El Consejo de Ministras y Ministros, en su reunión del 22 de febrero de 2019, declaraba, a petición del CERMI, el 3 de mayo Día Nacional en España de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. En recuerdo de la entrada en vigor de este Tratado de Derechos Humanos en España.

 

La discapacidad ya tenía su día, el 3 de diciembre, por qué dedicar otro día a este grupo humano. Se me ocurren muchas razones para dar respuesta a esta pregunta retórica pero la más importante y principal es poner en valor nuestro derechos humanos, tantas veces  negados, mancillados y conculcados y con consecuencias severas para nuestro desarrollo individual, social, para nuestra libertad y nuestro bienestar.

 

Esta Convención nos pone en el Centro de todas las decisiones que nos afecten porque en esta Convención somos PERSONAS, personas con discapacidad. El diagnóstico, bajo este paradigma, debe dejar de colonizar nuestra existencia; porque si bien para muchas y muchos solo somos ciegos, sordos, “parapléjicos” o tenemos “el   Síndrome de Down”, este Tratado aparta la condición y subraya lo más importante: que es la propia persona con dignidad y derechos.

 

Este día era necesario, muy necesario porque esta Ley sigue lejana para legisladores, gobiernos y operadores jurídicos, algo que se traduce en que los derechos humanos de las personas con discapacidad siguen siendo una realidad precaria y deficitaria en España, con graves carencias y anomalías que nos alejan como país de unos estándares aceptables.

 

Este día también llama la atención al Estado español para que asuma el compromiso de promover la regulación legal mediante los cauces apropiados (procesales y administrativos) para recepcionar y otorgar efectividad, en el ordenamiento y el tráfico jurídico españoles, incluido el judicial, a las decisiones de los órganos de tratados internacionales de derechos humanos de los que España sea parte, cuando se pronuncien sobre acciones u omisiones relevantes o de interés protegidas por esos tratados acaecidas en nuestro país.

 

Hoy es un día para celebrar la diversidad humana, un día para cuestionar aquellos modelos, normas y actitudes que apartan a seres humanos de la vida en comunidad. Debe ser un día también para el activismo social que reclama nuestra autodeterminación y un día para poner en valor nuestra Unidad como movimiento cívico, porque solo unidos esta Convención dejará de ser una quimera y aterrizará en nuestro día a día. Y solo juntos convertiremos esa Ítaca, lejana y abstracta, que es la inclusión, en una realidad certera.

 

La humanidad, como valor, debe trascender a cualquier tipo de discriminación y la empatía debe vencer al estigma, porque en lo común reside la igualdad…  lo que nos une son los derechos humanos, que nada ni nadie pueden comprometer. 

 

Celebremos, revindiquemos, pero sobre todo cumplamos la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, pues es su cumplimiento el que garantiza el acceso a nuestra plena ciudadanía.