En este número tan especial con el que se alcanza la cifra de 300 publicaciones de cermi.es semanal, un boletín digital que empezó su andadura el 9 de septiembre de 2011, es oportuno dedicar un momento a la reflexión sobre la época en la que vivimos. Hemos aprovechado la oportunidad para adaptarnos a esta nueva era y cambiar el diseño, ahora más claro, dinámico y atractivo. Y además, hemos establecido una línea más homogénea con la propia página web del CERMI (www.cermi.es). Este boletín y la web comparten la idea sobre “El valor de la unidad” con la opinión de las diferentes personas que representan nuestra sociedad, en igualdad e integración, sin discriminaciones, cada uno con su papel y su valor, todos iguales, todos diferentes.

 

Cada semana, los temas tratados en ese número se distribuirán por secciones, y se podrá acceder a las diferentes áreas que este boletín digital trata desde hace años, como Actualidad, Reportajes, Entrevistas, Mesas Redondas, Inclusión laboral, Acceso Universal, Cermis Autonómicos, Tercer Sector, Documentos, Activistas, Aquí nos discriminan, Agenda, Hemeroteca, Planeta Fácil, etcétera. Sólo hace falta pinchar en “Ver más” y se desplegarán todos los apartados de esta publicación que se ha convertido en un referente sobre la discapacidad, con un prestigio reconocido por las Administraciones públicas, asociaciones, fundaciones, entidades o empresas privadas. Todos los interlocutores relacionados con la discapacidad destacan que este sector siempre aporta propuestas además de reclamar soluciones a sus reivindicaciones.

 

Este periódico digital, que ya se anticipó a su tiempo, quiere poner su granito de arena sobre un debate que ahora nos preocupa en relación con las nuevas tecnologías.

 

El día a día consume nuestras energías y muchas veces no somos capaces de mirar hacia el futuro por falta de tiempo. Y el futuro ya está aquí y los cambios son imparables.

 

Algunos hablan de cuarta revolución industrial; otros dicen que los datos son el oro líquido del siglo XXI. El denominado big data lo envuelve todo, la red conoce cada uno de nuestros pasos. Los robots crean noticias falsas de manera organizada y caminan con paso firme en el relevo de la mano de obra humana.

 

Algunos predicen que las máquinas podrán participar en procesos creativos. Por ejemplo, se dice que un robot podría escribir un nuevo volumen de la saga de Harry Potter, sólo habría que recoger los libros anteriores y la inteligencia artificial sería capaz de “inventar” nuevos textos basados en los datos anteriores. 

 

Este proceso provoca, cuando menos, respeto, incredulidad y temor al no saber quién puede controlar a quien nos controla. Las grandes empresas manejan tanto o más dinero que muchos estados y buscan lugares donde pagar menos impuestos.

 

Si se analizan las empresas más grandes del mundo por su capitalización, la realidad es que las diez primeras son estadounidenses y muchas están vinculadas con las nuevas tecnologías, además de ser multinacionales que operan en casi todo el mundo. Su poder es espectacular. Se trata de Apple, Alphabet, Microsoft, Exxon, Berkshire, Facebook, Johnson&Johnson, General Electric, Amazon y Weel Fargo&Co. Las primeras empresas europeas son Nestlé (número 12) y Roche (número 13), ambas suizas y por tanto fuera de la Unión Europea. La primera multinacional española es Inditex y ocupa el puesto 66.

 

En este mundo de tecnología, de robotización, de globalización, convendría incluir la dimensión social, el respeto hacia los ciudadanos, especialmente hacia las personas con discapacidad, que representan más de un diez por ciento de la población mundial.

 

Actualmente  hay 3.300 millones de trabajadores, cada año hay 50 millones de trabajadores nuevos, y un 55 por ciento de la población no tiene protección social.

 

El futuro del trabajo tiene que pasar por el fomento de la justicia social, por el contrato sin discriminación, y por una mejora continua de la educación básica y universitaria, además de una formación permanente de los trabajadores para adaptar sus capacidades a esta nueva época. Pero debe hacerse sin olvidar la accesibilidad para todas las personas no sea que las nuevas tecnologías impongan una nueva barrera discriminatoria e impida que las personas con discapacidad puedan tener las mismas oportunidades que los demás.

 

Está en peligro el Estado de Bienestar si no se alcanza una transición hacia un nuevo escenario donde se fomente la inclusión. Para ello es necesario compaginar el incremento de la productividad con el pago de impuestos que permitan una protección social para todos. Los sistemas de pensiones, de sanidad, de educación, de dependencia, de autonomía personal también deben contemplarse en esta nueva etapa mundial.

 

E incluso crear una constitución digital con unos derechos y obligaciones para todos. La ONU podría tener un papel determinante y un ejemplo es la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada el 13 de diciembre de 2006, en Nueva York. 

 

Nunca una convención de Naciones Unidas había reunido un número tan elevado de signatarios en el día de su apertura a la firma (con 82 firmas de la Convención y 44 del Protocolo Facultativo). Además, es el primer instrumento de derechos humanos aprobado en el siglo XXI y un “cambio paradigmático” de enfoques en relación con las personas con discapacidad. ¡Ojalá sirva de ejemplo para este reto digital que nos espera! Algo que contaremos en los próximos números de cermi.es semanal. No se pierda nuestra próxima cita y aproveche este número especial para ponerse al día de la discapacidad.