Nació en Madrid, el 22 de diciembre de 1970. Sus padres vinculados con San Fernando (Cádiz) se trasladaron a la capital y él entró en el mundo del espectáculo por casualidad. Una amiga animó a su madre para que participara (con apenas 8 años) en unas pruebas que hacía el director Antonio Mercero. Entonces estudiaba 3º de EGB y encajaba en el personaje: un niño travieso conocido como el Piraña, que sería uno de los principales protagonistas de la mítica Verano azul. Una serie que apenas se emitió durante dos temporadas (1981 y 1982) pero que ha sido repuesta en multitud de ocasiones y es una de las más vistas de Televisión Española.

 

Su “carrera” continuó con la grabación de un disco, la participación en varias películas y la actuación en el circo. Luego volvió a la tele (La bola de cristal) y finalmente más cine hasta que decidió cambiar de registro e iniciar una nueva carrera en su vida: estudiar ingeniería de Telecomunicaciones. Pasó del mundo espectáculo a leer una tesis sobre servicios interactivos de telemedicina. 

 

Un cambio radical. Su madurez le llevó a profundizar en la ingeniería telemática y fomentar sus inquietudes como cooperante (en Guatemala). Mantuvo una fuerte vinculación con las fundaciones, el lado más social de su vida. Conferenciante en diferentes universidades (nacionales y extranjeras), comenzó proyectos e iniciativas vinculadas con las tecnologías y la discapacidad. Un largo camino que le ha llevado a ser elegido a finales de 2014 director del Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (Ceapat).

 

Miguel Ángel Valero tiene, como siempre, objetivos ambiciosos y pretende que este organismo amplíe su internacionalización y fomente la accesibilidad. Dos objetivos esenciales que permitirán conocer mejor una entidad pública (dependiente del Imserso) que mantiene una labor callada e imprescindible para caminar en el objetivo de una sociedad más justa e inclusiva. 

 

Se trata de enriquecer a un organismo que en 2014 cumplió 25 años. Él habla de “asignaturas pendientes” que se pueden paliar con la colaboración de otras entidades. 

 

En el campo de ciudades amigables, Miguel Ángel Valero cuenta con un equipo de Arquitectura Accesible que trabaja con el objetivo de dar formación y conseguir viviendas para todos con el menor coste posible.

 

Como siempre, lo más importante es el conocimiento: “Si conoces bien la tecnología, tienes más capacidad de sugerir qué se puede hacer. Lo importante es llegar al mayor número de personas”, dice con contundencia Valero. 

 

Muchos retos para un ingeniero con conocimiento para afrontar una mejora en la accesibilidad, en las tecnologías, en los nuevos sistemas de información. Un diseño para todos y en todos los ámbitos de la vida. Suerte.