Porque el vacío y la ausencia de toma de decisiones afecta a las personas, a los ciudadanos. En nuestro caso, precisamente a quienes se encuentran entre las personas más desfavorecidas, las que más necesitan que se llegue a acuerdos que logran normativa y recursos que ponen a su disposición el acceso a los bienes y servicios que les permiten vivir en igualdad de condiciones y oportunidades que el resto.

 

Para Fiapas son importantes las personas, personas con discapacidad auditiva que se integran en familias que precisan de respuestas a sus problemas cotidianos, que pueden ser resueltos a través de la política, el arte de hacer posible lo imposible.

 

En este mismo sentido, las entidades representativas de las personas con discapacidad y de sus familias ofrecemos respuestas y soluciones a sus necesidades y demandas, a esos problemas que precisan de resolución, a veces de difícil respuesta. Participamos también activamente en el avance de la sociedad y en la consecución de las mejoras que benefician a las personas.  Pero para todo ello precisamos de dos elementos: interlocutores válidos, con capacidad de decisión, algo de lo que carece un Gobierno en funciones; y recursos, recursos que proceden de presupuestos aprobados y gestionados con la mirada puesta en las personas.

 

Las necesidades personales no desaparecen con la ausencia de Gobierno, surgen continuamente y asfixian a quienes las tienen y a quienes debieran estar en disposición de poder ofrecer respuestas. 

 

En nuestro país, las personas con discapacidad singularmente encuentran gran parte de esas respuestas en las entidades del movimiento asociativo, en nuestro caso en nuestras 47 entidades de familias confederadas y repartidas por todo el territorio nacional, cuya acción se coordina desde nuestros servicios centrales, apoyándolas, formándolas, asesorándolas y contribuyendo a su estabilidad.

 

Por tanto, una deriva de desgobierno ni posibilita ni favorece la acción social que se precisa, en el conjunto del Estado y en cada una de sus comunidades. La falta de acción y el ahogo financiero deja también desprotegidas a nuestras entidades regionales y locales, porque a éstas les llegan los fondos a través de sus gobiernos autonómicos, que no los están recibiendo por la falta de Gobierno. Todo ello además sin perder de vista que la incidencia económica tiene un efecto multiplicador en este contexto, pues alcanza también a las personas que trabajan en nuestras entidades y a sus familias, dado que sus puestos de trabajo se ponen en entredicho si no se reciben los fondos de los programas y convenios pendientes. Personas que suponen un capital doble para el país. Por un lado, por su contribución vía cotizaciones e impuestos al sostenimiento de la economía. Por otro, por su capital personal, constituido por su experiencia y corazón, experiencia que aportan a la resolución de los problemas, y corazón que se dejan en mejorar la vida de las personas con discapacidad auditiva y sus familias.

 

Por las personas que vivimos en este maravilloso país merece la pena el esfuerzo de alcanzar un gobierno que nos apoye, en el caso de Fiapas, para trabajar en la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad auditiva y de sus familias, y contribuyendo entre todos al progreso de una Sociedad inclusiva.