Me llamo Cristina Gómez Lucas y en 2017 logré doctorarme en la Universidad Complutense de Madrid. Si tenéis una discapacidad generada por fibromialgia como es mi caso, no os lo recomiendo, pagué un precio demasiado alto para conseguirlo debido a la falta de flexibilidad que encontré. El desinterés en la inclusividad fue visible durante todo el proceso y, especialmente, cuando presenté oficialmente un modelo de defensa de tesis adaptada para abrir nuevos caminos y permitir que personas con una discapacidad similar a la mía pudieran en el futuro doctorarse. La propuesta fue rápidamente denegada. Me gustaría poder contaros otra historia pero rindo tributo a la verdad deseando que esta promueva los cambios que tanta falta hacen.

 

Ilusa fui al pensar que la carrera de obstáculos por fin había terminado. Uno de mis sueños es ser profesora universitaria. Quizás el tuyo también. Si te interesa este camino has de saber que para ser contratado por una universidad pública española y, en el futuro promocionar en las distintas categorías de profesorado, necesitas una acreditación concedida por Aneca: la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación. Pues bien, Aneca no incluye en su forma de evaluar a los futuros profesores ningún criterio inclusivo de discapacidad. Tampoco hay entre sus miembros evaluadores ningún experto en discapacidad. Suena preocupante ¿verdad? Lo es.

 

Investigando sobre el tema encuentro noticias muy recientes de distintos acuerdos firmados entre Aneca y la Fundación ONCE precisamente para atender esta tarea tan urgente. Francamente son propuestas maravillosas para leerlas en la prensa, sin embargo, a día de hoy, están materializadas en un solo folio donde se señala la igualdad de oportunidades en ciertas situaciones “derivadas de permisos por maternidad o paternidad, excedencia por el cuidado de hijos o familiares dependientes, así como situaciones de baja por larga enfermedad”. Eso es todo. En ese folio de una cara ni una sola mención a la discapacidad.

 

Mientras yo me pregunto si la Universidad, que debería ser modelo de inclusividad y progreso para nuestra sociedad, va vergonzosamente a la cola, ¿qué clase de ejemplo estamos dando a las nuevas generaciones? Me gustaría que el estudiante universitario al entrar en clase no se sorprendiera de que su profesor o profesora fuera una persona con discapacidad. Y ojo, que viene lo más importante, que no nos están haciendo un favor, que cualquier persona de enorme talento puede presentar una discapacidad durante un periodo de su vida, o durante ella al completo. Esto no implica que sus cualidades como profesor o profesora universitarios sean más limitadas. 

 

Es más, y aquí viene lo que me gustaría subrayar, las personas con discapacidades estamos acostumbradas a superar obstáculos de forma continua, a ser creativos y resolutivos en las circunstancias más asfixiantes. Hemos aprendido a priorizar como nadie, en el mundo en el que vivimos hacerlo es una cuestión de supervivencia para nosotros. Las perspectivas que tenemos a la hora de abordar un problema son más ricas e ingeniosas, más amplias, flexibles e inclusivas. Todo ello nos proporciona una resiliencia, unos recursos y unas capacidades con las que otros, sin discapacidad, sencillamente no cuentan. De todo ello podrían beneficiarse mucho los alumnos.

 

Me gustaría que la Universidad y, en este caso, especialmente Aneca, se dieran cuenta de cuánto nos necesitan, de cómo nuestras discapacidades nos han convertido en personas capaces de ayudar también a aquellos que no las tienen. Somos diseñadores natos, creadores de modelos innovadores e inclusivos que abarcan la diversidad de una sociedad. Solo así, con una mirada más amplia, podremos beneficiarnos de la riqueza que ella nos aporta y lograremos el cambio que desde hace tantos años viene acuciantemente necesitando nuestro sistema universitario.

 

Termino recordando a Aneca que la igualdad de oportunidades no es un eslogan para su imagen institucional, es un derecho humano que garantiza que todas las personas, repito todas, independientemente de sus características particulares, puedan aprovechar y sacar el máximo rendimiento a sus vidas. Por favor, trabajemos todos juntos por el futuro de una enseñanza mejor.