre las medidas de apoyo a la discapacidad y dificultades de aprendizaje que actualmente ya están implementando dichas universidades; y c) una evaluación de expertos y expertas, en la que han participado un total de 17 miembros del consorcio del proyecto (personal académico especializado en educación inclusiva, dificultades de aprendizaje, discapacidad y exclusión social; personal técnico de los servicios universitarios de atención a la diversidad; y personal técnico de los entidades sociales y fundaciones), que han considerado si cada medida debe ser una exigencia mínima o una recomendación. Con todo ello, se han clasificado las medidas como estándar, es decir, medidas mínimas u obligatorias, o como recomendaciones, esto es, medidas tendentes a optimizar la estancia. El estándar está actualmente siendo evaluado por un grupo focal externo y será publicado en las próximas semanas en la web del proyecto en inglés y español.

 

Por otro lado, el equipo MobiAbility ha desarrollado una plataforma web multilingüe (español, inglés, francés, italiano y alemán) que incluye una serie de funcionalidades muy útiles para estudiantes con necesidades especiales y para el personal técnico de las universidades que orienta en las decisiones y atiende las demandas de los estudiantes.

 

Desde la perspectiva de los estudiantes, las funcionalidades más importantes que podrán ejecutarse en la web son: a) un motor de búsqueda para hallar las universidades más adecuadas a sus necesidades; b) un sistema de preselección de posibles destinos; c) un proceso para elegir el destino sabiendo de antemano las medidas de apoyo comprometidas por la universidad de destino; d) un sistema para alertar a las universidades de origen y destino de incidencias durante el desarrollo de la estancia; y e) una evaluación (anónima) de la satisfacción sobre distintos aspectos de la estancia una finalizada la misma. Con todo ello, se pretende dotar de certidumbre al estudiante desde los primeros momentos de elección del destino y propiciar un sistema de evaluación de las experiencias de unos que pueda ser tenido en cuenta por otros en el futuro.

 

Desde el rol de las universidades, las funcionalidades principales son: a) registro de las necesidades especiales que se pueden cubrir y de los estudios ofertados por la universidad; b) seguimiento de los estudiantes en la selección del destino que más les puedan interesar; c) gestión del compromiso individualizado sobre las medidas de apoyo acordado con cada estudiante, d) recepción de alertas de posibles incidencias durante la estancia y, en su caso, propuesta de soluciones; e) obtención de informes y de estadísticas de participación como universidad de origen o destino.

 

También se incorporará un perfil institucional de entidades implicadas en el programa, como las agencias nacionales para internacionalización de la educación, para que puedan acceder a estadísticas generales (anonimizadas) de las movilidades realizadas.

 

 

El éxito del proyecto a medio y largo plazo dependerá del compromiso adquirido por las universidades y por las instituciones implicadas en el Programa Erasmus+. Creo que los responsables en materia de movilidad, de educación superior y de atención a la diversidad deberían conocer y analizar el estándar de medidas de apoyo que proponemos y, si no hacerlo suyo en toda su extensión, sí tomarlo como una referencia básica. Así, cada cual, en su ámbito de responsabilidad, se exigirá a sí mismo y exigirá a los demás mayor compromiso con la discapacidad en la educación superior. Algunas universidades deberán ampliar su oferta de medidas para la inclusión; las agencias nacionales podrían potenciar sus políticas de educación inclusiva mediante la consideración en las convocatorias de proyectos y programas, como requisito o como mérito, el cumplimiento del estándar; y los responsables de las políticas educativas y de internacionalización de la Unión Europea deberán incrementar las ayudas a las agencias y a las universidades para la implementación de las medidas recogidas en el estándar. Por su parte, las personas con discapacidad y sus representantes podrán usar el estándar de medidas como referente para reforzar los argumentos de sus demandas frente a los poderes públicos y a las universidades. Es decir, creemos que el estándar de medidas de apoyo puede ser un revulsivo para avanzar notablemente en la plena inclusión de las personas con necesidades especiales en la enseñanza superior, especialmente en lo referido al acceso, participación y disfrute de la movilidad del Programa Erasmus+.

 

Además, tanto los estudiantes con necesidades especiales como las universidades pueden explorar la plataforma web para experimentar y analizar sus funcionalidades. Creo que las encontrarán realmente útiles. De hecho, el éxito de la plataforma dependerá en gran medida del compromiso y de la implicación real de las universidades, porque estas deberán registrar en el sistema la información necesaria para sembrar la certidumbre que se busca. Es decir, las universidades deberán declarar los estudios ofertados y, más importante, las necesidades especiales que puede cubrir. Con esta información, el motor de búsqueda de la web será mucho más eficiente, pues mostrará una oferta de posibilidades más amplia y fidedigna a los estudiantes interesados en elegir esas universidades como posibles destinos.

 

Por otro lado, los procesos de gestión en la intranet de la plataforma web facilitarán la comunicación entre universidades emisoras, receptoras y los estudiantes, así como una mejor monitorización de los estudiantes durante la estancia. De hecho, la informatización de los procesos de gestión administrativa es uno de los objetivos de proyecto Erasmus Without Papers (www.erasmuswithoutpaper.eu) que persigue una gestión integral e informatizada de todos los aspectos relacionados con la movilidad Erasmus+. Así, la plataforma MobiAbility podría llegar a convertirse en una de las herramientas oficiales del Programa Erasmus+.

 

En definitiva, es cuestión de todos asumir los compromisos necesarios para erradicar las desventajas que aún existen para las personas con necesidades especiales cuando desean participar en programas de movilidad internacional durante los estudios universitarios. Nuestro proyecto ha proporcionado un par de herramientas para combatir esta desigualdad y promover la inclusión plena, y ahora llega el momento de que las pongamos en práctica.

 

Murcia, 1 de julio de 2019

 

Referencias

 

[1] EBU e ICEVI-EUROPE (2016). Erasmus+ Mobility of Students with Disability State-of-the-art report on the accessibility of exchange programs for students with visual impairment. Recuperado de http://icevi-europe.org/index.php

 

[2] European Commission (2017) Erasmus+ Programme - Annual Report 2016. Statistical annex. Recuperado de http://ec.europa.eu/programmes/erasmus-plus/about/statistics_en

 

[3] European Commission (2018) Erasmus+ Programme - Annual Report 2017. Statistical annex. Recuperado de http://ec.europa.eu/programmes/erasmus-plus/about/statistics_en

 

[4] Pérez Bueno, L. C y Martín Blanco, J. (Dirs.) (2019). Derechos Humanos y Discapacidad. Informe España 2018. Madrid, España: Cinca. Recuperado de https://www.cermi.es/sites/default/files/docs/colecciones/Informe%202018_ONU.pdf