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viernes, 26 de julio de 2019cermi.es semanal Nº 356

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Opinión

Un ejercicio de optimismo

Por Ignacio Rodríguez, de Cogami

26/07/2019

Dar una opinión esperanzadora de cómo revertir el camino de la Galicia Vacía es hacer un ejercicio de optimismo, poco consciente

Ignacio Rodríguez, de CogamiGalicia, cumple todos los requisitos para que el medio rural de su parte oriental (toda menos el eje Atlántico y parte de la Costa Lucense) acabe siendo un desierto demográfico. La dispersión poblacional, el minifundismo y el envejecimiento son elementos claves. Si a la dispersión se le añade la falta de medios de trasporte públicos y al envejecimiento la dependencia convierte el panorama en desolador.
 
En Galicia (en Asturias creo que también) hay una figura, la Parroquia, que no tienen definición jurídica pero que viene a ser reconocida como entidad territorial a los solos efectos demográficos, que uniéndose dieron lugar a la mayoría de los Concellos del rural (simplificando). La Parroquia no era una comuna pero tenía muchos elementos de trabajo en común y de ayuda mutua. Era un sistema natural de vertebrar todo el espacio de los Concellos, desde los años 60 los habitantes de las parroquias empiezan a mudarse a los concellos de los que forman parte, de estos a los concellos capitales de comarca, de los capitales de comarca a las capitales provinciales, de las capitales provinciales a las grandes ciudades.
 
Creo que para tener una visión de los que significa la dispersión de la población en el medio rural (en las zonas costeras no urbanas también) un buen ejemplo es el transporte escolar.
 
La Xunta de Galicia tuvo que hacer una concentración de centros de educación para hacer sostenible con un mínimo de calidad la educación (y alcanzar un mínimo de alumnos por centro), esta situación conlleva que solo en trasporte se tienen que gastar cerca de un millón de euros al mes.
 
Este ejemplo puede aplicarse al conjunto de servicios públicos, desde la sanidad, a la recogida de residuos, desde el alumbrado a los servicios sociales…
 
Comentaba la parroquia como un lugar de trabajo en común y ayuda mutua. El modelo de familia tradicional en la que los jóvenes se hacían cargo de sus mayores y entre todos los de la Parroquia se echaban una mano ha desaparecido. Van quedando muchísimos núcleos rurales donde sólo viven personas mayores, mayores y cada vez más dependientes.
 
Se proponen algunas experiencias como crear centros de atención de mayores como un medio de revitalizar las zonas rurales. Un Ayuntamiento de la Provincia de Lugo, en caída en picado demográfica apuesta por un centro de atención con una plantilla de 40 trabajadores. Esto significa un mero parche, los trabajadores del centro llegan por la mañana y se van al terminar su jornada laboral. Estas experiencias tienen fecha de caducidad porque no son productivas y no van a atraer nuevas oportunidades de empleo ni fijan población. Al margen claro de que las personas mayores irán desapareciendo y no habrá reemplazo para los centros de atención.
 
Las personas con discapacidad van envejeciendo y cuando sus cuidadores ya se hacen mayores el problema se acentúa ya que normalmente el rol no se puede invertir.
 
Comentaba una alta responsable de medio rural, con experiencia en Castilla León y Galicia que la mejora en las infraestructuras de carreteras, en lugar de fijar población lo que estaba generando es que la población de las zonas más rurales se trasladaban a las zonas urbanas dejando su zona de origen como mero punto de producción pero las familias se trasladaban en busca de condiciones mejores tanto de servicios, como de ocio, o ,como decía ella, para no estar solos.
 
Coincido con los compañeros en que las cooperativas u otras formas de economía social son las que pueden llegar a ir reduciendo el declive pero solo en aquellos sitios donde el sector agrario o ganadero necesite mucha mano de obra en producción o en la transformación. Pero en sectores tradicionales como el lácteo o el ganadero cada vez cierran más explotaciones pero las que quedan producen mucho más, se modernizan. Requieren menos mano de obra y más profesionalizada.
 
Pienso que la apuesta debería ser planificar para el desarrollo de núcleos comarcales que sirvan de punto de referencia, dotados de todos los servicios necesarios públicos y sociales, que den alternativas a la demanda o expectativas de las personas jóvenes en su desarrollo profesional. Que den salida a los que están y sobre todo que atraigan a nuevas personas. Y esto sólo se consigue con crecimiento económico, con una masa crítica de industria.
 
Muchas veces las entidades del movimiento asociativo trasladamos nuestra apuesta por el medio rural, pero no conozco muchas iniciativas económicas que desarrollemos en él. Más aún resulta evidente que cada vez más desarrollamos nuestra actividad en las ciudades o en los grandes núcleos de población y es normal ya que necesitamos concentrar los recursos que casi siempre son escasos.
 
Me resulta difícil pensar que si en los pueblos medianos (más de 10.000 habitantes) próximos a ciudades les resulta difícil fijar población (no me refiero a las ciudades dormitorio) y atraer inmigrantes, que las zonas rurales (si no necesitan gran cantidad de mano de obra) vayan a revertir la tendencia a quedarse vacías me parece imposible.
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