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CERMI.ES semanal el periódico de la discapacidad.

viernes, 24 de mayo de 2019cermi.es semanal Nº 347

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"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"

Incluidos

Ramón Rodríguez, responsable de Marketing de Fundación universia

La importancia de ser uno mismo

24/05/2019

Blanca Abella - Imágenes: Jorge Villa

Con 22 años Ramón se encontraba en un momento importante de su vida, estudiaba periodismo y ya estaba haciendo prácticas en un periódico, incluso se había independizado. En esos días, hace 9 años, fue cuando empezó a notar que estaba perdiendo oído. El proceso fue rápido y en pocos meses tuvo que comenzar a utilizar audífonos ya que le sobrevino una sordera profunda.

Ramón Rodríguez, responsable de Marketing de Fundación universia“Pensé que ya no podría ser periodista”, asegura recordando esos días de abatimiento. “Era una persona muy sociable y extrovertida, pero me encerré en mí mismo, volví a casa de mis padres y dejé la carrera pensando que no había ningún futuro para mí”, explica. 
 

Ruptura

 
Buscó entonces una salida supuestamente fácil en unas oposiciones sencillas, empujado también por su entorno, asumiendo un trabajo con poca cualificación, dada su nueva condición, “bastante tienes ya con lo tuyo”, le decían. El panorama era realmente desolador, según lo describe hoy y según él mismo lo percibía: “Mi autoestima estaba tan baja que me daba todo igual”.
 
“Me llevó varios años adaptarme a la nueva situación”, explica Ramón, que añade además que ocupó una parte de esos años en lamerse las heridas y lamentar su suerte. “No solo tuve un problema de pérdida auditiva sino que se sumaron muchos problemas psicosociales y de hecho llegué a tener bastante sobrepeso, me dejé mucho tiempo”. En definitiva, asegura que se lo tomó muy mal y que su reacción fue un error, por cómo decidió contarse su propia historia. 
 
Y ese momento pasó a los pocos años, cuando se dio cuenta de que se iba metiendo en un callejón sin salida y decidió invertir la tendencia. Retomó la carrera, hizo nuevas amistades y se enfrentó a la vida, a su nueva realidad, porque “tienes que ser tú mismo y ya está”, asegura en varias ocasiones. 
 
Ramón Rodríguez, responsable de Marketing de Fundación universiaDurante mucho tiempo estuvo pensando que dependería toda la vida de sus padres y cuando decidió salir de su particular encierro, se topó con las crisis de la prensa y tuvo que reciclarse, “sobre todo por encontrar un trabajo con el que pudiera independizarme”. Así pues terminó la carrera y empezó a trabajar en el mundo del marketing y la comunicación, en un vivero de emprendedores donde estuvo a gusto y le invitaban a quedarse, “pero fue ahí precisamente cuando me di cuenta del tiempo perdido y no quería quedarme donde estaba sino ir quemando etapas rápido e ir poniéndome en nuevas situaciones, probándome”.
 
Ya no quería acomodarse ni contemplarse demasiado, estaba decidido a recuperar su vida. Estuvo trabajando en otra empresa, donde también apostaban mucho por la inclusión, aunque hasta ahora no ha conseguido ninguno de sus trabajos con el certificado de discapacidad.  “He llegado donde he llegado por quien soy, no por la discapacidad”, asegura. 
 

Discapacidad sobrevenida y Fundación Universia

 
Pero está inmerso en este mundo de la discapacidad de alguna manera y lo descubrió como algo extraordinario. Aunque primero, en los inicios de su sordera, sintió cierto aislamiento, soledad, pena, culpa… y asegura que es una sensación común entre las personas con discapacidad auditiva sobrevenida. Cree que no hay suficientes recursos para estos casos y que el sector tampoco está demasiado preparado para ayudar en esos primeros momentos de desconcierto, cuando no sabes muy bien dónde acudir y qué hacer.
 
Pidió el certificado de discapacidad por cuestiones prácticas, “porque tiene una serie de ventajas y me ha permitido aprovechar oportunidades pero no considero que lo que haya logrado sea gracias a la discapacidad”, afirma Ramón. De hecho, en los trabajos por los que ha pasado, al contratarle, no sabían que tenía discapacidad.
 
Estando en uno de esos empleos decidió solicitar una beca en la Fundación universia para estudiar un MBA. “Hice el máster y cuando acabé me dijeron que había una vacante y que les gustaría contar conmigo, y me apetecía la apuesta de ayudar a jóvenes como yo, que no lo han tenido fácil por lo que les ha pasado o por ese entorno familiar, sobre todo, que muchas veces acaba siendo tóxico por la sobreprotección”. 
 
Ramón Rodríguez, responsable de Marketing de Fundación universiaY de esa manera, entró como responsable de marketing de Fundación Universia, con la intención de desarrollar todo lo que tenía que ver con la oferta digital de la fundación y para captar candidatos para el programa de empleo, prácticas y voluntariado. “Con el tiempo me he ido metiendo en otros fregados y ahora estoy en estrategia y desarrollo dentro de fundación y llevo también otros proyectos“.
 

En torno a la discapacidad

 
Parte de su trabajo consiste en ‘sacar de casa’ a esas personas que no son capaces de superar una situación como la vivida por Ramón, “ayudarles a que tengan la vida que desean tener, aunque ellos no saben muchas veces qué es lo que quieren, eso me pasaba a mí”, asegura Ramón.
 
Ramón Rodríguez, responsable de Marketing de Fundación universiaEntiende que nuestro país ha logrado avances importantes en los derechos de las personas con discapacidad, pero una vez que ha llegado a este mundo y lo va conociendo de cerca, cree que todavía quedan pasos decisivos para una verdadera inclusión, “queda mucho por hacer en el ámbito social, para que no nos traten de forma distinta”.
 
Explica Ramón que la discapacidad todavía no se observa con naturalidad y las personas se siguen sorprendiendo y actuando de manera distinta cuando se enfrentan a ella, ya sea en la escuela, la universidad, incluso en los trabajos. Asegura que para algunos estudiantes no es agradable ir a clase precisamente por esas miradas, “no se sienten parte de la clase”. Hay que cambiar la conciencia de la gente, de la sociedad, para que no ocurra algo así, afirma tajante.
 
Mientras, él sigue adelante con su proyecto de vida y con su labor en Fundación Universia donde, afirma, “además de crear valor para la empresa ayudo a crear valor social, y me gustaría seguir en esta línea, aportar en la cuenta de resultados y mejorar las gráficas y ayudar a que la gente tenga menos miedo y viva mejor”.
 
Y además se observa a sí mismo y entiende que su vida se ha ido reconstruyendo: “Antes era bastante extrovertido, incluso arrogante a veces, y ahora me he vuelto más observador y humilde, incluso más reflexivo. Ha sido un cambio para bien y le ha ocurrido a otras personas que he conocido, que han reconstruido su personalidad con dimensiones nuevas de sí mismo que no habían desarrollado antes”.
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