"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
En la buena dirección
Ruta sin límites
Por José Manuel González Huesa, director de “cermi.es semanal” y director general de Servimedia
04/09/2015
“Quetzal: ave perteneciente a la familia Trogonidae. Se encuentra en las regiones tropicales de Mesoamérica. La palabra puede traducirse por cola larga de plumas brillantes”.
El nombre de la ruta Quetzal se le ocurrió a su creador, Miguel de la Quadra-Salcedo, un legendario deportista y reportero, que hace 30 años quiso utilizar como puente estas jornadas de convivencia de jóvenes de diferentes países para fomentar un espíritu de equipo y sobre todo, una cultura con rasgos comunes y con historias por descubrir a ambos lados del Atlántico. Más de 10.000 estudiantes han participado en este proyecto cultural, declarado de Interés Universal por la Unesco.
La ruta ha dado un paso más y además de llevar ahora el apellido BBVA, también quiere fomentar la cultura de la integración entre las personas y desde hace unos años participan en este viaje jóvenes con discapacidad, bajo el título de “embajadores”. Una experiencia inolvidable para todos (gracias al acuerdo con CERMI y Fundación ONCE), que pretende impulsar la inclusión social.
David Chiarri y Adrián Rincón, embajadores de la discapacidad en la ruta de este año, han participado en este sueño y acaban de terminar esta aventura junto con otros 174 “ruteros”. Tienen sólo 19 años, y han disfrutado de algo extraordinario: conocer diferentes escenarios gracias a una experiencia inolvidable.
Madrid fue el punto de partida de la expedición. Comenzaron con una visita al Museo del Prado y el Palacio Real, fueron recibidos por el rey Felipe VI. Conocieron Toledo y hablaron del segundo tomo de “El Quijote”, en el año del cuarto centenario de su publicación. También pasaron por Ávila, ciudad que celebra los 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Posteriormente viajaron a León antes de realizar tres etapas del Camino de Santiago.
Tras recorrer el norte de España, los jóvenes siguieron la ruta mágica de “las piedras verdes”. Cruzaron el Atlántico para llegar a Cartagena de Indias (Colombia). Luego recorrieron Santa Marta, el Parque Nacional de Tayrona. Una parada especial en Aracataca, ciudad natal del Nobel colombiano Gabriel García Márquez. Y un último tramo aventurero por el cañón del Chicamocha. Tras pasar por Bogotá, volvieron a España.
David es de Barcelona, tiene una discapacidad auditiva y estudia el triple grado de Filosofía, Política y Economía. Le encantan el fútbol y el tenis, aunque, “debido a la universidad, cada vez puedo practicar menos estos deportes”.
Por su parte, Adrián vive en Salamanca, tiene una discapacidad visual y su pasión es la música. Además, estudia segundo de bachillerato musical y sexto de piano en el conservatorio. Sus aficiones preferidas son “la música y la informática, aunque ahora me están empezando a gustar las antigüedades, como cajas de música y pianos automáticos del siglo XIX y XX”.
David y Adrián han convivido durante casi un mes esta ruta en las mismas condiciones que sus compañeros de viaje (88 españoles y 86 procedentes de países latinoamericanos y de Portugal).
En su viaje interior han compartido la inclusión social, la educación en valores, la superación de barreras, el trabajo en equipo, el intercambio cultural y la aventura. Una experiencia que ha enriquecido sus vidas. Una ruta sin límites plagada de integración, generosidad, solidaridad, superación, estrategia, cooperación, confianza, comunicación y respeto. Suerte en la siguiente etapa.